Elecciones

Fútbol, café y desencuentros

El primero en llegar fue el candidato socialista a la Alcaldía isleña, Fernando López Gil. A las nueve y cuarto. Llega él con parte de su equipo de campaña. Tres compañeros en total. Más que puntuales. Pasa también el primero por la sala de maquillaje. Instalados en la planta de arriba, en la sala habilitada para tomar café y desde la que todos menos los tres candidatos seguirán el debate, de poco más de hora y media de duración.

Después de él, llega el candidato popular, José Loaiza, acompañado de solo un miembro de su equipo. Tras pasar por la sesión de maquillaje, se aposta en una de las salas de espera de la planta baja, en la que instantes después entra el candidato andalucista a la Alcaldía y actual alcalde, Manuel de Bernardo, solo, el último, porque, afirma, le ha costado encontrar aparcamiento. Se producía aquí el primer encuentro entre estos dos candidatos, los cuales se saludan con talante amable, casi cordial.

Y salta el tema. El de siempre. Fútbol. De Bernardo, reconocido aficionado del Barcelona hace mención a la final en Wembley. En esto que entra el ex entrenador del Cádiz y comentarista Ramón Blanco, que se para con Loaiza e intercambia algunas palabras en referencia al Cádiz. Nervios. Conversaciones telefónicas. Pero, ¿dónde está López Gil? Se está poniendo la corbata, explica el secretario local, Jaime Armario, que continúa en la sala del café, de la planta superior. Por fin aparece el candidato socialista, corbata en su sitio, que entra, saluda. Se produce el segundo de los encuentros, Loaiza y López Gil. Algo más frío, pero educado. Son las diez menos diez. En ese momento entra el director de Onda Cádiz y conductor del debate, Juan Carlos Laz, y les da algunas indicaciones. ¿Dónde está el alcalde? Ahora falta él, casualidad o no. "Bajamos mejor a plató y allí os lo cuento a todos".

Y el plató se presenta imponente, blanco pero avivado con tonos azulados. "Los asientos son incómodos", les advierte. También les avisa sobre los tiempos. Hay que ser riguroso con el cumplimiento de los mismos. Los tres candidatos escuchan atentos. Loaiza cruza los brazos, De Bernardo los echa atrás y López mueve alternativamente una pierna y otra. Más nervios. Pero no, De Bernardo y López no se saludan, ni siquiera se miran a la cara. Llega el momento, los contrincantes toman asiento. Enfrente, periodistas y moderadores. Se hace el silencio, la prueba de micrófonos. Solo los protagonistas se quedan en el escenario donde lucharán por defender su proyecto de ciudad. Últimos gestos, últimas sonrisas forzadas. Rostros de concentración, tensión. Comienza la batalla. Luces, cámara, acción...

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