¿Será la XI legislatura de la democracia la de la reforma de la Constitución?. Si está en manos de Ciudadanos o del PSOE lo será, ya que ambas formaciones llevan en su programa un apartado específico de cambios en la Carta Magna. Si está en manos del PP no lo será, ya que tiene igualmente un apartado en el que considera que todo lo que pretende hacer se puede hacer dentro del texto del 78. Si es por Podemos, que en su día habló de romper el candado del 78, hallamos un programa en el que sólo hay unas pocas referencias de soslayo a la Constitución. No parece ser algo prioritario.

Ciudadanos es quien más ha hecho bandera de la reforma. Su plan fue presentado por su líder, Albert Rivera, en Cádiz, como un guiño a la Constitución de 1812, al constitucionalismo. Pero advierte que no quiere hacer una revolución. Aboga por el consenso sobre el nuevo texto, heredero de la Constitución del 78, y considera que "las reformas deben ser las estrictamente necesarias para alcanzar los cambios que se pretenden".

Pero no son pocas reformas. Son 30 que se desarrollan a lo largo de 15 páginas y afectan a 19 artículos, incluidos cinco que se quieren derogar por ser chatarra espacial, los referentes a autonomías ya constituidas y al ingreso en la UE.

Algunos de esos cambios tienen que ver con los nuevos tiempos, como la inclusión de nuevos derechos como la protección de datos o la transparencia gracias al uso de nuevas tecnologías. También se quieren incluir nuevos derechos sociales, que van desde la protección del medioambiente a los derechos de los consumidores. Sobre la política, aparte de una profunda reforma de la ley electoral, se quiere eliminar del artículo 71 el aforamiento de los diputados. Su propuesta de supresión del Consejo del Poder Judicial y del Senado obliga a la eliminación en la Constitución de los artículos referidos a estas instituciones. La despolitización del Tribunal Constitucional conllevaría modificar por completo el artículo 179. En el 149 se quiere elaborar un listado de competencias exclusivas del Estado y una fórmula de vigilancia más exhaustiva para las autononmías. Y como el 150 deja abierta posibilidades de más transferencias, ya no sería necesario.

El PSOE desarrolla su reforma en seis páginas y no es tan minucioso en el detalle de los artículos a modificar. Sólo hace referencia a uno, el 135, para blindar los servicios sociales. En este apartado está de acuerdo con Ciudadanos en incluir nuevos derechos, entre ellos, el de la salud. Aunque coincide con Ciudadanos en eliminar artículos obsoletos sobre las autonomías, su modelo de Estado, de corte federal, no es exactamente lo que pretende la formación naranja. Para empezar, no quiere acabar con el Senado, sino convertirlo en la tantas veces dicha cámara territorial y propone un nuevo sistema de financiación. Frente al más control central de Ciudadanos, el PSOE aboga casi por lo contrario, incluso ofreciendo participación de las comunidades autónomas en política internacional, si ello las afecta.

Hay referencias a cambios de terminología dentro de un lenguaje políticamente correcto y la eliminación de la pena de muerte en tiempo de guerra.

Las referencias del PP a la Constitución son un elogio a su 40 años de estabilidad. El Partido Popular propone a la sociedad española "seguir transitando por este camino en la próxima legislatura: con un refuerzo institucional y una mejora de nuestra calidad democrática acorde a los principios que nos son comunes. La Constitución es de todos y para todos, y no vamos a aceptar que se cuestione su vigencia, sin ningún fundamento", afirma en su programa.