Dos años después de la venta de la división azucarera a British Sugar, Ebro Puleva vuelve a desprenderse de parte de su negocio. Ayer anunció que ha alcanzado un principio de acuerdo con la multinacional francesa Lactalis, propietaria de la marca President, para vender la división láctea. El precio estipulado es de 630 millones de euros, superior a los 500 millones que barajaba el mercado. Finalmente, el esfuerzo de la española Leche Pascual y el consorcio financiero Pai Partners en la puja ha resultado baldío.

La venta de Puleva Food va a tener consecuencias. En primer lugar, sitúa a Lactalis como líder del mercado español de lácteos, con casi un 14% en leche, y un 12% en quesos, tras la reciente adquisición de Forlasa, propietaria de enseñas como El Ventero o Gran Capitán. La multinacional francesa llegará a los 1.200 millones de facturación en España y contará con 2.700 empleados. La segunda derivada tiene que ver con el hecho de que Ebro Puleva quiere hacerse fuerte en pastas y arroces, con un peso del 79% en el Ebitda de la compañía. El primer paso debe ser la adquisición de la división arrocera de SOS. Tras la inyección de liquidez propiciada por Lactalis, Ebro Puleva parte en la puja en una posición envidiable. Baste un dato: los 630 millones sirven para enjugar toda la deuda de la compañía, de 556 millones.

En Andalucía, Ebro Puleva tiene dos plantas lácteas, en Alcalá de Guadaíra, con 85 trabajadores, y Granada, con casi seiscientos. En esta ciudad tiene su base, también, uno de los buques insignia, la división biotecnológica Puleva Biotech. Se especulaba con que también fuera vendida, pero no será así. Es más, los contratos firmados con Puleva Food para aportar valor añadido a los productos se van a mantener, y la previsión es que este modelo se intensifique.

En cuanto a las dos fábricas, los sindicatos están mucho más tranquilos que si la compra hubiera sido realizada por un grupo español. Es sencillo de entender: Lactalis no tiene plantas en España y una adquisición por parte española hubiera podido traer consigo sinergias si se considera que hay exceso de fábricas, con las reducciones de plantillas consiguientes. No parece, tampoco, que este caso tenga mucho que ver con la venta de la azucarera, que se saldó con el cierre de las fábricas de La Rinconada y Guadalcacín. Aunque el negocio lácteo de Ebro Puleva ha bajado en facturación desde 2007, de 527 a los 444 millones de la actualidad, el Ebitda ha crecido, de 53 a 67 millones. Eso da idea de que el negocio es rentable, y, de hecho, Puleva no ha dejado de lanzar nuevos productos en 2009.

Antes de junio, la junta de accionistas deberá decidir el cambio de nombre de Ebro Puleva. Ya no tendrá sentido Ebro (en alusión al azúcar) ni Puleva (referido a la leche). La compañía podría optar por un nombre nuevo o el de una de las dos divisiones: Herba, por el arroz (con sede central en Sevilla) y Riviera, por la pasta. En cualquier caso, ya anuncia que el nuevo plan estratégico, que se desarrollará hasta 2012, profundizará más aún en el segmento meal solutions, referido a las comidas preparadas.