La página del inversor

La volatilidad impone su ley

  • Las bolsas no encuentran suelo porque el sentimiento de pánico domina a los inversores · Los temores ante la temida recesión copan todo el protagonismo

Las bolsas, tras la euforia inicial que desataron toda la batería de medidas adoptadas por las autoridades económicas y monetarias a nivel global, generando una ligera relajación de la prima de riesgo financiera, han vuelto a las andadas, afectadas por el aumento de la prima de riesgo cíclica. De hecho, ambas primas de riesgo son las que marcarán el ritmo de los mercados en el corto plazo. En cuanto al riesgo financiero, pese al esfuerzo realizado por las autoridades para contenerlo, no habrá una relajación hasta que las medidas se vayan implementando, y se compruebe su grado de eficacia (impacto en la solvencia de los bancos, apertura del mercado a nuevas emisiones de deuda bancaria y reactivación del mercado de papel comercial en EEUU, es decir, pagarés de empresa).

Por este lado, la recuperación del mercado debería ser muy gradual. Sin embargo, aunque las bolsas no han podido sacarse de encima el pánico, algunos indicadores de riesgo sistémico están cediendo, lo que no deja de ser una buena noticia. Por ejemplo, en Europa el Euríbor a 12 meses ha seguido descendiendo, hasta niveles del 5,2%. En el terreno del crecimiento, el daño ya está hecho tras el último giro de tuerca en la crisis financiera. Por tanto, al mercado no deberían sorprenderle los datos que se están conociendo en las últimas semanas.

Así, el hecho de que el consumidor americano no iba a atravesar un camino de rosas en la segunda mitad del año era el escenario más probable a tenor de las últimas cifras del mercado laboral. Pero en EEUU están pasando más cosas negativas, como la evaporación del estímulo fiscal y de unas condiciones crediticias más exigentes. O que las ventas minoristas estén cayendo con cierta intensidad en los últimos meses; la producción industrial ha sufrido en septiembre la mayor caída mensual desde diciembre de 1974; y el crecimiento negativo del consumo en el tercer trimestre anuncia una recesión en la segunda mitad de 2008 en EEUU. Estas circunstancias deberían estar descontadas por el mercado, aunque no parece.

En los niveles actuales, las bolsas estarían apostando por un escenario absolutamente inviable. Nula efectividad de las medidas adoptadas, con sensible deterioro de los indicadores adelantados de confianza empresarial. Una recesión en beneficios empresariales para los próximos doce meses, y una profunda recesión económica en EEUU (las caídas medias del S&P 500 en periodo de recesión son del 20% anual, los descensos duplican este nivel).

A partir de ahora, la clave para que los índices empiecen a dibujar un suelo reside en que empiece a funcionar el interbancario y la liquidez fluya por el sistema hasta las empresas y los particulares. Y es que hasta ahora los inversores observan que los mercados de crédito están paralizados y los tipos de interés efectivos disparados, proyectando un escenario de crecimiento económico más pobre.

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