El encarecimiento de los combustibles y de la alimentación moderó la caída interanual de los precios en mayo, hasta el 0,2%, si bien suman ya once meses en negativo, el mayor periodo continuado de descensos de toda la serie histórica del Instituto Nacional de Estadística (INE), que comienza en 1961.

El índice de precios de consumo (IPC) ha registrado descensos continuados en su tasa interanual desde julio de 2014, si bien en los cuatro últimos meses se ha moderado esa tendencia. El Gobierno espera que que los precios pasen al terreno positivo a finales de año, una vez se disipe el impacto negativo del abaratamiento del petróleo.

De hecho, en mayo moderaron su descenso los precios del transporte, hasta bajar el 2,2% (un punto menos que el mes anterior), debido al encarecimiento de carburantes y lubricantes, que hace un año se mantuvieron estables.

También ralentizaron su caída los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, que bajaron el 1,3 % (casi un punto menos), debido al mayor encarecimiento de las frutas frescas, aunque también al menor abaratamiento de las legumbres y hortalizas frescas.

Asimismo, influyeron los incrementos de los precios de las patatas y sus preparados y de los aceites, que un año antes bajaban.

Los sindicatos atribuyeron la caída de precios al descenso de los costes laborales y de la renta de las familias, y reclamaron que los trabajadores mejoren su poder adquisitivo para poder percibir la recuperación.

La patronal, por su parte, insistió en mantener la moderación salarial para aumentar la competitividad y favorecer la creación de empleo, al tiempo que previó que los precios se mantendrán en negativo la mayor parte del año.