Caja de Burgos admite las dificultades existentes para apuntalar el proceso de agrupación del grupo Banca Cívica y Cajasol antes de que acabe el año, tal y como había recomendado el Banco de España, según reconoció ayer el secretario general de Caja de Burgos, Andrés Carretón. "Faltan aspectos claves" como la aprobación por las asambleas de las cajas y las ratificaciones de esos acuerdos por los gobiernos autonómicos de Castilla y León y Andalucía. Otras fuentes del futuro SIP contradijeron sin embargo esta versión y prometieron que la integración se producirá a tiempo.

En el caso de Burgos, la decisión sobre el proyecto de integración de Cajasol en el SIP de Banca Cívica no se producirá hasta la asamblea extraordinaria del 21 de diciembre. Si la asamblea aprueba la agrupación se podrá trasladar a partir de esa fecha la solicitud a la Junta de Castilla y León, cuyo informe es vinculante para cerrar la operación, aunque la asamblea de Cajasol, la entidad sevillana que preside Antonio Pulido, no tratará el asunto hasta el 27-D. El secretario general de Caja de Burgos consideró que lo importante de la operación que se pretende al agrupar Banca Cívica y Cajasol no es tanto la posición en la que queden en el ránking nacional de cajas, sino la consolidación de la solvencia del grupo y la mejora de su liquidez.