Elecciones

Los diez primeros problemas

  • El nuevo gobierno popular afrontará el objetivo inmediato de la Capitalidad y, a medio plazo, tomar medidas para equilibrar los presupuestos municipales favoreciendo la creación de actividad y empleo

José Antonio Nieto no será alcalde de Córdoba con todas las de la ley hasta el próximo día 11. Esa jornada está previsto que se desarrolle el Pleno corporativo en el que tomarán posesión los capitulares, se firmará el acta de arqueo y el nuevo regidor llevará a efecto sus primeras medidas de gobierno. Serán cien días iniciales de alta exigencia en que la intensidad de la campaña electoral obliga a mostrar resultados con cierta rapidez.

Es el objetivo más relevante pero también el más inmediato. El jurado que tiene que decidir qué ciudad gana la Capitalidad Cultural Europea enviará una comisión el próximo día 3 de junio a la ciudad. José Antonio Nieto aún no será alcalde de Córdoba por lo que toda la organización del acto recaerá en el actual regidor y presidente de la Fundación Córdoba Ciudad Cultural, Andrés Ocaña. La visita tiene el objetivo de comprobar sobre el terreno las infraestructuras, la atención ciudadana, la unanimidad política. Y ahí es necesario que Ocaña y Nieto trabajen coordinados.

El 27 de junio, ya con Nieto en la Alcaldía, Córdoba tendrá que defender ante el jurado internacional durante una hora el dossier final de candidatura. El nuevo alcalde queda obligado a una sesión intensiva de conocimiento de todos los entresijos, números y detalles de un proyecto que compila muchas horas de trabajo. Nieto tendrá que gestionar tanto el éxito como el fracaso en un proyecto en el que la ciudad lleva diez años trabajando.

El propio candidato ganador ha dicho que sus medidas serán de carácter económico. Ha prometido que acudirá a auditores externos para saber cómo está el Ayuntamiento. Se trata de una medida de vacunación política ante el pasado, de trazar una raya entre el cogobierno de izquierdas y la etapa de la absoluta popular. Esta cuestión traerán las primeras hostilidades. Lo lógico es que IU y PSOE se defiendan durante meses de lo realizado en el pasado teniendo en cuenta que tienen el peso de la experiencia y, en algunos casos, la coincidencia de nombres. Lo lógico es que el PP incida en los problemas económicos para defender las medidas que tenga que aplicar.

La primera decisión práctica tiene que ser los retoques del Plan Económico Financiero y la liquidación de 2010, que arrojará millones de euros en déficit. Lo que está de fondo es realizar recortes e el presupuesto. Y la izquierda va a mirar con lupa cuál es la parte de las cuentas públicas que se quieren tocar. Nieto ha propuesto un plan de austeridad aunque muchas de esas medidas no son de aplicación inmediata, como la creación de un sistema de unificación de compras entre las empresas municipales.

Independientemente del nombramiento del gobierno, de los gerentes, de los directores generales, el PP se ha comprometido a realizar una revisión de la estructura municipal. Una parte importante de este trabajo tiene que ver con el propio Consistorio. Lo relevante, sin embargo, estará en las empresas públicas. Los populares han prometido que se agruparán en agencias empresariales locales, una iniciativa de nuevo cuño que exige una serie de trabajos de nuevo recorrido. Algunas de estas iniciativas no serán de hoy para mañana, como la propia revisión de la existencia de Procórdoba que, según la campaña popular, está llamada a no seguir con vida. Esta parte de las tareas que tiene Nieto tiene que ver también con la obligación de gobernar en un Ayuntamiento en el que la izquierda ha condicionado nombramientos desde 1999. En 1995, los populares tuvieron severos problemas con nombramientos clave, rechazados por los tribunales, como el de jefe de la Policía Local. Está prevista una reducción a la mitad del del número de directores generales.

José Antonio Nieto no puede contestar nada a esa pregunta sin que la oposición le busque las vueltas. Los populares han asegurado que van a contratar una auditoría para saber cómo es el proyecto, si se puede llevar a cabo con cierta premura y rigor presupuestario o si los recursos existentes permiten construir el edificio y mantener a la hacienda municipal fuera de la unidad de quemados muy graves. En realidad, el PP tiene muchas de las respuestas a esas preguntas pero quiere tener un documento lo suficientemente contrastado como para que le avale su posición.

Nieto dice que cuenta con el compromiso de sus jefes del partido de que habrá apoyo estatal y autonómico al proyecto si el PP gana las próximas generales y andaluzas. En realidad, eso es futuro y la Junta tiene firmado un compromiso, el Gobierno ha desembolsado dinero en este asunto y el Consistorio lleva gastados también unos millones.

Si el Partido Popular tiene una misión es la de cambiar la relación con la Junta. Un discurso del PP de los últimos años, acentuado con la marcha de Rosa Aguilar a cargos institucionales del PSOE, es que se ha sido demasiado complaciente. Eso obliga a dos movimientos. En primer lugar, el Consistorio empezará a tener pajarracas con la Junta. En justa reciprocidad, el Gobierno andaluz iniciará tensiones con el Ayuntamiento. El problema lo tiene el PSOE: tiene gobiernos populares en todas las capitales de provincia. Al PP siempre le quedará la muleta, hasta ahora nunca usada, de la Diputación.

Los populares llegan al gobierno con un mensaje de ortodoxia fiscal. Procede, si quieren que eso se convierta en una realidad, en contar con ordenanzas fiscales y presupuestos antes del 31 de diciembre. Por mucho que el PP quiera, la decisión de reducir la fiscalidad municipal es en estos momentos una quimera. Nieto dice que los va a congelar y que tomará medidas de bonificación de determinadas actividades. En cuanto a los presupuestos, se prevé que en 2012 vuelvan a ser restrictivos teniendo en cuenta que aún no se sabe si se levantará el veto sobre el endeudamiento municipal y si, en todo caso, podrá haber nuevas inversiones. Una medida de relevancia del próximo gobierno municipal es que tendrá que negociar los próximos convenios colectivos tanto en el Ayuntamiento como en el resto de empresas municipales y organismos autónomos. Nieto ya ha garantizado que, en tiempos de crisis, no habrá alegrías. Los sindicatos de la institución podrían poner fin a un tiempo de relativa calma laboral. En el futuro, empezarán a llegar algunas facturas: el Consistorio tendrá que pagar antes o después las expropiaciones del aeropuerto.

El PP no parte de la nada en el Ayuntamiento. Ha sido oposición desde 1999 y en todo ese tiempo ha mantenido contactos con colectivos sociales, culturales y económicos. En todos estos años, los populares han llegado a compromisos, han establecido acuerdos, han llevado mociones al Pleno municipal. Todo eso, junto a las iniciativas de su programa electoral, quedan en el disco duro de la ciudad de forma que ahora que toca poder, y mucho, tienen que mostrar una cierta coherencia. El caso va desde asuntos de escasa índole, como la promesa de apoyo a iniciativas concretas, hasta temas de calado, como autorizar casetas privadas en la Feria.

Córdoba ha sido noticia en toda España por la elección como segunda fuerza política a un partido creado por una persona procesada en la operación Malaya que tiene unas naves, etcétera, etcétera. Eso supone una carga de imagen, una nueva realidad política e incluso una cuestión electoral a futuro. Corresponde al próximo gobierno dirigir esa realidad, decidir si ignora a Gómez, si lo presiona, si acude a sus barrios. Unión Cordobesa ha ganado en algún barrio completo de la periferia, lo que indica que el fenómeno de las parcelaciones anda también revuelto.

El PP llega avalado, y a la vez condicionado, por la enorme cantidad de votos. Eso genera también una enorme exigencia al futuro gobierno municipal. Los populares han prometido empresas y tendrán que venir empresas. El PP ha asegurado que habrá más empleo y menos paro y tendrá que cumplirlo. Confiar en el ciclo económico es sólo una opción de medio plazo. Nieto ha sido enormemente enfático en esta cuestión del trabajo asegurando incluso que no se presentará si dentro de cuatro años hay un parado más (aunque cualquier economista sabe que, en cuatro años, la economía volverá a estar en modo expansivo). Los popularse, además, han llegado a la Alcaldía con un discurso de eficiencia que los obliga a tomar determinaciones en materias como tráfico, peatonalizaciones, planes urbanísticos de forma que lo que se anuncie, se apruebe, y que lo que se apruebe, se haga. Cuenta a su favor que la oposición estará con sus propios problemas. Juan Pablo Durán será el portavoz municipal del PSOE. IU tiene que reorganizarse. Unión Cordobesa es una incógnita.

El PP llega al gobierno municipal con un proyecto de renovación política, lo cual en buena parte constituye un problema de imagen. Nieto ha asegurado que quiere acabar con la imagen del alcalde estrella, de determinadas áreas "politizadas", de la política de participación ciudadana, entre otras cuestiones. El Ayuntamiento cierra un ciclo en el que se ha producido una severa erosión de la imagen del equipo de gobierno que ha acabado con unos resultados desastrosos para los partidos que han cogobernado.

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