Economía

Rasgos característicos del sector comercial andaluz

  • Los nuevos sistemas de gestión, la incorporación de nuevas tecnologías y el desarrollo del marketing han sido claves para el fortalecimiento de la actividad

El análisis de los principales rasgos del sector comercial andaluz nos lleva necesariamente a un concepto: la dualización. En nuestra región conviven el comercio tradicional, que es mayoritario, con un comercio más innovador que ha ido aumentando cada vez más su cuota de mercado.

Este hecho marca desde sus inicios la política comercial de la Junta de Andalucía que, además de perseguir un sistema comercial eficaz y eficiente y de favorecer una distribución de la actividad comercial territorialmente equilibrada, se dirige esencialmente a apoyar al pequeño y mediano comerciante como herramienta básica para el desarrollo del sector, con el objetivo constante de incrementar su productividad y competitividad.

En este contexto, la utilización de nuevos sistemas de gestión empresarial, más eficaces, y la incorporación de nuevas tecnologías de la información a nuestras pymes, unidos al desarrollo del marketing y la introducción de nuevos planteamientos orientados de forma prioritaria a satisfacer las necesidades del cliente, han resultado claves para el fortalecimiento del comercio andaluz, permitiendo ampliar la oferta de servicios y productos por un lado y, por otro, mejorando la gestión interna de la propia empresa.

Un diagnóstico de las tendencias del sector comercial desde el punto de vista de la demanda sitúa en un lugar relevante los cambios demográficos, económicos y sociales que viene experimentando la sociedad andaluza desde hace ya varias décadas que han repercutido en la estructura del gasto en bienes y servicios y, por tanto, en la demanda de su población, en general, y en la comercial, en particular. Atendiendo a estos criterios, podemos definir otros rasgos característicos de la situación comercial en Andalucía, donde se produce un descenso poblacional en los tramos de edad con mayores necesidades de consumo (niños, adolescentes y jóvenes), mientras que los tramos que menos consumen (mayores de 65 años) incrementan su porcentaje.

Esta tendencia natural de la población está acompañada de un rejuvenecimiento de los gustos y costumbres, que se manifiesta en una especie de prolongación de la adolescencia hasta bien entrada la década de los cincuenta.

La reducción del número de miembros de la unidad familiar y la mayor implicación de la mujer en el trabajo exige la necesidad de agilizar el proceso de compra haciéndolo más rápido y sencillo. Este cambio social es un motivo más que afirma la necesidad de modernización y reestructuración del comercio adaptándolo a las condiciones del mercado.

En cuanto al empleo cabe destacar la importancia del comercio como fuente de autoempleo en Andalucía, teniendo un significativo peso el empleo femenino. También destaca un aumento en la proporción de empleados con estudios secundarios y universitarios. En este sentido, la concienciación de las empresas de la necesidad de formación es creciente y de hecho mejorar la formación es uno de los retos a los que se enfrenta la actividad comercial andaluza.

La adaptación a las nuevas tendencias de la información y de las comunicaciones, el desarrollo de nuevas formas comerciales y la necesidad de conseguir un empleo estable y de calidad son otros de los rasgos que marcan la situación del empleo comercial de nuestra región.

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