Economía

irlanda Modelo para Europa de país intervenido

  • Los irlandeses han aceptado las durísimas medidas de austeridad aplicadas por Dublín

La República de Irlanda, segundo país intervenido en la zona del euro después de Grecia, lleva casi dos años siguiendo un duro plan de ajuste económico que empieza a dar resultados, a pesar de que aún afronta retos considerables. Desde que en noviembre de 2010 este país se vio obligado a pedir un rescate a la Unión Europea (UE) y al Fondo Monetario Internacional (FMI), Dublín ha ido cumpliendo uno por uno los objetivos marcados en el programa de ayuda, cuantificado en 85.000 millones de euros.

Aunque la intervención externa en la política económica nacional dejó a los irlandeses en estado de shock, los ciudadanos, sobre los que han caído gran parte del peso de los recortes, han aceptado las durísimas medidas de austeridad aplicadas por el Gobierno y su compromiso para rescatar a los bancos. Cada trimestre, los inspectores del Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea (CE) y el FMI han certificado el cumplimiento con las condiciones de su rescate, incluso cuando ha rebajado las previsiones de crecimiento de su economía.

Según la troika, el Gobierno cumplió con "holgura" con todas las metas fijadas para 2011, lo que le ha dejado en una posición ideal para "consolidar" esos progresos durante 2012, el año de los tijeretazos más severos. El Ejecutivo irlandés se ha comprometido a aplicar medidas de ajuste encaminadas a ahorrar 4.200 millones de euros durante este año, de manera que pueda reducir su déficit público hasta el 8,6 % del Producto Interior Bruto (PIB) en un contexto de crecimiento del 0,5 %.

La hoja de ruta irlandesa prevé que 1.500 millones de euros irán a parar a las arcas del Estado mediante impuestos adicionales, mientras los 2.100 millones restantes se conseguirán gracias a una severa reducción del gasto público.

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