Elecciones

La política y la chirigota

  • Podemos, con su líder y candidato Pablo Iglesias a la cabeza, celebra en Cádiz el primer gran mitin al ritmo del Carnaval

Íñigo Errejón pidió ayer a sus mayores de Podemos que le dejaran hacer toda la campaña en Cádiz. No pudo evitarlo. Se lo pasó en grande cuando apareció en el escenario la chirigota de Vera Luque cantando las miserias de los años 80. Sentado en una banqueta, junto a Pablo Iglesias, reía y no paraba de aplaudir. Probablemente, ambos, no habrían escuchado antes mucho Carnaval. Ayer hicieron un máster acelerado.

Podemos celebró su primer gran mitin de esta carrera hacia el 20-D a ritmo de Carnaval. Lo hizo en una ciudad en la que gobierna. "Decían que Podemos no podía ganar y vaya si ganamos. Ahí tenemos al Kichi", dijo Iglesias señalando al alcalde gaditano, del que tiró para el arranque de campaña, aludiendo de nuevo a su mensaje de que "se nota y se respira la remontada".

Estar en Cádiz no era casualidad, ni tampoco arrancar en Andalucía un 4 diciembre, fecha donde los andaluces salieron a la calle para reclamar su autonómía en 1977. Sus parecidos con el 15-M, de cuyo espíritu se nutrió Podemos, fueron resaltados por los líderes de la formación morada, como la toma de la calle para lograr derechos y libertades. "Se creían que por ser de Cádiz nos íbamos a quedar durmiendo la siesta o cantando para que bailen siempre los mismos", dijo la candidata por la provincia, Noelia Vera, para dar inicio a un acto donde el Carnaval estuvo muy presente, con sus letras críticas y reivindicativas, pero también con su cachondeo correspondiente y aun auditorio entregado.

Ella fue la que presentó a la chirigota. Y entonces aparecieron los de Vera Luque, ataviados con su tipo de ochenteros, recordando el pasodoble homenaje al ex presidente Felipe González, con sus dos cuplés a Mariano Rajoy y la Monarquía. Ni el mejor coordinador de campaña de Podemos habría elegido mejor las letras. Al pelo.

Como era de esperar, el alcalde de Cádiz tambió se arrancó. "Era un 4 de diciembre...". Y así el pasodoble entero de Los Piratas que puso en pie al auditorio. Detrás, bajo la enorme pantalla colocada en el escenario, los integrantes de la chirigota de Vera Luque no daban crédito.

Juerga al margen, Iglesias cumplió con su papel y ejerció de candidato. El líder de Podemos, candidato a la presidencia, Pablo Iglesias, se mostró convencido de que, como en Cádiz en mayo, el 20-D se dará "significado a palabras como soberanía" y se impondrá lo nuevo sobre lo viejo, el futuro sobre el fracaso.

Iglesias aprovechó también su presencia en la capital gaditana para hablar de los cambios que propone en la Constitución para garantizar y blindar derechos sociales, la independencia judicial o la eliminación de las puertas giratorias y también reinvidicar, hilándolo con el 4 de diciembre, el derecho a decidir. "Y lo digo aquí igual que en Barcelona", apuntó,porque si es presidente escuchará a los andaluces como a los catalanes, porque la grandeza de España es su diversidad.

Para sus rivales también repartió. "No me llamo Pablo Iglesias por casualidad", manifestó abriendo la puerta a los socialistas descontentos con el PSOE. "Bienvenidos a casa", les dijo a los "socialistas de corazón que van a votar a Podemos". Sobre Albert Rivera y Ciudadanos que son muletas, "de Susana Díaz en Andalucía o del partido de la Púnica en Madrid". Y al PP, y a Celia Villalobos de camino - "con la que tuve una conversación muy agradable", bromeó- "que no vamos a dejar de decir cosas a la cara y que a los corruptos los vamos a llamar corruptos".

Pese a la presencia de Iglesias, el mitín de Cádiz fue coral. Intervino la candidata por Cádiz, la candidata por Madrid, Irene Montero, y futura vicepresenta del Gobierno si se diera el caso, el sevillano Sergio Pascual, la secretaria andaluza Teresa Rodríguez, que se llevó una de las mayores ovaciones de la noche y diferentes halagos, el alcalde de Cádiz e Iñigo Errejón, que cerró las intervenciones.

Dentro del Palacio de Congresos, con sus camisetas morás, los fans de Podemos disfrutaron con su primera sesión de gran nivel. Los años 80 como telón de fondo y el aroma histórico gaditano que siempre vale para llamar a la rebelión contra lo que sea colmaron con creces las expectativas de quienes consiguieron un hueco en el mitin. Fuera, en el patio principal del Palacio de Congresos, donde se había instalado otra pantalla gigante, decenas de seguidores también se habían dejado las manos aplaudiendo.

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