Economía

Un año de ralentización

  • El año 2008 se caracterizará por la desaceleración en EEUU y Europa · La duda está en saber si habrá recesión en EEUU y en el comportamiento de la inflación

La economía estadounidense, como es habitual en todos los ejercicios, y en este especialmente, constituye el eje central sobre el que giran todas las previsiones para la economía global de cara al 2008. La cuestión es si EE UU entrará en recesión, escenario con escasas posibilidades de cumplirse dado que el sector exterior, por un lado, y la actitud pro-activa de la Fed, por el otro, deberían limitar el alcance de la desaceleración. Lo que parece evidente, sin embargo, es que a corto y medio plazo la economía americana moderará su crecimiento por debajo de su potencial, registrando el resto del mundo una ralentización ordenada.

Las previsiones de crecimiento del PIB en EE UU, después de avanzar en torno al 2,2 por ciento en 2007, se estiman en el 2 por ciento para 2008. Pese al diferencial tan escaso, sí hay diferencias cualitativas. Así, el consumo privado tenderá a desacelerarse; el sector residencial seguirá aportando crecimiento, aunque a un ritmo menor por el descenso de los precios de las viviendas; los beneficios empresariales empezarán a resentirse; y el sector exterior continuará beneficiándose por la debilidad del dólar y la demanda de los países emergentes.

En definitiva, será un año de "menos a más", pudiendo finalizar el ejercicio en niveles próximos al 2,5 por ciento. En cuanto a la inflación, en el corto plazo se mantendrá por encima del 4 por ciento, pero la disminución del consumo la llevará a moderarse a partir de la primavera. La economía de la Zona Euro, por su parte, debería desacelerarse en 2008 hacia tasas cercanas a su potencial en torno al 2 por ciento. Moderación debida a la ralentización de la economía estadounidense, el endurecimiento de las condiciones monetarias (altos niveles de los tipos y apreciación del euro), así como las mayores dificultades para acceder al mercado de crédito. En España, la moderación será mayor, con una inflación superior a la media europea.

El grado de desaceleración dependerá, por un lado, de la intensidad del ajuste inmobiliario (los precios de las viviendas empezarán a caer en términos reales) y sus ramificaciones al mercado laboral y al consumo; también por el lado de la capacidad de otros sectores, como inversión en bienes de equipo, infraestructuras o exportaciones, para compensar esta tendencia. Las previsiones apuntan a un crecimiento del PIB en 2008 de 2,8 por ciento.

Pese a ello, la economía mundial seguirá creciendo por encima de su potencial debido a que las economías emergentes servirán de contrapeso gracias al fortalecimiento de su demanda interna.

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