La sequía, acompañada en esta ocasión de heladas, sigue haciendo estragos en el sector primario y cada día que pasa crecen las pérdidas. Asaja-Andalucía cifra los daños, desde octubre hasta el 29 de febrero, en 518 millones de euros en la región, de los cuales 168 se deben a las heladas (cítricos, patatas, frutas de huesos, hortícolas, etc.) y 350 a la sequía, que se distribuyen a su vez en 160 en la agricultura (cereales) y 190 en la ganadería extensiva. Esto es en lo que se refiere al presente. Para el futuro, ya hay muchos productores que se plantean no sembrar el girasol ahora, con lo que la cosecha quedará mermada; y ya se prevé que en la próxima campaña la producción del olivar sea mucho menor. Asaja estima que, sólo en Jaén, la cosecha se reduciría en un 40%, lo que significan pérdidas, en el mejor de los casos, de 360 millones de euros.

Ante esta situación, Asaja ha decidido mover ficha, y pretende interpelar a la Delegación del Gobierno, la Junta de Andalucía y los Ayuntamientos con el fin de promover la declaración de Andalucía como zona catastrófica. La organización argumenta que éste es el invierno más seco de los últimos 70 años y que si, como se prevé, sigue sin llover, a lo ya perdido se le puede sumar mermas casi totales en los cultivos de verano y una situación aún más crítica de la ganadería, que, sin lugares donde pastar, se ve obligada a costear la alimentación animal con piensos a precios altos. Asaja incluye a toda la región en su propuesta y afirma que, aunque el Norte de España también sufre la sequía, allí la primavera termina más tarde, con lo cual hay tiempo aún para que llueva. En el Sur, sin embargo, las campañas de muchos cultivos están ya prácticamente perdidas. Aun así, el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, se refirió el pasado miércoles a que en Galicia, Cantábrico y Valle del Ebro la sequía empieza a ser "preocupante", y no hizo referencia alguna a Andalucía.

"Lo que se está poniendo en juego es el entramado socieconómico de las zonas rurales", afirma Ricardo Serra, presidente de Asaja-Andalucía. Con este aviso Serra hace referencia a que la situación meteorológica puede ser un factor más de destrucción de empleo. Y es que, a menos producción en la agricultura -se calcula que en el caso del cereal ya se ha perdido el 50%- hay menos jornales para repartir, y esto afecta sobre todo a las comarcas agrarias de secano. "La situación es crítica y si ha ello le sumamos el problema estructural de los precios es para salir corriendo", remacha Ricardo Serra, que concluye que la situación actual está poniendo en duda la "capacidad para seguir adelante" del sistema productivo de los pueblos.

La declaración de zona catastrófica para Andalucía que pide Asaja implicaría medidas compensatorias, entre las que se incluyen, por ejemplo, líneas de crédito preferentes, indemnizaciones por los daños, ayudas a la reposición de cultivos y para la adquisición de alimentos para el ganado, exenciones del IBI, cambios en el régimen fiscal de módulos, exenciones a la Seguridad Social y el adelanto de los pagos de la Política Agraria Común (PAC). La valoración de estas propuestas sería una de las funciones de una comisión de seguimiento compuesta por representantes de las organizaciones agrarias y las administraciones. También se encargaría de evaluar los daños exactos.