La gran reforma pendiente de la economía española es el incremento de la productividad y la competitividad de su tejido productivo. Ésta es la tesis que defendió ayer el director del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), Francisco Pérez, que fue invitado a la sesión ordinaria del Observatorio Económico de Andalucía para pronunciar la conferencia Salir de la crisis: los desafíos de la competitividad".

Francisco Pérez, catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universitat de Valencia, sostuvo que la crisis no ha hecho más que "emerger una serie de desequilibrios que existían desde hace mucho tiempo en la economía española". Entre ellos, destacan el acusado déficit exterior, que "implica que durante muchos años compramos de lo que vendíamos", o la escasa productividad del tejido productivo, que se plasma en una industria con un aprovechamiento limitado de los recursos. Un ejemplo sería la construcción, intensiva en mano de obra pero con un escaso valor añadido.

El problema de fondo es la composición del sector empresarial privado, donde las microempresas de menos de diez trabajadores suponen el 40% del total, "mientras que en Francia o Alemania es un 20%". Para Francisco Pérez, es necesario un cambio de mentalidad que sólo puede proceder desde los propios empresarios para crear empresas más eficientes. "Para resolver los problemas de competitividad, la pelota está en el tejado de los empresarios", manifestó el director del IVIE. Francisco Pérez resaltó también la urgencia de que las reformas que está ejecutando el Gobierno sean creíbles para que los mercados recuperen la confianza en la capacidad de España para devolver los créditos recibidos en los años de bonanza económica.