Año de fortísimo crecimiento para el Grupo Osborne, que este lunes oficializó los resultados de 2017 en su junta general de accionistas, en su gran mayoría pertenecientes a la familia que da nombre a la compañía. Osborne logró en el ejercicio de 2017 unas ventas netas de 233 millones de euros, con un crecimiento del 8% respecto a 2016, y un beneficio de explotación (Ebitda) de 41,5 millones de euros, que representa un incremento del 14% sobre el obtenido un año antes.

El presidente de la compañía, Ignacio Osborne destacó la importancia de estos resultados para la empresa familiar: “Consolidan la apuesta de Osborne por sus marcas premium, por la internacionalización y por la distribución selectiva en España de marcas de terceros”.

Y es que el año 2017 ha supuesto un fuerte crecimiento de las marcas propias en las categorías estratégicas para la compañía, como los productos ibéricos –con Cinco Jotas–, el brandy premium –Carlos I–, la ginebra premium –Nordés Gin– y vinos de Rioja, –Montecillo–, dentro de su apuesta por ser reconocida como productora y distribuidora de enseñas de máxima calidad.

Este buen comportamiento y significativo crecimiento permite superar “ampliamente” los resultados del año anterior y “compensar la caída provocada por la finalización de los contratos de distribución de Monster Energy Drink y Ron Santa Teresa”, sostienen desde la compañía.

Otro de los hitos del ejecicico para Osborne es el “buen desempeño” de marcas de terceros, como Brockmans Gin, Passport Scotch Whisky, 100 Pipers, o el ron Flor de Caña.

El grupo Osborne también atribuye esta buena marcha al éxito del relevo generacional en el consejo de administración (con Ignacio Osborne como presidente y Fernando Terry como consejero delegado) y al refuerzo del equipo directivo, con Bill Derrenger como director general, cuestiones que entienden que se ven reflejadas en los resultados de 2017.