Elecciones Andalucía

El patrimonio de Cádiz sigue pendiente

  • Hasta el tercer año de mandato no se activó un protocolo y concejalía que velara por este legado, con una inversión de 50.000 euros

  • Urge actuar bajo un plan integral en las fortificaciones, Puertas de Tierra, el Castillo de San Sebastián y la Casa del Obispo

El patrimonio, esa querida herencia de nuestros antepasados grabada en piedra, es una de las asignaturas pendientes del gobierno municipal. En un barrido visual por los retos alcanzados en los últimos cuatro años apenas encontramos grandes hitos que contar porque, definitivamente, no ha existido una apuesta en firme en términos de inversión, sino un decálogo de buenas intenciones, ambiciones y modestas intervenciones.

Ésa es la realidad de un tesoro que se postula como el gran motor económico para el turismo en la ciudad, al que afortunadamente todos los partidos políticos dedican un apartado de medidas –mejor o peor desarrolladas en su programa–, pero ante al que no se ha sabido responder con una partida ecomómica a la altura, ni con un plan integral jalonado por todas las administraciones compententes. Porque mantener la historia de Cádiz, esa que nos hace distintos por la singuralidad de nuestro señorial casco histórico, el potencial de sus fortificaciones y el atractivo de sus yacimientos arqueológicos es costoso. Y para conservar hay que creer y apostar decididamente por él.

Y en esas anda el Ayuntamiento de Cádiz, que durante los dos primeros años de legislatura pasó por alto buena parte de estos asuntos, hasta que hace más de un año creó el Protocolo de Actuación para la Conservación y Protección del Patrimonio Histórico, de la mano de la novedosa y recién creada Área de Patrimonio Histórico de la Delegación Municipal de Patrimonio, tan necesaria en una ciudad como la nuestra. Se activó para ello el mecanismo para detectar y detener el deterioro de los bienes monumentales de la ciudad, en el que también participa la ciudadanía a través de una plataforma, y que desde que se implantó ha permitido actuar en torno a 230 incidencias sobre restauración y conservación del patrimonio, centrado fundamentalmente en la limpieza de algunos monumentos.

La inversión de este programa ha sido de 50.000 euros, con lo que se ha afrontado el tratamiento y reparación de los guardacantones y otras actuaciones como la limpieza de los lienzos de la muralla medieval del barrio de El Pópulo, centrada en la calle San Juan de Dios y el patio interior de la galería comercial situada en este barrio, así como del Monumento de las Cortes.

Un protocolo que persigue reordenar lo existente y poner en valor nuestro valioso legado, así como coordinarse con otras instituciones poseedoras de más bienes, como la propia iglesia o la Junta. Pero que, de momento, no ha concretado un proyecto realmente ambicioso, ni una partida que lo respalde.

Fortificaciones y baluartes

Ésta es la gran piedra angular de nuestra historia reciente, uno de nuestros mayores tesoros, que bien podían haber encumbrado a Cádiz como ciudad Patrimonio de la Humanidad, si se hubiera generado y cumplido un plan integral de actuación por fases, más que de redención y parcheado. Y es que la ciudad conserva una buena parte de aquellas murallas y baluartes que idearon prestigiosos ingenieros desde el siglo XVI al XVIII, cuyo modelo se copió en numerosos puntos defensivos de Iberoamérica y cuya recuperación es tan cosotosa, que el Ayuntamiento –como uno de sus propietarios al menos en una parte–, no ha destinado ninguna partida a su necesaria recuperación.

Afortunadamente hay cierta implicación por parte del Gobierno con la Dirección General de Costas al frente –con un una inversión de 3 millones de euros desde 2015– que ha impedido que nuestros sistema defensivo se degradara del todo, y que actualmente afronta desde su demarcación andaluza en el Castillo de Santa Catalina. En esta legislatura también ha actuado en Bonete, la muralla de San Roque, en el paseo Fernando Quiñones, la Puerta de la Caleta y el Baluarte del Orejón.

De forma puntual, el Consistorio sí que ha actuado en la caseta del guardián del Paseo Fernando Quiñones, así como en la muralla del Pópulo y el Arco de los Blanco.

No obstante, el último varapalo ha sido para la joyita de esta corona, el Castillo de San Sebastián, para el que la confluencia Adelante Cádiz ha propuesto que la futura gestión se realice de manera conjunta entre el Ayuntamiento de Cádiz y la administración central, una vez que se haya completado su rehabilitación por parte del Gobierno de la Nación. Es decir, cero presupuesto para recuperar este legado en grave peligro de extinción.

Yacimientos, cara y cruz

Los yacimientos arqueológicos municipales tampoco viven su mejor momento. De hecho, tanto Gadir como la Casa del Obispo están actualmente cerrados al público, aunque uno con mayor suerte que otro.

Lo de Gadir ha sido por cuestiones burocráticas y falta de previsión. El contrato puente con la antigua adjudicataria expiraba el 31 de marzo y ese mismo día cerró sus puertas, a la espera del nuevo pliego para la adjudicación definitiva que desde hace meses estaba desarrollando la delegación muncipal de Turismo. Según fuentes municipales, que en el momento del cierre expuso labores de mantenimiento, la adjudicación defitinitiva de Gadir a la empresa Tripmilenaria S.L. es ya una realidad, lo que permitirá a partir del 1 de junio tomarle de nuevo el pulso a nuestra historia, con la repaertura de este enclave vital para comprender nuestra historia fundacional.

Peor pinta la situación de la Casa del Obispo, con la que el equipo de gobierno ya se encontró cerrada, pero para la que el Pleno del Ayuntamiento en su conjunto resolvió recientemente la extinción del derecho de ocupación del inmueble por parte de la empresa adjudicataria, Monumentos Alavista.

El Consistorio hizo autocrítica en su día, reconociendo la eternización burocrática a la que ha sido sometida, perpetuando el cierre de uno de los más valiosos enclaves del Cádiz fenicio, romano, árabe y medieval. La reapertura del yacimiento, de hecho, figura en el programa electoral de Adelante Cádiz.

Una hoja de ruta

Cádiz carece de un proyecto de ciudad integral que aglutine todos y cada uno de sus recursos patrimoniales en una hoja de ruta a seguir, independientemente del color político de quien lo tutele. Esto ha desembocado en una oferta arqueológica dispar y poco comprensible en su conjunto de cara a la interpretación de nuestra historia; en la infrautilización de nuestros baluartes y murallas; en el cierre y deterioro de varios yacimientos, que a su vez carecen de un discurso articulado. Los horarios tampoco son homogeéneos, ni existe ningún bono unitario que aglutine el acceso de los turistas a nuestros museos y monumentos. Es decir, Cádiz no cuenta con un discurso unificado y, tal y como propone el Protocolo de Actuación para la Conservación y Protección del Patrimonio Histórico del Ayuntamiento, es prioritario la suma de fuerzas de distintas administraciones e instituciones.

Y hablando de homogeneización, las comisión municipal de Patrimonio también tendría que velar por una estética urbana más uniforme y a la altura de nuestro histórico caserío, para lo que sería necesario la modificación de ciertos aspectos del PGOU.

Balance de Adip

Desde la Asociación por la defensa del Patrimonio hay varios puntos negros que hay que promover a través de políticas que fomenten el cuidado y uso de nuestros recursos culturales. Destaca sobre todo las Puertas de Tierra y el Castillo de San Sebastián, para el que “si no hay recursos habría que atraerlos de alguna forma”, dice Moisés Camacho, presidente de ADIP. En cuanto a los yacimientos arqueológicos, considera un error la adjudicación de concesiones tan prolongadas como la de Casa del Obispo, así como el cierre de Gadir. También apuesta por el cobro a nuestros enclaves y monumentos “aunque sea simbólico y con excepciones”, para que reincida en el mantenimiento del propio patrimonio. La lista es larga y ganas no faltan, pero el patrimonio sigue pendiente.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios