Economía

Bitrock duplica empleo y facturación al calor de Microsoft, Google y Amazon

  • La tecnológica sevillana, con oficina en EEUU, alcanzará los 100 empleos Atrae el capital de los impulsores de Airbnb y Twitter y vende en 130 países

Igual que en todos los teléfonos móviles hay una tienda desde la que el usuario se puede descargar infinidad de aplicaciones (Whatsapp, Shazam, Spotify...), la compañía sevillana Bitrock ha ideado un modelo para que las empresas se instalen sin complicaciones y en unos pocos clics programas de toda índole (contabilidad, gestión documental, herramientas para desarrollar blogs, wikis...). El cometido de la firma es ayudar a los proveedores a proporcionar acceso a soluciones en la nube (cloud), ofreciendo una biblioteca a la que los usuarios puedan acceder de forma sencilla para instalarse esas aplicaciones en sus servidores.

Hasta hace unos años, lo habitual era que las compañías tuvieran sus propios servidores. Sin embargo, desde la irrupción del cloud, ya muchas alojan sus archivos y aplicaciones en internet. Precisamente, Bitrock viene a facilitarles este salto a la nube que a veces es farragoso y complejo.

Bitrock es joven, nació en 2003 de la mano de un ingeniero de Telecomunicaciones con 28 años, Daniel López, armado con un portátil y una conexión a internet. Desde el salón de su piso montó una empresa de la que fue el único integrante hasta 2005 y que, en ese periodo, sólo vendió dos licencias de software y facturó poco más de 1.000 euros. El arranque fue duro, pero 13 años después a la empresa no la conoce ni la madre (el padre, en este caso) que la parió. Tiene oficinas en Sevilla y San Francisco (EEUU), clientes gigantes de la talla de Google, Microsoft, Oracle o Amazon, duplica facturación y empleo anualmente y es objeto de deseo de inversores internacionales: han intentado comprala en varias ocasiones (sin éxito) y ha recaudado 1,2 millones de euros en un abrir y cerrar de ojos en su primera ronda de financiación.

"El mundo del cloud abre una ventana de oportunidad enorme; estamos prácticamente al principio de esta etapa, tienen que surgir grandes compañías mundiales y nos preguntamos por qué Bitrock no va a ser una de ellas", confiesa López. Desde luego, apunta maneras. Hoy por hoy, ya puede presumir de tener más de un millón de usuarios al mes y de llegar a más de 130 países. Aproximadamente, el 65% de aquéllos son técnicos (desarrolladores, administradores de sistemas), el 25% tiene un perfil de negocios (consultores, directores de marketing, de ventas) y el resto engloba a estudiantes y gente que tiene la informática como hobby.

Bitrock no desvela lo que factura, no quiere dar pistas al mercado, pero asegura que, en los últimos años, está duplicando negocio anualmente. Tiene tres fuentes de ingresos: los proveedores de aplicaciones comerciales, que pagan por tenerlas alojadas en su market place; los proveedores de cloud, que lo hacen por integrar las aplicaciones de Bitrock en sus tiendas; y los usuarios finales que quieren un servicio de valor añadido (monitorización, copia de seguridad).

Igual ocurre con el empleo: en 2013 el equipo lo conformaban apenas 15 profesionales, en 2015 eran 56, y este 2016 serán un centenar. Todas las nuevas incorporaciones se harán en Sevilla, donde ya trabajan 32 personas frente a las 19 de San Francisco -en Polonia hay tres, en Reino Unido una y otra en India-. Busca ingenieros de telecomunicaciones y programadores con buen nivel de inglés y ofrece contrato fijo tras los seis meses de prueba, salarios competitivos -en torno a 18.000 euros anuales-, dietas, formación y, algo poco usual, stock options de la compañía para sus trabajadores.

De hecho, la mayor parte del capital es propiedad de los dos socios -López, CEO de la empresa, y Erica Brescia, la directora de Operaciones- y de sus trabajadores. En 2013 recibieron 1,2 millones en una ronda de financiación por la que implicaron en el proyecto a ocho personas y entidades. "Buscábamos emprendedores que hubieran tenido éxito y que pudieran aportarnos su experiencia; no queríamos acudir a bancos o al capital riesgo", aclara el fundador de Bitrock. "Aún no hemos tocado ese dinero porque damos beneficios", apostilla. Gracias a esa ronda, dieron entrada a YCombinator, fondo de capital semilla que ya invirtió en Dropbox o Airbnb, a Eric Hahn, cofundador de Netscape, o a Elad Gil, que fue vicepresidente de Twitter.

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