En un ambiente solemne y excepcional, tal y como lo calificó el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, tras la firma ayer en el palacio de La Moncloa del Acuerdo Social y Económico por el Gobierno, CCOO, UGT, CEOE y Cepyme, el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró que el pacto contiene "una finalidad colectiva, un ánimo común" de trasladar "un mensaje fuerte de confianza y de las responsabilidades a toda la sociedad española, a la UE y a la comunidad internacional".

Casi simultáneamente, el líder socialista fijó otros "tres objetivos" en otro nivel del acuerdo social: el crecimiento, el empleo y la sostenibilidad de las cuentas públicas, con las pensiones como el generador del "mayor gasto público". Pero, sobre todo, insistió en que la finalidad última es "acelerar la recuperación económica y acelerar la creación de empleo".

Zapatero aprovechó la firma del acuerdo para reclamar a los grupos parlamentarios "apoyo, comprensión y capacidad de diálogo y acercamiento". Y comprometió al Gobierno en un "esfuerzo de explicación" de los acuerdos. Además, lanzó un mensaje a los ciudadanos, "un mensaje de confianza, un mensaje de respaldo a este acuerdo". "Para que cada uno desde su tarea fortalezca los objetivos de creación de empleo", explicó en un día en el que se supo que enero dejó 130.930 parados más -sobre estas nuevas cifras dijo que, aunque es un mes estacionalmente malo, "no hay consuelo ni atenuante, pero aún menos resignación"-. "Con el consenso máximo -continuó- de las fuerzas políticas, mejoraremos la aplicación del acuerdo y será más rápido".

El presidente otorgó también todo el mérito del acuerdo a las organizaciones sindicales y empresariales, que estuvieron representadas por Juan Rosell (CEOE), Ignacio Fernández Toxo (CCOO), Cándido Méndez (UGT) y Jesús Terciado (Cepyme). Y se deshizo en elogios hacia ellas: "Su sentido de la responsabilidad y altura de miras en este momento de dificultades económicas, quedará como una de las mejores páginas de vuestra contribución al servicio de España". Asimismo, señaló que el pacto suponía una recuperación del diálogo social. En esta misma línea se manifestó el ministro de Trabajo e Inmigración, que destacó "el compromiso, la responsabilidad y la lealtad" de dichas organizaciones y subrayó la importancia de la recuperación del diálogo social.

Por su parte, Juan Rosell, recién llegado a la presidencia de la CEOE, defendió, en tono muy positivo, que el acuerdo social alcanzado "no es sólo un titular, tiene contenido", y centró gran parte de su intervención en un "asunto pendiente de gran importancia: la negociación colectiva". "Nos hemos puesto un plazo muy exigente -19 de marzo-, y espero que podamos poner encima de la mesa su reforma" a tiempo. El secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, se mostró convencido de que el trabajo realizado había "merecido la pena", y destacó las iniciativas aprobadas para paliar el "altísimo paro entre la población trabajadora más joven y los parados de larga duración". "La sociedad española se preocupa de quienes peor lo están pasando con una ayuda relacionada con la formación", comentó Toxo en relación con la subvención de 400 euros.

Cándido Méndez, secretario general de UGT, dijo que su organización suscribió este acuerdo porque "estamos convencidos de que es como mejor defendemos los intereses de la clase trabajadora de este país". Y dejó claro que la firma ayer del pacto social se producía gracias a la huelga general del pasado 29 de septiembre.

Menos optimista que Rosell, el máximo responsable de Cepyme, Jesús Terciado, tachó el acuerdo de insuficiente, aunque dijo que la "confianza" que trasladaba a los mercados justificaba su firma. Y aprovechó para recordar que el principal problema de las pequeñas y medianas empresas sigue siendo la falta de financiación. "No sólo estoy hablando de financiación para inversiones, estoy hablando también para capital circulante, avales y renegociación de deuda…", explicó.