Economía

El FMI y el BCE enfrían la euforia y piden que se mantengan los estímulos

  • Ambas instituciones advierten del retraso en la reforma de la regulación financiera y del riesgo de "bajar la guardia" por los indicios de recuperación · Reclaman que las ayudas sigan hasta que el empleo crezca

Jarro de agua fría. El Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional coincidieron ayer en calmar la euforia desatada por los primeros síntomas de recuperación de la crisis, que podrían llevar a una retirada prematura de los planes de ayudas lanzados por las principales potencias del mundo. La advertencia se produjo justo en el arranque de la cumbre de ministros de Economía del G-20, quienes calibrarán este fin de semana si la mejoría es suficientemente robusta como para iniciar la supresión de los estímulos. El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, que compareció ayer ante el Bundesbank, el Banco Central de Alemania, confirmó la existencia de indicios de estabilidad en la economía, pero se mantuvo cauteloso e incidió en la necesidad de mantener las ayudas hasta que la recuperación se afiance y el desempleo comience a bajar.

La comparecencia de Strauss Kahn ratificó los análisis del BCE y la OCDE. La economía parece estar saliendo de la peor crisis económica y financiera desde la Segunda Guerra Mundial, pero la recuperación "será lenta" y promete estar acompañada de desempleo. "Me preocupan los elevados costos económicos y sociales de un alto nivel de desempleo, que persistirá incluso cuando los mercados financieros y el producto se estabilicen", señaló el responsable del FMI. Ante la fragilidad de la recuperación, advirtió que "las autoridades económicas deberían actuar con especial cautela" al decidir en qué momento retirarán las políticas de estímulo aunque se mostró partidario de que los gobiernos vayan elaborando ya sus planes de cara al futuro y destacó que la coordinación de las estrategias de salida de la crisis será tan importante como lo han sido las medidas contra la crisis.

Tras descartar que la inflación se vaya a convertir en un problema hasta que la recuperación esté asentada con firmeza, confirmó también su preocupación por el hecho de que la mejora de la situación en los mercados financieros "nos está llevando a bajar la guardia ante los difíciles problemas que quedan pendientes en el sistema bancario". En este sentido, instó a las autoridades a realizar un diagnóstico completo de los sistemas bancarios y establecer programas de gestión de activos para resolver el problema de los activos bancarios de mala calidad. Strauss-Kahn advirtió además que las reformas de la regulación financiera no están avanzando con la rapidez que sería necesaria.

El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, coincidió en esta línea de mesura. "Sería demasiado prematuro decir que la crisis ha concluido", insistió. No obstante, el banquero destacó que ya está preparando la estrategia que se aplicará cuando la crisis finalice. "Quisiera dejar claro que el BCE tiene una estrategia de salida y que estamos preparados para entrar en acción cuando sea el momento adecuado", subrayó.

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