Tribuna Económica

Rogelio Velasco

¿Dónde estábamos? ¿Dónde estamos?

El Círculo de Empresarios ha publicado una investigación sobre la evolución económica de las CCAA en las dos últimas décadas.

Esta semana, el Círculo de Empresarios ha publicado una investigación sobre la evolución económica de las comunidades autónomas durante las dos últimas décadas. La investigación tiene especial interés al analizar la evolución de los distintos territorios durante un ciclo económico completo: desde los inicios de la expansión a mediados de la década de los noventa que se prolonga hasta el año 2007, continuada por la gran recesión que alcanza su punto más bajo en el 2012 y la posterior recuperación que llega hasta el momento actual. Después de un ciclo económico completo, ¿cómo han evolucionado los territorios? ¿Cómo estábamos y cómo estamos?

Durante el periodo de análisis, 1995-2015, el peso de la población andaluza sobre el total nacional, ha aumentado ligeramente hasta representar el 18,1%. El dato resulta revelador si tenemos en cuenta que, en la peor fase de la crisis, la tasa de paro en Andalucía alcanzó el 35% y síntoma de la muy reducida movilidad laboral por el territorio nacional, consecuencia de un amplio abanico de factores culturales, políticos, económicos y de la estructura organizativa del Estado.

No hemos convergido con el resto de España en renta por habitante. Si en el año 2007 -en el máximo del ciclo- el PIB per cápita de Andalucía representaba el 77,3% del nacional, en 2014 representó el 74%, la mayor caída de todas las autonomías. A pesar del aumento de la población, el peso del PIB andaluz en el conjunto nacional es más reducido que antes de la crisis.

La estructura productiva ha cambiado significativamente durante todo el periodo. Inexorablemente, la agricultura ha ido perdiendo peso, pasando de representar el 7,7% al 4,8% del PIB y continuará descendiendo como consecuencia de los escasos incrementos en la productividad y en el valor añadido. Más relevante para el crecimiento resulta la pérdida de peso del sector industrial desde el 13,2% al 11,2% del PIB. La industria no solo ofrece mayores capacidades de crecimiento potencial; también demanda factores más cualificados y utiliza servicios avanzados que aceleran el crecimiento de la economía. La posición periférica de Andalucía no contribuye a que este sector gane peso.

El sector de la construcción ha perdido un enorme peso -hasta solo el 5,5% del PIB- y no volverá a aportar tanta actividad como en el pasado. Por último, el gran avance del sector servicios -del 63,5% al 69,1% del PIB- durante las dos últimas décadas, se debe en gran medida al mayor peso del sector público y del turismo, que a servicios avanzados y con demanda creciente, como sucede en autonomías más desarrolladas.

Andalucía, como otros territorios, necesita cambios de orientación en la política económica que hagan a la economía más extrovertida, menos dependiente el sector público, con un sistema educativo que lo aproxime a lo que el mercado y las empresas demandan, para que pueda generarse más empleo, lo que afecta tanto a la enseñanza no universitaria como a las áreas de ciencias y de ingenierías de las universidades.

En otro caso, el declive relativo respecto del resto de España va a continuar y con ello las posibilidades económicas de la actual generación joven, cuyos mejores representantes continuarán emigrando a las áreas más desarrolladas de España y de Europa.

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