Tribuna Económica

Gumersindo Ruiz

El Gobierno debería dar liquidez a las autonomías

Hace unos días un editorial de este periódico sostenía que el bloqueo a los Presupuestos y a la formación de gobierno no debería impedir la financiación a las autonomías. En efecto, la liquidez es ahora más importante que nunca, en un contexto de problemas internos y sobre todo externos, que pueden acelerar el deterioro de la economía. En julio de 2012 se creó el Fondo de Liquidez Autonómica con este propósito, y antes, por el ministro Montoro, se tomó una medida muy efectiva para evitar que la economía se hundiera aún más, dando liquidez para el pago a proveedores y generando una cadena positiva de flujos financieros hasta el rescate que vino de Europa y del Banco Central Europeo.

Se cae estos días en el sensacionalismo de dar datos de stocks o volúmenes de deuda, pero ahora lo importante es el margen operativo a partir de la relación entre ingresos y gastos, incluyendo ingresos de capital, costes, e intereses de la deuda. Destacamos cinco características de la financiación. La primera es la disparidad en torno a la media nacional con unos ingresos de 2.750 euros y 2.900 de gastos, por habitante y media del período 2014-2018. Cataluña, Valencia, Murcia, muestran los desequilibrios mayores, otras tienen superávit, y Andalucía está en equilibrio -alrededor de 2.600 euros por habitante- como fruto de años de gestión prudente de nuestras consejeras de Hacienda, que Standard&Poor's ha calificado de "satisfactoria". La segunda es que el déficit medio ha mejorado desde un 5,6% a un 3,3% del total de ingresos, pero los márgenes operativos para algunas comunidades son frágiles, pues Valencia, por ejemplo, tiene un déficit del 13,3%, y Cataluña es una terrible incógnita. La tercera es que, ponderando tres años, la carga de la deuda en relación a los ingresos es costosa para algunas comunidades (Valencia, Cataluña, Murcia, y Madrid que se ha financiado en mercado), mientras que Andalucía no llega a un 2%. La cuarta característica es que el 60% de toda la deuda de las comunidades la tiene el Estado, ya que puede financiarse gratis e incluso con intereses negativos, y la calificación crediticia de las comunidades se mueve con la de España, quitando Valencia y Cataluña, cuyas finanzas están muy deterioradas. Y la quinta, que la gestión de la liquidez es adecuada, a excepción de las comunidades con problemas, y de Madrid que se califica como "menos que adecuada".

Los datos nos dicen que de media no hay un problema con las autonomías, y que el gobierno debe trabajar buscando procedimientos legales para darles de inmediato toda la liquidez que necesiten, haciéndose a sí mismo un favor por el impacto positivo que esto tiene. Sin embargo, además de la voluntad de acordar una reforma sobre la financiación autonómica, los líderes de la oposición y sus partidos deberían reflexionar sobre las consecuencias de bloqueos sistemáticos a presupuestos y formación de gobiernos -parece que siempre encuentran un problema para cada solución-; y enfrentar la contradicción de las llamadas posiciones liberales, que hablan de manera poco responsable de reducir impuestos, cuando por otra parte piden más recursos para cumplir con las demandas de su propio electorado.

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