Accidente aéreo

Airbus pide chequear los doce A400M activos tras detectar fallos en el motor

  • Un análisis interno indica que un defecto electrónico provoca que los motores no respondan a las órdenes de los pilotos, causa que podría estar tras el accidente del avión militar en Sevilla.

El motor no habría reaccionado a las órdenes de los pilotos. Ésta pudo ser la causa del accidente mortal del avión militar A400M hace casi dos semanas en Sevilla cuando realizaba un vuelo de ensayo. La compañía fabricante del aparato, Airbus, dio a conocer este martes los primeros resultados de la investigación interna abierta a raíz del siniestro, que causó la muerte a cuatro de los seis tripulantes, y admitió que había detectado fallos electrónicos en los motores de la aeronave. En consecuencia, el grupo instó a los países clientes que ya tienen A400M operativos a que realicen unas comprobaciones específicas que eviten "potenciales riesgos en cualquier vuelo futuro". 

Airbus Defence and Space, filial de la que depende el proyecto del A400M, lanzó un comunicado de alerta (AOT, en sus siglas en inglés) a los cinco estados que cuentan con los 12 aviones militares entregados hasta el momento: Francia (seis), Reino Unido (dos), Turquía (dos), Alemania (uno) y Malasia (uno). Les pidió que practicaran en tierra y antes de su próximo vuelo "comprobaciones únicas y específicas de las Unidades de Control Electrónicas (ECU) en cada uno de los motores del aparato". Las ECU son una especie de ordenadores que gestionan las acciones de la tripulación sobre el motor. Según el análisis interno, fallos en su software provocan que las órdenes de los pilotos no lleguen a los propulsores y, por tanto, no puedan regular su potencia -mayor o menor velocidad, entre otros aspectos-. 

"No sabemos si esto se produjo o no en el accidente de Sevilla y, si pasó, desconocemos si afectó a uno o a varios motores de los cuatro que tiene el avión", aclararon fuentes de la industria. "Lo que sí podemos afirmar es que es una incidencia que hemos descubierto al analizar los datos de los A400M que tenemos monitorizados", indicaron, para añadir que "se trata de un fallo indetectable sin estar el avión en vuelo". 

En este sentido, el semanario alemán Der Spiegel publicó este martes que un fallo informático habría provocado una avería simultánea de tres de los motores del aparato siniestrado, ya que poco después del despegue éstos habrían recibido órdenes contradictorias por parte de las ECU y dejado de funcionar. Los pilotos no habrían podido hacer nada para evitar el accidente, según las fuentes de la compañía consultadas por la publicación germana. Sin embargo, desde Airbus no confirmaron estos detalles y remitieron a una investigación que aún está en curso. 

La consecuencia más inmediata del análisis interno ha sido la alerta enviada a los estados compradores con las "acciones necesarias a tomar". Airbus Defence and Space especificó que deberán ser los propios técnicos de los Ejércitos del Aire de los países clientes los que chequeen el sistema electrónico de los motores de sus A400M bajo las indicaciones de la compañía. No serán, por tanto, profesionales de Airbus los que realicen las comprobaciones. "No se trata de una revisión porque no es un fallo que se dé en todas las unidades, algo que llevaría a hacer transformaciones en todos los aviones; sólo son unos tests para comprobar que todo está bien antes de que vuelen de nuevo", explicaron las mismas fuentes. Posteriormente, y siempre que haya cambios de motor o de ECU, la empresa también pide ejecutar "comprobaciones adicionales". Hasta el momento, las pesquisas realizadas no han determinado si los fallos son de diseño o de producción. 

Airbus Defence and Space no sólo ha puesto esta información a disposición de los operadores del A400M, sino que ha sido compartida de forma inmediata con los investigadores oficiales del accidente, una comisión liderada por el Gobierno y en la que también participan la compañía y proveedores del avión militar, cuyo montaje final se realiza en la planta de San Pablo en Sevilla. 

Los motores del A400M han sido desde el principio fruto de múltiples dolores de cabeza para el grupo aeroespacial europeo. La fabricación de un modelo específico, original y desde cero fue una de las mayores dificultades que tuvo que afrontar la empresa en el complejo proceso de diseño y producción. A ello se sumaron las deficiencias halladas en los sistemas informáticos de estas piezas, que acarrearon nuevos disgustos, retrasos y sobrecostes al programa del avión militar. 

Ideados por un consorcio empresarial integrado por el británico Rolls Royce, el francés Snecma, el alemán MTU y el español ITP, los motores se montan en la factoría de Airbus en Múnich, planta donde se realizan, asimismo, las modificaciones de software y programación informática de los mismos con las que el ordenador central de a bordo maneja la aeronave.

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