"Si el año pasado cerraron 75 alojamientos rurales, este año lo habrán hecho unos 350", afirma el presidente de RuralGest, Rafael Pintado, cuando se le pregunta sobre la situación que atraviesa actualmente el sector del turismo rural en España. Estas cifras sólo muestran el número de cierres con baja oficial en el registro sobre unos 16.000 existentes, ya que son muchos los que cesan su actividad sin comunicarlo. "Podrían ser el triple", señala.

A pesar de enfrentarse a los paquetes todo incluido, a la escasa promoción nacional e internacional, a las diferentes normativas y a la poca ayuda de la Administración, la oferta (plazas por número de alojamientos rurales) se ha incrementado un 5,5% durante este año 2011. "La oferta sigue aumentando a pesar de la crisis. En septiembre había 15.537 alojamientos, un 5,76% más respecto al mismo periodo de 2010", apunta el director de Comunicación de Toprural, Joseba Cotazar.

No obstante, el pronóstico a corto/medio plazo no es halagüeño ya que las estancias podrían caer hasta un 40% en los próximos seis meses según los datos que manejan la Asociación de Profesionales de Turismo rural, Autural y la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de España, UPTA. Además, podría acentuarse la tendencia de reservar a última hora, al pasar de 18 días de antelación (octubre de 2010) a 3,5 días antes de iniciar el viaje.

A este problema se suma que la duración de las estancias han pasado a ser escapadas de fines de semana y es posible que se queden reducidas a salidas de una noche. Los propietarios han llegado a bajar en un 25% sus precios respecto a las tarifas marcadas en 2010.