Coyuntura

La ralentización del crecimiento andaluz se intensificará en los próximos meses

  • El Observatorio Económico de Andalucía reduce el crecimiento al 2,5% este año y al 2,1% en 2019, y avisa de que algunos analistas ya hablan de cambio de ciclo. 

Francisco Ferraro, Francisco Herrero y Manuel Alejandro Hidalgo

Francisco Ferraro, Francisco Herrero y Manuel Alejandro Hidalgo / Belén Vargas (Sevilla)

Andalucía ya ha entrado en una etapa de menor alegría económica. Aquellos años -de 2015 a 2017- con crecimientos por encima del 3% del Producto Interior Bruto (PIB) no los veremos en los próximos años. Y los indicadores muestran que la velocidad de este avance irá disminuyendo, aunque sin que se vislumbren aún, ni mucho menos, tasas negativas, o lo que es lo mismo, recesión.

Esta fue la idea que transmitió ayer el Observatorio Económico de Andalucía (OEA), que presentó ayer con la Universidad Pablo de Olavide, en colaboración con la Cámara de Comercio de Sevilla, el informe 'Economía Andaluza. Segundo Trimestre de 2018', en el que se hace un diagnóstico de la salud actual de la economía regional.

Indicadores económicos de Andalucía y España. Fuente: Observatorio económico de Andalucía. Indicadores económicos de Andalucía y España. Fuente: Observatorio económico de Andalucía.

Indicadores económicos de Andalucía y España. Fuente: Observatorio económico de Andalucía. / Dpto. de Infografía

Prevé que la fortaleza de la inversión empresarial disminuya por las incertidumbres externas e internas

En él se constata que en el segundo trimestre la comunidad creció un 0,5% trimestral, una décima menos que entre enero y marzo y también una décima menos que a nivel nacional. En tasa anual, el incremento es del 2,5%, cuatro décimas menor que en el periodo inmediatamente anterior y dos menos que a nivel nacional. Para el conjunto de 2018, el OEA espera un avance precisamente del 2,5%, dos décimas menos que lo que preveía en el informe de mayo, cifra que se reducirá al 2,1% en el conjunto de 2019. Hoy mismo la CEOE pronosticaba un avance del PIB del 2,7% para España en 2018 y del 2,3% en 2019, mayor en los dos años que el andaluz.

¿Por qué ocurre esta intensificación de la aceleración? Según se observa en los indicadores del segundo trimestre, el turismo “da signos de agotamiento, con un crecimiento negativo tanto en Andalucía como en España” -señala Manuel Alejandro Hidalgo, profesor de Economía Aplicada de la Pablo de Olavide-, motivado por factores como el Brexit, el fuerte repunte de países como Turquía y el debilitamiento económico en Europa. A ello se le añade que en el sector servicios el comercio y el transporte evolucionan peor. Francisco Ferraro, presidente del OEA, señala que a pesar de todo el turismo seguirá en tasas positivas a final de año, aunque ya no en cifras de récord.

La aportación del sector exterior irá disminuyendo y el turismo comienza a dar síntomas de agotamiento

La aportación del sector exterior es también negativa no tanto por las exportaciones, que siguen creciendo, como por el fuerte aumento de las importaciones. La producción industrial, además, retrocede, sobre todo por las actividades extractivas y energéticas, ya que las manufactureras repuntan.

En el lado positivo, la inversión empresarial en bienes de equipo y activos materiales sigue fuerte, la construcción va a velocidad de crucero y el gasto público mantiene su tendencia creciente. El consumo de las familias sigue registrando, por otra parte, un crecimiento moderado del entre el 1,9 y el 2,1% anual, inferior en cualquier caso al crecimiento total del PIB (2,5%). Eso explica, en buena parte, por qué Andalucía crece menos que España, ya que aquí el paro es mayor y también la temporalidad y eso incita evidentemente menos al gasto.

La tasa de paro lastra a la región y el diferencial de PIB con España aumenta trimestre a trimestre

Respecto al futuro a corto y medio plazo, Francisco Ferraro, presidente del OEA, señala que el consumo privado se va a desacelerar -quizás con un repunte temporal en los próximos meses por la subida de las pensiones y el aumento del empleo público- y el sector exterior va a continuar en retroceso. A ello se añadirá la menor inversión empresarial. “No creo que crezca ya mucho, porque ya lo ha hecho y por las incertidumbres en muchos frentes”. Esas incertidumbres son la gran amenaza: en EEUU hay analistas que pronostican ya una recesión tras un ciclo de crecimiento de nueve años; China tiene a sus empresas sobreendeudadas; los emergentes están asfixiados con los altos intereses de la Reserva Federal; y Europa vive pendiente del 'Brexit' y del ascenso de los nacionalismos. En España, Cataluña y “la debilidad del Gobierno para adoptar medidas que no sean anecdóticas”, dice Ferraro, constituyen los principales problemas, además de aumentos del gasto en pensiones y en la financiación de las autonomías. “Eso eleva el déficit y la deuda; es preocupante que en medio de una desaceleración aumente el gasto”, dice Ferraro.

Está por ver si esta intensificada desaceleración traerá un cambio de ciclo, como ya afirman algunos analistas, o el crecimiento continuará, a menor ritmo pero sí constante. “Ojalá lo mantuviéramos así durante muchos años -dice Ferraro-; creo que cualquier gobernante estaría muy satisfecho de ello”. Pero avisa que, si finalmente este cambio de ciclo se da, "Andalucía habrá llegado a él con una altísima tasa de paro, sin cambios estructura productiva y sin las reformas económicas pendientes”.

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