Entrevistas

"De la foto de las Azores, la lección es que Europa no debe volver a dividirse"

-¿La crisis nos hará más ibéricos, el sueño peninsular de Saramago?

-La crisis nos está obligando a poner nuestras casas en orden. Cosas que siempre deberíamos hacer las tenemos que hacer más deprisa. Por ejemplo, la reforma de las pensiones tan de actualidad en España la hicimos en Portugal en 2007. De las crisis hay que aprender siempre lo positivo.

-¿Saramago hizo de embajador?

-Ha tenido un papel de primerísima importancia en dar a conocer la cultura portuguesa. Con la ayuda inestimable de Pilar del Río.

-Iconos como Mourinho y Cristiano Ronaldo...

-Tienen un papel diferente, una dimensión distinta, pero es cierto que son iconos portugueses, como lo han sido Luis Figo o Amalia Rodrigues. Con la influencia de los media, es importante contar con quien está considerado el mejor entrenador del mundo.

-Se han cumplido diez años de la muerte de Carlos Cano. ¿Se oye en Portugal María la portuguesa?

-Creo que se escucha más aquí.

-¿Qué papel juegan los ríos, que no entienden de fronteras?

-Hace seis años se puso en marcha el proyecto del Duero internacional que busca un desarrollo sostenible, un modelo turístico distinto del tradicional. Portugal está haciendo un gran esfuerzo por divulgar en España los vinos del Duero. Lo mismo ocurre con el proyecto del Tajo.

-Si fueran los Estados Unidos de Europa, Durao Barroso sería su presidente.

-Hablábamos antes de iconos. Durao Barroso es otro. No es casualidad que un político portugués haya sido elegido y reelegido para estar al frente de la Comisión Europea. Dice mucho de la capacidad y la sensibilidad portuguesa de hacer las cosas.

-De los ríos a los océanos. ¿Sigue siendo un país que mira al mar?

-Portugal fue siempre un país con vocación de ir más allá en la relación con lo ajeno, en el interés hacia lo que está más lejos. En Europa somos de lejos el país que más se interesa por África. Yo estaba de embajador en Sudáfrica cuando liberaron a Mandela. Estuve en su casa de Soweto. Las cumbres Europa-África se han realizado por el empeño portugués.

-Se escapó el Mundial ibérico 2018, pero el de 2014 es en Brasil. ¿Qué significará?

-Va a ser algo muy importante para la lengua portuguesa. Van a acudir miles de periodistas que reconocerán la importancia del idioma. Según datos de Naciones Unidas, en quince años habrá 360 millones de lusohablantes, que es mucho más que la suma de los hablantes en francés, alemán e italiano. Para España, el aprendizaje de la lengua portuguesa no es sólo por los diez millones de portugueses, sino por esos 360 millones de posibilidades de negocio en el futuro.

-¿Cuál de las cuatro comunidades fronterizas se implica más con Portugal: Galicia, Castilla y León, Extremadura, Andalucía?

-Si me pregunta cuál de las cuatro está más adelantada en la incorporación de la enseñanza del portugués como opción curricular sin duda es Extremadura. Con Galicia hay un potencial enorme por el idioma común. Andalucía y Castilla y León trabajan en el memorándum de la enseñanza.

-Andalucía y Algarve. ¿Socios o competidores?

-Socios y competidores. A mí me gusta la expresión. Un competidor no es un adversario. Es compatible con ser socio. Quien va al Algarve, hay autopistas muy buenas para visitar Sevilla o Córdoba. Y viceversa. Competir es muy bueno. Nos obliga a mejorar. En mercados como el asiático podemos trabajar juntos.

-¿Qué queda de la foto de las Azores?

-En esa época yo estaba en Bruselas. La gran lección es que Europa no debe volver a dividirse en el mundo actual con países emergidos, que no emergentes, como China, India, Brasil. Europa no tiene ninguna posibilidad si se presenta dividida. No tiene dimensión para dividirse.

-¿Qué le apasiona de España?

-La vitalidad. El placer de vivir. Los portugueses somos más melancólicos. Una vitalidad enorme en su cine, Saura es un genio, en su teatro, en su pintura. Y ha mejorado mucho en gastronomía. Se nota en la guía Michelin.

-El jueves 17 su equipo, el Oporto, juega en Sevilla...

-Vendré si me invitan, y si no también. Ya vine a la final de la UEFA que le ganamos al Celtic de Glasgow. Estaba de embajador en Bruselas y el primer ministro, que era Durao Barroso, me llamó para preparar ese mismo día una entrevista con Romano Prodi, que era presidente de la Comisión Europea. Nos vimos en Bruselas y por la tarde estábamos en Sevilla.

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