Elecciones

Rubalcaba intensifica su campaña con mítines y mensajes más duros

ALFREDO Pérez Rubalcaba intensificó ayer su campaña electoral, tanto en actos -dio hasta tres mítines, y ése parece que va ser su ritmo diario de convocatorias- como en mensajes; algunos de ellos más duros que en su sosegado inicio y otros, relativos a la lucha antiterrorista, un asunto que, en principio, parecía que iba a estar excluido de la contienda. Rajoy, refozado por el resultado de un único cara a cara del que pocos se acordarán cuando llegue el día de las elecciones, se reservó para un único acto electoral en Inca (Mallorca), a esas horas en las que la intervención del líder va precedida de teloneros que lo llevan hasta el momento exacto de los noticieros televisivos de las nueve de la noche. Aun así, el PP colocó en su web un vídeo que resume la nuez de la campaña de los populares: el recuerdo de la cifra de parados. "Mamá -habla una joven por teléfono desde una ciudad gris-, me han despedido...", "Papá, ¿ya no vas al trabajo", pregunta un niño a su padre. Otro despedido.

Y, en Sevilla, el ex vicepresidente Alfonso Guerra, al ser cuestionado en un acto público por los casos judiciales que afectan al ministro José Blanco y a los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) fraudulentos, afirmó que hay un vínculo personal entre la juez instructora Mercedes Alaya y el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, del PP, magistrado de profesión y ex decano de los jueces hispalenses. Guerra relacionó el "calendario" de la instrucción con esta "fuerte relación" e, incluso, señaló que ambos habían llevado algún "expediente en común". "Eso dicen", mantuvo Guerra, que no aportó ningún dato más. Alaya ha llamado a declarar a todos los imputados de los ERE el día 17, dos días antes de la jornada de reflexión. Algo similar ocurrió durante las elecciones locales, cuando llamó a declarar al candidato de IU por Sevilla.

Rubalcaba imprimió otro ritmo a su carrera en un intento de recuperar terreno. Amplió su número de mítines de dos a tres. Estuvo a las once en Vitoria, dos horas más tarde en Pamplona y, ya de noche, cerró en Burgos, donde hubo gente que se quedó fuera del recinto. Para hoy, ha anunciado otros tres mítines en la comunidad balear.

En la capital alavesa, dirigiéndose al ministro Ramón Jáuregui, se refirió a la unidad antiterrorista "por la que tanto hemos tragado". Rubalcaba se refería, en especial, a la anterior legislatura, cuando el PP participó en marchas contra la frustrada negociación del Gobierno con ETA, aunque, posteriormente, diversos dirigentes populares, entre ellos Mayor Oreja y José María Aznar, siguieron manteniendo que el Ejecutivo buscaba la paz a cualquier precio. "Nos acusaron de haber traicionado a las víctimas, de habernos arrodillado ante ETA. Y ahora que hemos acabado con ETA sin haber hecho una sola concesión, no han tenido la gallardía de pedir perdón", aseguró el lehendakari, Patxi López, en referencia al PP.

Quizás por ello, pero ya en Pamplona, el candidato resaltó que Navarra ha mantenido su fuero después del comunicado del cese definitivo de la violencia por parte de ETA, y es que una de las peticiones de la izquierda abertzale en las negociaciones de Loyola con el Partido Socialista vasco era la unión entre esta comunidad y la del País Vasco. Jáuregui mantuvo en Vitoria que "no es lo mismo" que el proceso de paz que se abre en Euskadi "lo gestione Rubalcaba que Rajoy, porque Rubalcaba es el que mejor entiende" al País Vasco. El candidato socialista realizó estas declaraciones - las de tragar- en una comunidad donde, precisamente, el Gobierno socialista se sustenta en un acuerdo de legislatura con el PP.

Rubalcaba afiló los mensajes. Durante todo el día. "Vamos a decirle a Alemania que deje de ajustar", aseguró en Vitoria y, después, en Pamplona, insistió en ello: "O convencemos a Alemania de que ésta también es su crisis o lo vamos a pasar muy mal". Y, sobre la sanidad, que es uno de los ejes de su campaña, el candidato mantuvo que un sistema público de calidad se puede destruir en sólo tres años, y para ello recordó el deterioro de este servicio en el Reino Unido en los tiempos de Margaret Thacher. "El cáncer de la sanidad es la privatización", mantuvo Rubalcaba, que insistió en que los socialistas deben realizar dos campañas, la propia y la que debe desmontar lo que ellos llaman las trampas del PP.

Pero este día de campaña dejó otra conclusión: si el PSOE es sólo, o casi sólo, Rubalcaba, Mariano Rajoy cuenta con un tropel de escuderos dispuestos a blindarle para conservar los buenos resultados de los sondeos. Además de una entrevista que concedió a Antena 3, Rajoy sólo intervino en el acto de Mallorca, donde echó en cara al PSOE que sólo hablasen de él, un mensaje propio del que se siente ya muy seguro. "En lugar de hablar de mí, podrían explicar qué han hecho para traernos hasta aquí, cómo han gobernado para que España esté en esta situación, pues últimamente da la sensación de que hay alguno por ahí que nunca estuvo" en la gestión de la crisis, que "es nuevo y no tiene nada que ver". Rubalcaba, claro. Por la mañana, la portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró que un futuro Gobierno del PP actualizará las pensiones el mismo 1 de enero de 2012, lo que supondría, según sus cálculos, un coste de 1.400 millones de euros. Escuderos de Rajoy, de los que Rubalcaba no anda bien pertrechado.

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