Economía

El frenazo de la construcción provoca una bajada del consumo de cemento andaluz

Sala de control de la fábrica del Grupo Cementos Portland Valderrivas de Alcalá de Guadaíra.

Sala de control de la fábrica del Grupo Cementos Portland Valderrivas de Alcalá de Guadaíra. / R. E.

Entre 2006 y 2015, el consumo de cemento producido en Andalucía se redujo un 82%. En cifras totales, eso significó pasar de unas 10,5 millones de toneladas a 1,8 millones.

Desde entonces, el sector ha ido remontando lentamente, aupado por un crecimiento sostenido de la construcción privada, hasta las 2,3 millones de toneladas.

Sin embargo, los nubarrones vuelven a instalarse en el horizonte del sector, que emplea de forma directa cerca de 700 personas en la comunidad.

Datos más recientes

Así, sólo en agosto, el consumo de cemento en Andalucía cayó un 3,3% respecto al mismo mes del año anterior, lo que supuso 7.499 toneladas menos.

Desde la Agrupación de Fabricantes de Cemento de Andalucía (Afca) indicaron que entre enero y agosto se ha producido una desaceleración importante del consumo. "Estos datos indican una paralización del crecimiento del sector de la construcción debido a los signos de agotamiento del ciclo alcista de la edificación y a la falta de reactivación de la obra civil", aseguró el director de Afca, Ricardo López Perona.

En agosto se registró una caída del 3,3% respecto al mismo mes del año pasado

Además, las malas noticias se expanden a las exportaciones, que ya encadenan dos años en números rojos. De este modo, las ventas al exterior cayeron un 58% en agosto.

Mientras que en el periodo de enero a agosto, las exportaciones de cemento y clinker descendieron un 46%, alcanzando las 731.720 toneladas, 637.868 toneladas menos que el mismo período de 2018.

"Esta reducción en el volumen de exportaciones es motivo de preocupación para nuestra industria, ya que se debe a la pérdida de competitividad que está sufriendo en los mercados internacionales motivada principalmente por el ascenso de los costes energéticos. Un hecho que no sólo penaliza a nuestras exportaciones, sino que abre la puerta a la importación procedente de países extracomunitarios, donde no cuentan con una agenda de descarbonatación como la de la Unión europea, y en los que no se penaliza fiscalmente las emisiones de CO2", explicaron desde la patronal que agrupa a las empresas cementeras andaluzas.

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