La economía sevillana vuelve a suspender en la asignatura del desempleo. Junio no suele ser un buen mes para el mercado laboral de la provincia y el de este año no ha sido una excepción. Tras dos meses de leve mejoría, el fin de la temporada turística de la primavera y la crisis hortofrutícola han arrastrado a más de un millar de personas a las listas del paro durante el pasado mes de junio. Sin embargo, el saldo final se reduce a sólo 92 parados más respecto al mes de mayo gracias al buen comportamiento de la industria y el descenso del número de integrantes del colectivo que busca su primer empleo, que contrarrestan la crisis agraria y de los servicios con un descenso de 975 parados. La construcción también aporta su grano de arena, con una leve disminución del 0,1% que se traduce en 78 parados menos.

La provincia de Sevilla cierra el primer semestre con 210.781 desempleados y se encuentra aún lejos de ver luz al final del túnel. Además de culminar el peor mes de junio de los últimos seis años -la serie de datos comparable arranca en 2005-, la economía provincial cumple diez meses afianzada por encima de la cota psicológica de los 200.000 parados, según las cifras del Ministerio de Trabajo.

El número de cotizantes sufrió el mayor desplome del año, ya que 5.260 personas dejaron de ser afiliados. La cifra total se sitúa en 697.876, casi un 1% menos que hace un año, y la peor cifra desde agosto de 2010, momento en el que la afiliación tocó fondo con algo más de 693.000 cotizantes.

La reforma laboral no funciona, al menos en lo que se refiere a la creación de empleo estable. Aunque la contratación repuntó en junio un 4,1% en relación con el mismo mes de 2010, el contrato indefinido sigue siendo el gran ausente de la fiesta. La mejora se debió en realidad al aumento de los contratos temporales, que aumentaron un 4,6%, con un total de 68.648 acuerdos.

La contratación fija retrocedió un 6%, y sólo se firmaron 2.836 contratos indefinidos. Su escaso peso en el conjunto total queda patente en el reparto: de cada cien contratos que se firmaron en el mes de mayo, menos de cuatro -exactamente el 3,96%- fueron indefinidos. Estos indicios apuntan a una ralentización en general de la actividad económica, que sigue sin mostrar síntomas claros de recuperación. La única excepción es la industria, un sector con poco peso en la economía provincial pero volcado hacia el exterior, lo que se refleja en la mejora de su actividad.

Uno de los mayores dramas que reflejan las estadísticas del Ministerio de Trabajo es la cada vez mayor desprotección de los desempleados. En comparación con el mismo mes del año pasado, el gasto en prestaciones descendió en mayo -último mes del que se tienen cifras- un 8,8%, hasta 113,7 millones de euros. El número de beneficiarios disminuyó casi en la misma proporción, un 7,9%, ascendiendo a 164.159. La incongruencia radica en que el paro registrado durante el pasado mes de mayo era un 6% superior al de mayo de 2010. La explicación estriba en que los parados que perdieron su empleo en los primeros compases de la crisis han ido agotando sus prestaciones sin reincorporarse al mercado laboral, con lo que el riesgo de exclusión social es cada vez mayor.

Los sindicatos expresaron ayer su preocupación por este fenómeno. "Exigimos al Gobierno la prórroga de la ayuda extraordinaria a las personas que han terminado su prestación económica, ya que, mientras que el Ejecutivo sea ineficaz a la hora de crear empleo, debe garantizar al menos un mínimo nivel de subsistencia a las personas desempleadas como medida de protección social", señaló ayer la secretaria de Empleo de CCOO-Sevilla Teresa García. Por su parte, UGT-Sevilla recalcó que "es preciso prestar una atención especial a los grupos de población que sufren mayor discriminación y a los que la crisis les está afectando en mayor medida, entre otros, los jóvenes".