Economía

Rato advierte que, ante la crisis, "esperar sale muy caro"

  • El ex ministro alerta sobre las alzas de las materias primas

La última frase de la intervención de Rodrigo Rato ayer en la CEA fue la más esperada por numeroso aforo, porque fue la única que hizo referencia a la política española. Ante la pregunta de qué haría él hoy si fuera ministro, el que fuera titular de Economía entre 1996 y 2004 respondió: "Por mi experiencia, sé que, en Economía, esperar sale muy caro".

Se posicionaba así de acuerdo, veladamente, con las críticas que el Gobierno español ha recibido del Partido Popular, y en especial tras conocerse el proyecto de Presupuestos del Estado para 2009, de inactividad ante la crisis. Rato sí defendió, no obstante, que "España cuenta con elementos anticíclicos, como las reservas impuestas a los bancos a finales de los '90 [provisiones genéricas], que son la base de la solidez del sistema financiero español".

No obstante, el también ex director gerente del Fondo Monetario Internacional tachó igualmente a Europa de "lenta para adaptarse a los retos y dificultades financieras". La UE ha sido incapaz hasta ahora de acordar medidas conjuntas ante lo que Rato definió como "un cambio de ciclo brusco, peligroso e incómodo".

La advertencia sobre la necesidad de rapidez la hizo extensiva al otro lado del Atlántico. Ante la dramática situación que se vive en el sistema financiero de EEUU, aseguró que este país "debe decidir democráticamente qué intervención debe tener su Gobierno ante la crisis, pero el resto del mundo también puede recordarle que es importante y urgente que tome medidas".

Durante su hora larga de intervención, bajo el título Alternativas de la economía mundial, el ex ministro identificó a la contención de la inflación y los bajos tipos de interés -"bajo precio del riesgo", según su terminología- como elementos clave del "mayor periodo de crecimiento de los últimos cuarenta años, el vivido entre 2002 y 2007". La primera la justificó por el positivo efecto de la globalización, que "ha incorporado a la economía mundial a número enorme de trabajadores y también de consumidores, lo que ha abaratado las manufacturas y hecho crecer la competitividad". La baja percepción del riesgo la basó "en que se ha diseminado gracias los productos financieros estructurados".

Junto a estos dos factores, señaló a la libertad de comercio y a la eclosión de las economías emergentes de Asia y América como otros dos pilares fundamentales de esa positiva evolución.

Pero, al mismo tiempo, esas condiciones hicieron germinar un grave desequilibrio que está detrás del estallido de las hipotecas basura en agosto de 2007: la enorme diferencia, dentro del sistema financiero, entre el ahorro y la inversión, en favor de esta última. "Ello ha provocado que el primer test que afrontaba esta época de crecimiento, test que aún no ha terminado, esté siendo brutal y rápido".

De cara a la evolución a corto y medio plazo, el hoy directivo ligado a Criteria, Santander y el banco Lazard apuntó dos factores básicos e interrelacionados. Primero, "el alza de las materias primas puede ser una causa clara de restricción del crecimiento. Los países consumidores y productores deben de tener políticas de demanda y producción adecuadas". Al tiempo, será fundamental profundizar en la liberalización comercial "y concluir la ronda de Doha, especialmente en los que se refiere a la liberalización de los flujos de inversión y financieros, algo que puede ayudar a evitar efectos negativos de las materias primas sobre el crecimiento".

Y a estos factores les añadió unos gramos de optimismo: la economía mundial es hoy más sólida, estable y con más fuentes de crecimiento que a principios de siglo.

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