Elecciones

Un debate de segundo plato

  • La negativa de Celia Villalobos a participar en el envite organizado por Canal Sur, el primero de la campaña, acabó mermando la cita, ya que provocó el rechazo a última hora de Trinidad Jiménez a acudir al mismo

¿Qué quién ganó el debate? ¿Ese que se emite esta noche en Canal Sur pero que se grabó ayer? ¿Ese que contó con los candidatos del PP, el PSOE e IU al Congreso por la provincia de Málaga? No hay duda, Celia Villalobos. ¿Y cómo es eso posible si rehusó participar en el envite? Porque su negativa acabó condicionando la primera confrontación electoral. Ya fuera por no querer exponerse a cualquier metedura de pata o por otras razones que nadie ha explicado, su decisión degeneró en la posterior negativa de su principal contrincante, la socialista Trinidad Jiménez, que, por lo que se ve, si no es con Villalobos no debate con nadie más. Sólo Alberto Garzón, número uno en la lista de IU, se mantuvo en el cartel y aprovechó la invitación para exponer sus ideas.

Y lo que se presumía iba a ser una digna pelea entre las dos candidatas malagueñas, acabó siendo un debate de segundo plato. A Juan Manuel Moreno Bonilla, el dos en la candidatura popular al Congreso, le tocó asumir la vacante de Villalobos, mientras que en el sillón de la ministra de Asuntos Exteriores se sentó José Andrés Torres Mora, tres del PSOE.

La hora de debate que se podrá seguir esta noche, a partir de las 23.30, siguió el guión previsto. El formato, lejos de la revolución que supuso el cara a cara Rajoy-Rubalcaba, constriñó al máximo a los portavoces, al punto de que lo que se denomina como debate no fue más que una retahíla de intervenciones de dos minutos cada una en la que monologaron sobre economía y empleo; asuntos sociales, y la provincia y el Estado.

Moreno Bonilla buscó erosionar la posición socialista con la clave del desempleo y la puesta sobre la mesa de la cifra mágica: los 5 millones de parados, 200.000 en la provincia. El también secretario nacional de Política Autonómica y Municipal habló del "despropósito" que ha supuesto la gestión del Gobierno de Zapatero y apostilló que lo se decide el 20-N "es avanzar hacia el colapso o hacia el cambio". "La gestión del Gobierno ha sido una máquina de crear desilusión", apostilló.

Frente a las críticas populares, Torres Mora rebajó la responsabilidad del Ejecutivo en la crisis. "Si alguien cree que cambiando el Gobierno se quita la crisis o se engaña o trata de engañar". A lo que sumó como aval la apuesta de los últimos años por las políticas sociales. "Puede ocurrir que si llegan a gobernar (en alusión al PP) redujesen la prestación por desempleo", afirmó, momento en el que Moreno Bonilla (única interrupción en el debate) intervino para negarlo. "Jamás en un tiempo de crisis económica y social vamos a reducirlas", apuntó posteriormente.

Garzón, en el apartado económico y social fue claro: las políticas de populares y socialistas son lo mismo. "La crisis es una estafa, porque los que más la pagan son los que menos hemos tenido que ver con la misma", dijo, al tiempo que vinculó la situación actual con la apuesta por el ladrillo que hizo el Gobierno de Aznar y el mantenimiento de la burbuja por los ejecutivos del PSOE. Y frente a aquellos que sustentan la recuperación en los recortes, defendió la puesta en marcha de un plan de inversión pública como generador de empleo.

La mirada sobre la provincia y su futuro se centró en el último apartado, en el que el PP y el PSOE sacaron pecho de lo realizado en estos años. Moreno Bonilla recordó que todo lo ejecutado en los dos últimos mandatos es producto de la labor previa del PP y Torres Mora destacó cómo la provincia ha pasado con el Gobierno de Zapatero "a ser una de las que más inversiones ha recibido, cuando con el PP era la 34". El primero se comprometió a impulsar el tren litoral y a culminar el saneamiento y apostilló: "Nos toca bailar con la más fea; nos toca iniciar otra vez los proyectos".

Los seis minutos de cierre, como los otros 54 minutos de contienda, se ciñeron a más de lo mismo. Garzón mostró a IU como el destinatario del "verdadero voto útil"; Moreno Bonilla abundó en la capacidad del PP para sacar a España de la crisis, apelando a la "responsabilidad cívica" de los que ejerzan su derecho al voto, y Torres Mora hizo propio el eco socialista de la campaña: "Para algunos la crisis es la oportunidad de hacer negocio con la educación y la sanidad".

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