Dos años después la historia se repite. El A400M vuelve a lastrar las cuentas del consorcio aeronáutico europeo EADS. En 2007 la compañía perdió 446 millones de euros por culpa de los retrasos que acumulaba el programa del avión militar que se monta en Sevilla y en 2009 la situación empeoró. La cifra se multiplicó hasta alcanzar los 763 millones, frente al respiro experimentado el ejercicio anterior, cuando los beneficios fueron de 1.572 millones. La compañía sufrió este duro golpe en el corazón de sus cuentas porque tuvo que provisionar 1.800 millones para hacer frente a los sobrecostes del proyecto, que suma más de tres años de demora.

Pese a la noticia, el ambiente que se respiró ayer en París durante la presentación de resultados de EADS no fue derrotista. El optimismo y la tranquilidad reinaron en la sala de prensa, pese a que aguardaban otro par de jarros de agua fría: el grupo anunció que se retira del concurso de tanqueros de EEUU y que no repartirá dividendos este año por las pérdidas. Entonces, ¿por qué tan buena sensación? Porque, a pesar de los números rojos, EADS respira tranquila por el A400M, toda vez que la semana pasada logró sacarlo del coma tras llegar a un acuerdo con los siete países clientes.

El presidente de la compañía, Louis Gallois, y el director financiero, Hans Peter Ring, capitanearon el encuentro ante la ausencia del presidente de Airbus, Tom Enders, y el de Airbus Military, Domingo Ureña, dos habituales de la cita anual. El primero se apresuró a destacar que sin "la gran contribución" de los compradores -Alemania, Francia, España, Reino Unido, Turquía, Bélgica y Luxemburgo- "no se hubiera podido mantener el proyecto". "Los clientes han demostrado un gran interés ayudando a ponerlo en orden", añadió. "Vuelve a estar encarrilado", sentenció. Un paso que significa que se garantizan los 14.000 empleos que el A400M generará en toda Europa y que proporciona estabilidad a la plantilla de la factoría de montaje final del aparato que se encuentra en Sevilla.

¿Qué términos recoge el pacto entre EADS y los gobiernos? Gallois matizó que lo que se alcanzó el viernes pasado fue un "acuerdo de principios" por el que ambas partes se comprometen a "modificar el contrato firmado (en 2003) durante las próximas semanas". El documento esboza el reparto de los sobrecostes del proyecto entre ambas partes. Así, de los 5.300 que el fabricante pedía a los clientes, éstos pondrán finalmente 3.500: 2.000 de forma directa -con lo que sus 180 pedidos costarán 22.000 millones en lugar de 20.000- y 1.500 más que la firma les tendrá que devolver a través de una tasa -aún por concretar- sobre las exportaciones futuras de la aeronave. Lo que no reveló Gallois es en qué medida participará cada país. "Casi todos colaborarán, aunque es asunto suyo decidir con qué porcentaje", señaló. Entre éstos, estará "casi seguro" Reino Unido y eso que ha amenazado en varias ocasiones con anular dos o tres de sus 25 encargos.

Otro de los puntos recogidos es el de las cancelaciones. "Queremos limitarlas a un máximo de diez porque si no se provocaría un efecto en cadena que encarecería el producto", aclaró el presidente de EADS. Asimismo, el acuerdo recoge que los compradores no reclamarán indemnizaciones por los retrasos del programa. Eso sí, de cara a futuros contratiempos, "sí se establecen una serie de multas en el marco del nuevo calendario", explicó.

Gallois indicó que el potencial de exportación del aparato es "increíble", y marcó una horquilla de entre 400 y 500 ejemplares para los próximos 20 años. Y sugirió que Suráfrica podría subirse de nuevo al carro de los pedidos, tras cancelar sus ocho aviones a finales de 2009. "Lo sabremos en unas semanas", dijo.

En líneas generales, el presidente de EADS calificó el año 2009 de "duro", en el que "se dieron unas condiciones comerciales "muy difíciles". El grupo ingresó 42.800 millones, 500 menos que el año anterior, y registró un Ebit negativo de 322 millones frente a los 2.830 millones de 2008 por culpa de las provisiones para el A400M y el A380 y por los efectos de los tipos de cambio. De cara a 2010, las perspectivas son positivas. La compañía prevé que mantendrá las ventas y que volverá a los beneficios después del varapalo de 2009, por lo que el año que viene repartirá de nuevo dividendos.