Eliades Ochoa, Músico cubano

"Lo que pasó con Buena Vista Social Club no sucede nunca"

Eliades Ochoa.

Eliades Ochoa. / Alberto Domínguez

Mucho le debe el son cubano a Eliades Ochoa (Santiago de Cuba, 1946), protagonista de su salvación y proyección internacional. Lideró en gran medida ese fenómeno mundial que fue Buena Vista Social Club más allá del disco superventas, aunque ya antes fue digno heredero del legendario Cuarteto Patria, que sigue activo. La música le debe todo. Un documental, Eliades Ochoa: from Cuba to the world, le reconoce su lugar. Hace poco estuvo en Huelva visitando a unos amigos, pero quiere volver con película y concierto. Y bienvenido será.

-Hace años cantaba Estoy como nunca. ¿Y ahora?

-¡Igual! ¡Como nunca! La música te da vida y el cariño que recibes del público te hace sentir fuerte. Te da el ansia esa de seguir haciendo música, recibiendo ese cariño. Esas cosas te ponen fuerte, te hacen sentir joven.

-Los músicos cubanos son muy longevos...

-Ojalá, Dios te oiga. Debe ser el sol y el ron.

-Lleva 40 años al frente del Cuarteto Patria; son los mismos que Pancho cuando le pasó el testigo.

-El nieto del grupo aquel era yo; todos eran ya viejecitos y yo entré muy jovencito. Pasó igual con Buena Vista, que yo era el niño.

-¿Lo imaginaba aquel chico que limpiaba botas?

-Fue un sueño hecho realidad. Siempre soñé ser un artista, ver un público aplaudiéndome por lo que hacía.

-De adolescente pasó muchas noches con la guitarra en los bares.

-Sí señor. Y agradezco mucho aquella escuela.

-¿La calle es la mejor?

-Hay alguien en Cuba que siempre dice que he hecho de mi vida mi propia escuela. Y es cierto.

-Cuando rescataron a Ibrahim Ferrer para Buena Vista también limpiaba zapatos.

-También. Pasó mucho trabajo, mucho trabajo.

-¿Nunca tienen los músicos las cosas de cara?

-Nada cae del cielo. Cuando uno tiene la tierra, tiene que sembrarla y después esperar el fruto, pero si no la siembras, no puedes esperarlo.

-A veces el fruto llega muy tarde.

-Bueno, chico, pero siempre llega. Siempre llega.

-Le pasó también a Compay Segundo, que hacía tabaco cuando le llamó.

-Si no hubiera sido por Eliades Ochoa, Compay Segundo muere y no se entera nadie. Igual que Ibrahim Ferrer y que Rubén González. Eran gente que arrastraba una historia gigante en la música como artistas y nadie sabía que estaban vivos.

-Chan Chan ya es parte de la historia de la música.

-Chan Chan se convirtió en una bandera. Cuando Compay fue a Santiago, cuando le conocí en el año 86, me dijo que había hecho una cosa, a ver qué se podía hacer. Era el Chan Chan. Y sentía aquello y lo sentía extraño. Me preguntaba de dónde sacó este hombre la armonía ésta, única.

-Francisco Repilado tiene apellido de aldea de Huelva.

-Sí. Conozco historias de muchas cosas de allí.

-¿Buena Vista Social Club es lo mejor que le ha pasado a la música cubana?

-Otra cosa así no puede pasar. Claro que en los años 20 del siglo pasado pasaron cosas como las del Trío Matamoros, y en la década de los 50, el Dúo Los Compadres, pero lo que pasó con Buena Vista no sucede nunca. Ya eso se acabó.

-Se asegura que Ry Cooder fue quien les rescató.

-Hay una equivocación en eso. Ry Cooder no es quien rescata la música cubana, él se adapta a lo que hacíamos nosotros. Viene con el dueño de la discográfica para hacer el disco con los africanos, y al no venir los africanos se decide hacer un disco con cubanos. Y ahí es donde empieza Eliades a recoger a la gente y a ensayar, y sale Buena Vista Social Club (BVSC).

-Dice que se levantaron pobres y se acostaron ricos.

-Es cierto. Y nadie fue allí a hacer ese disco pensando en lo que iba a suceder. En el caso de nosotros, los fundadores, lo que llamaron las cinco estrellas del BVSC (Compay, Rubén, Ibrahim, Ry Cooder y Eliades Ochoa), no sabíamos las vueltas que iba a coger eso en el planeta. Fueron 18 millones de discos, o no se cuántos. Por eso es cierto que uno se acostó pobre y se levantó rico.

-Y actuaron en la Casa Blanca ante Obama.

-Nos saludó con muchísimo cariño, siempre sonriente, muy alegre de recibirnos. Se tiró fotos con nosotros, oyó la música y dijo que cuando salió el primer disco de Buena Vista era muy joven todavía, pero que lo tenía. Fue un encuentro muy bonito, muy histórico, porque creo que nunca había pasado eso de entrar los artistas cubanos en la Casa Blanca.

-Casi empezaron ustedes a romper el hielo entre los dos países.

-Por los menos pensaba que estábamos poniendo un granito de arena a las relaciones entre ambos países, pero lo que tengo en el centro del pecho es seguir haciendo música y seguir recibiendo el cariño del público.

-También tuvieron una función importante al rescatar el son tradicional.

-El BVSC le abrió las puertas al mundo. Después de que cogió la fuerza aquella, todo el que decía soy sonero cubano salía para el extranjero a hacer conciertos y ganar dinero. Y todos los temas que ya estaban enterrados, como El carretero, El cuarto de Tula o Píntate los labios, María, los saqué a flote. Nosotros le dimos un lugar que merecían las canciones éstas, que no se oían, que estaban muertas.

-El flamenco también ha bebido de la otra orilla con los cantes de ida y vuelta.

-Me encanta, de verdad. Hay una artista que lleva un camino gigante, Argentina. Tiene su futuro en las manos, y tiene que mantenerlo y trabajar bonito, que es lo que el público se merece. Por mucho que hagamos, el público siempre merece más.

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