La página del inversor

¿Pánico desmedido?

  • La caída de las bolsas obedece a los temores recesivos, los problemas de solvencia de las aseguradoras que avalan las emisiones de deuda y las restricciones de liquidez

El comportamiento de las bolsas desde comienzos del año, con unas caídas acumuladas superiores al 20 por ciento (y especialmente virulentas el pasado lunes), poseen un elevado componente de pánico, y reflejan una aversión al riesgo en niveles máximos. Junto a ello, la innovación financiera -las estrategias de venta a corto, o los stop loss que realizan órdenes de venta si los índices bajan a determinados niveles- ha provocado que estos movimientos se amplifiquen.

El castigo del lunes, es un ejemplo de que, a veces, el ánimo inversor es tan relevante como los fundamentales. La ausencia de señales recientes de deterioro o recesión en EEUU y en la economía global y, al margen de las malas cifras de la banca de inversión americana, las pocas perspectivas de traslado al resto del mapa sectorial de esta situación, no eran signos que hicieran prever la debacle. Sin embargo, el escaso calado de las medidas de estímulo fiscal presentadas por George W. Bush (por su falta de concreción), precisamente uno de los factores que debería evitar una deriva recesiva en EEUU, fue el detonante de la crisis en los índices.

Sus recortes se intensificaron ante la posible rebaja de rating de las aseguradoras monoline (las que avalan las emisiones de deuda de las empresas). Con ello, se dibujaba un escenario lleno de dudas sobre la solvencia de esas compañías, que alertaba sobre el riesgo de pérdida de valor de sus activos. Esto podría repercutir en los bancos, que tendrían mayores necesidades de financiación en un entorno de crisis y restricciones de liquidez, y profundizar en la desaceleración. Por tanto, para solucionar el problema, se hacen necesarias nuevas inyecciones de capital por parte de las autoridades, que, de no recibirse, podrían propiciar restricciones crediticias adicionales. Tranquiliza que las aseguradoras, el regulador y los tenedores de bonos ya se hayan reunido para elaborar un plan de rescate destinado a estas debilitadas compañías, vía nuevas inyecciones de capital.

Como respuesta a esta situación, la Fed bajó de forma sorpresiva tres cuartos de punto los tipos de interés -el mayor recorte desde octubre de 1984-. La reunión, que estaba prevista para el 30 de enero fue adelantada con un claro objetivo: inyectar algo de confianza en las bolsas y evitar mayores caídas, dejando ver al mercado que la Reserva Federal estadounidense se mantendrá proactiva para evitar una recesión económica en el país. Sin embargo, en una coyuntura de restricción crediticia como la actual, el estímulo monetario no se transmite con la misma intensidad, dadas las dificultades de las entidades para captar financiación y la prudencia con la que actuarán a futuro. De ese modo, medidas como el plan de rescate concertado para las aseguradoras monoline, dirigidas al epicentro de la crisis -el sistema financiero-, son a fecha de hoy mucho más positivas y eficaces que cualquier recorte de tipos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios