Manuel pimentel, Empresario, economista y escritor

"España ha pasado de la UVI a planta, siguen las heridas"

"España ha pasado de la UVI a planta, siguen las heridas"

"España ha pasado de la UVI a planta, siguen las heridas" / jesús marín

-Usted ha sido y es empresario todoterreno y un espectador privilegiado como presidente de las empresas consultoras. ¿Dónde ha sido más angustiante la crisis?

-Sin duda, ha sido el sector inmobiliario el que más ha sufrido, aunque yo nunca he estado en él. Yo tengo negocios editoriales y ahí ha sido duro. Ha sido un tiempo tenebroso.

Cuando la economía se estabilice volverá al equilibrio entre empresa privada y justicia social"

-Sí, vender libros en plena crisis, todo un reto.

-Bueno, parece que hay algo de recuperación también en esto. Los libros electrónicos no han hecho tanto daño como se preveía. El objeto, el libro, sigue teniendo su potencia.

-¿Estamos saliendo esta vez de verdad?

-En estas cosas no se puede ser muy categórico. Los indicadores hablan de un nuevo dinamismo. Ha sido una crisis muy profunda, secular, como no se veía desde la del 29 y ha traído cosas buenas. Una de ellas, la mejor, es que salimos, la segunda, todo lo que hemos aprendido, que ha sido mucho.

-¿Cuándo percibió que se emprendía la salida del túnel?

-En 2012 cayeron los precios del petróleo, el Banco Central Europeo bajó los tipos y en 2014 ya había datos de crecimiento macro. Pero la economía se mueve a dos velocidades. La onda de lo real es una onda distinta a lo percibido. Ahora entramos en ese terreno de lo percibido. Hasta ahora todo eran grandes números pero no se notaba en la calle. Yo creo que ya sí se está empezando a notar.

-Pero se percibe con un escenario de sueldos más bajos, una devaluación de moneda a través de los salarios, con lo que el consumo interno será el que pueda ser.

-Es que lo que nos ha pasado por encima no ha sido normal. Económicamente, España ha pasado de la UVI a planta, las heridas siguen ahí y tardarán en curarse, como por ejemplo el empleo de poca calidad.

-Pero con la pérdida de poder adquisitivo, la recuperación del consumo interno será lento.

-Como lenta va a ser la recuperación de ese poder adquisitivo, pero en las nuevas negociaciones de convenios ya estamos viendo un repunte en las plataformas salariales por encima del 1,7 de media. Empezaremos a ver esa recuperación de salarios porque lo va a marcar la dinámica económica.

-No son sólo los salarios. Las empresas, que en España son en su mayoría pequeñas empresas, se han tenido que acostumbrar a sobrevivir con márgenes muy escasos.

-También volverá el margen, pero desde una perspectiva más sabia. Hablábamos de lo que habíamos aprendido en esta crisis. Hay que felicitar a los supervivientes por todo lo que nos han enseñado.

-¡Hasta hemos aprendido idiomas!

-Pues sí. Porque se ha sobrevivido con internacionalización y hemos abierto mercados. Hemos aprendido a vender. Y, sobre todo, la productividad tecnológica. El camino es ir por la senda de la innovación. Especialistas, innovadores, más internacionales... ahí están las fórmulas.

-De todos modos estaremos en sala, como usted dice, pero con respiración asistida.

-Hay incertidumbre, no digo que no, pero hay que aprender a vivir sin el doping que proporcionan los bancos centrales y lo lógico será hacerlo en un ciclo de crecimiento como éste al que parece que nos encaminamos.

-A esa incertidumbre no le viene muy bien la incertidumbre política. Y aquí no tenemos ni presupuestos.

-Este año los habrá, pero el próximo año será más difícil y es posible que nos tengamos que enfrentar a una legislatura corta. Más lo de Cataluña, que suma incertidumbre. Pues no, claro, no ayuda, pero los indicadores son esperanzadores. Vamos bien. Un buen crecimiento, buenos datos de deuda, buenos datos de exportación.

-No sólo España. El Brexit, lo que nos jugamos en Francia...

-Del crack del 29 cosechamos los fascismos y los comunismos. Los populismos de aquel tiempo. Yo tengo esperanza de que ahora no vaya a pasar. De momento, en Holanda ya les pararon la euforia a quienes venden pócimas económicas mágicas que consisten, tanto sean populismos de derechas como de izquierdas, en que el Estado lo arregla todo. Dios nos libre. Francia es una prueba de fuego para Europa, pero soy optimista.

-¿Y en España?

-El sufflé populista español está desinflándose. Cometieron un error fatal y fue no entrar en una operación de poder como la que se les ofreció. Fuera del poder sólo les queda seguir con la propaganda y eso acaba por no sostenerse.

-Parece que asistimos al fin de la socialdemocracia tal y el modo en que la entendíamos.

-En tiempos de crisis la gente no quiere tibiezas, quiere certezas como las que dan los populismos. Cuando la situación económica se estabilice ese equilibrio entre empresa privada y justicia social volverá a establecerse desde la moderación. En tiempos tranquilos, la gente no quiere aventuras.

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