Economía

"Crecemos porque en los años buenos no nos hemos dedicado a la especulación"

  • La consultora especializada en medio ambiente e ingeniería de procesos prevé aumentar su cifra de negocio entre un 15% y un 20% este año · Inerco se expandirá por el Magreb, América Latina y EEUU

Equipo es la palabra que más le gusta al presidente de Inerco, Luis Salvador (Sevilla, 1945). Prueba de ello es que el actual consejero delegado de Inerco, José González, fue su primer empleado, cuando la firma ocupaba "una pequeñísima oficina" frente a la Escuela Superior de Ingenieros de Sevilla en la que sólo cabían dos personas. Luis Salvador no abandona la primera persona del plural al hablar de una empresa de 250 empleados y una facturación de más de veinte millones de euros que se plantea crecer este año "entre un 15% y un 20%" y expandirse por América Latina y Estados Unidos. Doctor en Ingeniería Industrial y catedrático de la Universidad de Sevilla, es reacio a los protagonismos y prefiere que su equipo directivo sea el rostro de Inerco ante los medios. La experiencia acumulada a lo largo de 36 años de docencia salen a relucir en su primera entrevista, donde disecciona con claridad académica la situación económica.

-¿Qué lleva a un profesor universitario a abandonar la calidez del despacho para lanzarse a la empresa privada?

-Yo diría que no es un abandono súbito. Realmente fue poco a poco como me fui preocupando de las cuestiones empresariales. Y al final hace unos años decidí dedicarme casi completamente a éstas.

-¿Qué esperan de 2011?

-Vamos a crecer del orden de un 15% y un 20%. Ahora mismo ya somos siete empresas dentro del grupo que van a hacer que nuestra cifra de negocio aumente considerablemente y que encaremos 2011 con bastante buenas perspectivas.

-Acaban de adquirir parte de una consultora de Colombia y ya están en Polonia. ¿Aumentará su presencia exterior?

-Estamos en la fase de creación de una empresa en Estados Unidos dedicada a la ingeniería de procesos y también vamos a iniciar actividades en el Magreb. En América Latina hemos pensado que Colombia y Perú no sean los únicos países. Más adelante daremos un salto hacia Brasil, Chile y México.

-En tiempos de crisis, ¿cómo se explica este crecimiento? ¿Fueron prudentes en la bonanza?

-Usted lo ha definido muy bien. Pero yo no lo llamaría prudencia. Nosotros nos hemos dedicado a lo que sabemos hacer. Eso significa que en las épocas buenas no nos hemos dedicado ni a la especulación ni a proyectarnos a sectores que no conocíamos o que pudieran suponer grandes riesgos. La prudencia está en que hemos sabido asumir los riesgos calculados de nuestro crecimiento sin poner en peligro nuestra organización.

-Una de las críticas a la universidad es su escasa conexión con la empresa. ¿Ustedes son la excepción a la regla?

-Nosotros ya no somos la excepción. Quizás hace unos años sí. Ya se puede contar con las dos manos el número de empresas creadas a partir de los conocimientos y de actividades de innovación que se han hecho desde la escuela. Y creo que esa percepción está cambiando, quizás con más velocidad en las carreras técnicas.

-¿Cómo ha cambiado la universidad en estos 36 años?

-La universidad es ahora más dinámica y se sucede constantemente la integración de nuevos planes de estudio. Y es una universidad más accesible. Pero en lo que respecta a ingeniería, ha ido hacia la proliferación de escuelas y no todas ofrecen la calidad necesaria.

-¿No le causa desazón ver ingenieros que hacen las maletas ante la llamada de Angela Merkel?

-Mucha. La formación de un ingeniero es altamente costosa y es una verdadera lástima que eso no lo aprovechemos. Y sobre todo, me temo que serán los mejores ingenieros los que se vayan a Alemania.

-¿Qué le diría a un estudiante recién ingresado en la escuela?

-Le recomendaría que procurara trabajar en equipo y llevar en paralelo una formación rigurosa en idiomas. Y una vez que cumpla su etapa de conocimientos básicos, que procure relacionarse con el mundo empresarial.

-¿Es más difícil emprender en Andalucía que en otras regiones?

-Depende del sector. El sector industrial no ha tenido en Andalucía muchas facilidades para desarrollarse. Todo el mundo reconoce que uno de nuestros principales problemas ha sido que los servicios hayan tenido preferencia, dejando de la mano al sector industrial.

-¿Le ha pesado a Inerco la etiqueta de ser andaluza?

-No tiene por qué. En alguna ocasión se han sorprendido de que nuestro centro vital esté en Sevilla. Pero creo que eso está motivado porque la propia promoción de la región ha ido muy encaminada hacia el turismo o el golf. Cuando hay una empresa seria que hace las cosas bien, el hecho de estar en Andalucía no produce ningún rechazo.

-¿Es optimista sobre la crisis?

-Más que optimista, yo lo que tengo es esperanza.

-Eso suena a que la esperanza es lo último que se pierde.

-No exactamente. Tengo esperanza de que sepamos hacer las cosas en un marco que ha cambiado. Tenemos que tener muy claro que el mercado es el mundo. No puede haber optimismo cruzado de brazos. Las cosas no se arreglan solas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios