-Casi dos años después de su nacimiento, llegaron las generales para Podemos...

-Es uno de los objetivos con el que nacemos y luego habrá qué ver en qué nos convertimos. Pero es cierto que después de la vuelta de Pablo Iglesias de Bruselas hay una sensación de remontada que algunas encuestas recogen y otras no quieren recoger.

-Esas mismas encuestas sitúan al partido como cuarta fuerza política. ¿Qué ha fallado para que se pase de ser segunda fuerza política en intención de voto a esa escena? ¿Se ha desinflado el efecto Podemos?

-No creo que haya fallado nada, sino que, por un lado, es difícil interpretar las encuestas al estar algo distorsionadas. Por otro, la aparición de Ciudadanos hace que el electorado se divida, lo que nos parece sano para romper el bipartidismo; y además el Gobierno tuvo una reacción brutal. Pero también hay que cuestionar las encuestas porque muchas se hacen para condicionar la opinión pública y no para pulsarla.

-En este tiempo el discurso de Podemos también ha variado, ¿moderación o madurez?

-Es madurez y el cambio del escenario electoral al que estaba orientado el primer programa, de lo que aprendimos. Es también la elaboración de un programa que responde a un país concreto, España, en un momento concreto y con voluntad de transformarla a medio y largo plazo.

-¿El no incluir algunas de las propuestas estrella de carácter rupturista ha desanimado al simpatizante de Podemos?

- No, de hecho el sentimiento de remontada no tiene nada que ver con las propuestas rupturistas o no. La mayor parte del tejido social activo de este país reivindica este programa como la mejor opción. Puede ser que determinados sectores muy ideologizados entiendan que estamos cometiendo algún tipo de traición, pero no se trata de eso. Es un programa de sentido común y de refuerzo de los derechos básicos sociales y económicos de la población en este contexto de crisis.

-¿Su apercibimiento en el caso Errejón le resta credibilidad?

-No. Creo que la opinión pública es lo suficientemente sensata para entender que aquello fue un caso construido con una intencionalidad clara y del que no hay más trasfondo detrás.

-¿Podemos hubiera estado más reforzado si se hubiera presentado a los comicios junto a IU?

-Se hubiera sentido reforzado si se hubieran incorporado determinadas personas de IU al proyecto de Podemos. Ahí el elemento fundamental era la presencia de Garzón en nuestras listas compartiendo espacio político.

-En las primarias para la configuración de esas listas la participación de los simpatizantes ha sido más baja que en otros procesos internos, ¿hay descontento dentro del partido?

-No se puede negar que hubo cierto ruido con de determinadas listas, pero hay que entender el sentido que tiene el proyecto que surge de la Asamblea de Vistalegre: vamos hacia un objetivo con cierta estructura y forma de operar. La participación fue menor ya que, ante la posibilidad de que se hubiera habido un adelanto electoral, se aceleró el proceso y votó en un momento en el que la gente estaba de vacaciones.

-Ciertos sectores han criticado las listas en plancha, ¿fue esta confección una forma de premiar a los candidatos más afines a Iglesias?

-No creo que Pablo Iglesias confeccione las listas sobre la base de premios, sino para tener un grupo parlamentario potente y solvente porque a a ser una legislatura complicada ya que estamos en un país que no tiene cultura política de pactos y diálogo.

-Hace poco aseguraba que no buscaba ningún cargo, ¿cuál es su objetivo si llega a diputado?

-No hay una ambición personal política, entre otras cosas porque tengo muy claro, como casi todos en este proyecto, que mi paso por la política es transitorio.

-¿Qué destacaría del proyecto?

-La voluntad de cambio para el interés general recuperando el concepto de solidaridad que debería primar en nuestras sociedades; el haber sido capaces de que la gente vuelva a hablar de política, lo que nos parece un ejercicio democrático esencial; y el haber sido capaces de poner nerviosos a los poderes establecidos.

-¿Cuál es la propuesta estrella para Málaga en el programa?

-Los ciudadanos votaron la puesta en funcionamiento de las obras para el tren litoral, algo que se reclama desde hace años.

-Se presenta como cabeza de lista por Málaga pero ni el secretario general de la capital ni parte de su concejo ciudadano le apoyan, ¿eso influye negativamente en la candidatura?

-Políticamente muy poco si se valora que en Málaga hay 17 secretarios generales y el único que no está apoyando la candidatura es el de la capital. Es una minoría con unas posiciones muy respetables pero que no es la gente que está haciendo campaña queriendo cambiar este país.

-¿Cómo afrontan la campaña que comienza esta noche?

-Es una campaña a dos niveles: los cabeza de lista tendremos mayor presencia mediática y de reuniones con colectivos relevantes para trasladarles nuestro programa; y también hay una movilización masiva de los círculos a pie de calle. Hemos optado por una campaña de menos actos grandes y más de actos cercanos donde trasladaremos las propuestas con mayor tranquilidad y un tono menos mitinero.

-A partir del día 20 el tablero cambiará como lo hizo en las municipales y andaluzas. En caso de tener que llegar a algún tipo de pactos, ¿cómo se posiciona Podemos?

-Dependerá de los resultados de las elecciones, eso sí, si el PP sigue en el gobierno serán otros cuatro años perdidos para este país nuevamente. 

-Pero habrá marcadas algunas líneas rojas...

-Evidentemente: no dar el Gobierno al PP. Hemos demostrado que tenemos voluntad de apoyar aquellas propuestas que sean de sentido común a favor de los intereses generales, apoyando a un partido en algunas cosas con unas líneas por las que transitar y votando en contra en otras. Hemos apoyado acuerdos de investidura del PSOE pero no hemos pactado con Ciudadanos ni con el PP, y creo que esas son las líneas orientadoras de lo que puede ocurrir a partir del día 20.