Congreso de la UGT-A

Homenaje a Manolo

  • La primera jornada del congreso del sindicato se convierte en un acto de homenaje al líder saliente, Manuel Pastrana. Griñán y hasta cinco consejeros le arropan en su despedida.

Fue una despedida y algo más. La apertura del décimo congreso de la UGT de Andalucía se convirtió -era de esperar- en un homenaje a Manuel Pastrana, que termina su mandato en el sindicato tras quince años liderándolo. Fue, también, un acto de reparación, de defensa frente a las informaciones que le acusan a él y a la UGT-A de irregularidades o comportamientos poco éticos.

Con su simple presencia, la plana mayor del Gobierno, en su vertiente socialista, respaldó a Pastrana. Hasta cinco consejeros (María Jesús Montero, María del Mar Moreno, Luis Planas, Antonio Ávila y Carmen Martínez Aguayo) estuvieron allí, además del presidente, José Antonio Griñán. También Santiago Herrero, líder del empresariado andaluz, Pedro Carbonero, de Comisiones Obreras, y numerosos cargos públicos. Y representantes de movimientos sociales como la presidenta de Facua, Olga Ruiz, o el delegado territorial de la ONCE en Andalucía, Patricio Cárceles.

Muchos de los que salieron al estrado -como Griñán, Cárceles o Carbonero- fueron a abrazar a Pastrana tras sus discursos. Los epítetos fueron numerosos y la emotividad estuvo en el ambiente. Al propio Pastrana le costó dominar sus emociones en determinados momentos. Hasta recibió un regalo, la reproducción a pequeña escala de un caballo blanco, que simboliza ese cabalgar frente a todas las dificultades que sus compañeros le atribuyen.

La ristra de loas la comenzó Griñán, que le agradeció haber dejado "una UGT mejor, más preparada, más moderna y más paritaria". Y lo comparó con ese combatiente espartano renqueante que va a la batalla y, ante los reproches de sus compañeros, les dice que va a luchar por su país y los suyos, no a correr. "En circunstancias duras, difíciles e ingratas ha ejercido el liderazgo sin someterse al poder económico y ha superado el embate del dolor y la enfermedad". Más personales fueron las referencias del delegado territorial de la ONCE, Patricio Cárceles, que lo llenó de cualidades: "Ejemplo de honradez, bondad, respeto, generosidad, capacidad de sacrificio...", y rememoró sus paseos con él como modelo "de la España plural y de la concordia".

Herrero, más sobrio, también se puso como ejemplo, en su relación con Pastrana, de superación de las diferencias. "Las relaciones institucionales se han convertido en relaciones personales, y ése es mi caso con Manolo Pastrana. Y uno ha valorado en él cualidades como el coraje o el diálogo con los otros". Por cierto, Herrero, en contraste con Rosell en el congreso de la UGT nacional, fue recibido con tímidos aplausos.

Los sindicalistas, en su elogio a Pastrana, adoptaron un papel más de combate. Carbonero: "Les preocupa (en referencia a los que le han atacado) que un dirigente del movimiento obrero tenga carisma, fuerza, coraje, que sea leal honrado y honesto. Manolo, ladran porque cabalgamos con paso firme y la fuerza de la razón". Manuel Fernández Lito, líder de la federación del metal a nivel nacional: "Si alguien en Andalucía dice que has abandonado el barco como consecuencia de lo que ha pasado es un sinvergüenza". Pepe Álvarez, líder de la UGT catalana: "No he conocido a nadie que haya trabajado tanto por su tierra".

Cándido Méndez fue más allá y afirmó que los ataques obedecen a un plan para "arrinconar" el hecho sindical en el desván de la historia. ¿Y Pastrana? Puso un poco de sal: "Eso de Manolo el magnífico es una absoluta gilipollez". Y a continuación, de forma breve, alabó la labor de equipo, se mostró agradecido con las instituciones, elogió a los políticos ("que no son una panda de...") y mostró el mayor afecto por su hermana, Pilar Pastrana, que lo ha cuidado en su enfermedad.

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