Tribuna Económica

carmen pérez

Mensaje de Navidad del Banco de España

Muchos estamos habituados a vivir con continuos bombardeos publicitarios para que aplacemos el pago de nuestras compras. Así, al pasar la tarjeta en una gran superficie recibimos inmediatamente en el móvil un mensaje de nuestra entidad financiera que nos ofrece trocear el importe en cómodos pagos. También es habitual que una pantalla nos incite a aceptar el crédito que tenemos preconcedido al sacar dinero del cajero o cuando consultamos nuestra cuenta on line. O en cualquier establecimiento, si el gasto es de cierta importancia, la pregunta siempre es la misma: ¿aplaza el pago? Sin embargo, a otras muchas personas estas ofertas no suelen llegarle porque no cuentan con las garantías necesarias que exigen los bancos o los establecimientos financieros tradicionales. Y como suelen ser las que realmente lo necesitan se ven abocadas a solicitar créditos rápidos a entidades que ni siquiera están supervisadas por el Banco de España.

Los créditos rápidos son "préstamos de importes pequeños que suelen ser concedidos de forma inmediata, a través de internet o por teléfono, sin que prácticamente se requiera documentación a la persona que lo solicita". Pero todas esas facilidades terminan teniendo un precio bien alto. Resulta lógico que los intereses y comisiones sean mayores por el riesgo que conllevan estos créditos de rápida concesión y menores garantías exigidas. Pero lo que no resulta aceptable es que se eleven de forma desproporcionada. La TAE resultante supera el 4.000% en algunas entidades.

¡Cuidado con los créditos rápidos! es el mensaje de Navidad que nos ha dejado esta semana el Banco de España, a través del Portal del Cliente Bancario. En esta época se disparan las compras y es más posible ceder a la tentación de pedir prestado. Nos advierte de todos los créditos rápidos, pero especialmente advirtiendo de las entidades que escapan a su control. Hace así un llamamiento al consumo responsable, haciendo notar el tremendo error que supone acudir para cubrir caprichitos a este tipo de créditos.

Pero haría bien el Banco de España en acordarse durante todo el año de los que acuden a ellos no para superficialidades, sino por la necesidad de dinero rápido extra hasta el día del cobro de nómina para un apuro por una compra no planificada o para pagar una factura inesperada. El documental de Netflix, dentro de la serie Dirty Money, sensibiliza de forma extraordinaria con estas situaciones en las que este tipo de préstamos es la única solución para muchas personas, y que en numerosas ocasiones quedan atrapadas y tienen que renovar y renovar, volviéndose insoportable.

El Tribunal Supremo recientemente ha puesto límite a los intereses de estos créditos, concluyendo que aquellos que dupliquen el interés medio del mercado deben considerarse usurarios y, por tanto, nulos. Aún está en vigor la Ley de Represión de la Usura de 1908. Pero a pesar de esto, siguen ejerciendo su actividad empresas que aplican no el doble sino 500 veces más. Esperemos que el Banco de España lance otro mensaje de Navidad, al Gobierno estatal y autonómicos: que no permitan que estas entidades desarrollen su actividad con semejantes condiciones.

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