l La Magdalena y Triana acogieron ayer sus procesiones de Corpus dejando claro, un año más, que representan dos formas de sentir y de expresar la ciudad: lo bullicioso y popular en el viejo arrabal frente a lo clásico y comedido en la céntrica collación. También el de ayer fue un día para presenciar ceremonias íntimas en los conventos de Santa Paula, San Clemente y San Leandro, donde el culto al Santísimo se convierte en una de los más refinadas liturgias de la ciudad.
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