Fiorella Faltoyano | Actriz

"Hay que saber decir que no a los moscones"

Fiorella Faltoyano. Fiorella Faltoyano.

Fiorella Faltoyano. / Javier Albiñana

Escrito por

· Juan de la Huerga

periodista

Su vida, sobre todo su infancia, dio para unas memorias, Aprobé en septiembre, y después se ha embarcado en la ficción con El ojo de la cerradura. Fiorella Faltoyano (Málaga, 1949) le ha cogido gusto a escribir, pero su gran virtud sigue siendo la interpretación, donde debutó hace 55 años en la compañía de Nati Mistral. Protagonizó películas señeras de la Transición y ha hecho de todo en la tele; lo último, Sentimos las molestias, con Rellán y Resines.

–Parece una mujer con las ideas muy claras y muy segura de sí misma. ¿Es oro todo lo que reluce?

–No lo es, pero estoy más segura que hace unos años.

–Su infancia fue de película pero nada ñoña.

–No llegando al terror, pero una película de miedo.

–¿Su vida da para un biopic?

–Si contamos casi todo, es un culebrón.

–Coincide con Miguel Rellán y Antonio Resines en Sentimos las molestias. Da gusto que se escriban papeles para veteranos.

–Y no sólo por la posibilidad de trabajar sino porque hay mucho público veterano al que no le interesan las historias de jovencitos. La gente quiere referentes donde mirarse, reír y llorar.

–"¿Por qué las actrices de más de 60 años tenemos que seguir haciendo de abuelitas?", se pregunta. Veo que da el tipo para una Angela Channing castiza...

–Sí, últimamente me ven mucho de mala. Me encantaría, era un papelón.

–Y Jane Wyman era una pedazo de actriz.

–Por supuesto. Las personas de más de 50 tienen una vida muy rica, no como antes, que a los 60 estaban en el sillón. Ahora viven aventuras, en especial las mujeres. Pero los guionistas son jóvenes y escriben poco de mayores, salvo en Sentimos las molestias.

–Con 72 años no se quiere cortar la coleta y yo con 48 sí. Me lo explique.

–Me gusta mucho lo que hago y, mientras el cuerpo aguante, hay que estar en la vida porque te jubilas y luego te conviertes en un trasto.

–Hoy contratan a los actores por seguidores en las redes y a los periodistas por los clics. ¿Nos volvemos al siglo XX, señora Faltoyano?

–Dan ganas de volverse, sí. Pero pasa como con todo: o te adaptas o te mueres. ¿Hay que tener seguidores? Pues vamos a por ellos.

–La descubrió Luis Escobar y debutó con la compañía de Nati Mistral. ¿Se puede tener mejor pedigrí?

–El mío es estupendo. Luis era un señor maravilloso, un intelectual increíble, y Nati Mistral toda una artistaza, así que no están mal como padrinos, ¿no?

–¿Qué le fue lo más surrealista que le pasó con el marqués?

–Cuando rodamos Tango estábamos en casa de los marqueses de Urquijo, aquellos del crimen, ¿se acuerda?

–Claro.

–Había un tapiz maravilloso y le dije a Luis lo bonito que era. Respondió: "Lagarto, lagarto. Tiene un pavo real azul". Y yo: "¿Y?". "Da muy mal fario, pero para vosotros no, sólo para los nobles".

Asignatura pendiente estaba dedicada a esa generación que "siempre llegaba tarde a todo". ¿A qué ha llegado tarde usted?

–Quizás a la literatura, me he puesto tarde a escribir. No sabía que tenía unas capacidades ocultas que afloraron primero con mis memorias, Aprobé en septiembre, y ahora con El ojo de la cerradura. Ahora podría estar vendiendo muchísimo...

–Esa película la convirtió en icono de la Transición. ¿Le pesó tal responsabilidad?

–Icono es un poco fuerte. Me convirtió en una actriz muy conocida con la que la gente se identificaba. Fue una bonita película que captó a toda una generación y encantada de haber estado ahí.

–¿No se sentían más libres al final de la dictadura y en la Transición que ahora que todo es buenismo, bienquedismo, autocensura?

–Sí, estamos pasaditos de rosca. Ahora nos la cogemos con papel de fumar. Hay miedo de decir cosas, no vaya a ser que quede mal. Me parece ridículo.

–¿Cómo lleva eso de ser la musa de...: con orgullo o le parece machista?

–¿Machista por qué? Ni soy "mujer de" ni "nada de", he sido siempre libre cuando la gente lo era menos que ahora y no siento que me pesara nada. He vivido haciendo lo que se me ponía por delante, intentando resolverlo lo mejor posible y sin cuestionarme demasiadas cosas.

"Mientras el cuerpo aguante, hay que estar en la vida porque te jubilas y te conviertes en un trasto"

–Ha trabajado mucho con José Luis Garci y le damos bastante turra con eso…

–Mucha, mucha, mucha.

–¿Pese al Oscar que ganó, es el director más infravalorado del cine español?

–Es muy poco clasificable. Ha hecho cosas tan distintas que no le han dado como categoría de creador. Es un gran director que ha dado muchas alegrías al cine español, entre ellas un Oscar.

–Fue monja con él (Canción de cuna) y puta con Cuerda (Tocando fondo). Ser actriz es poderlo ser todo.

–He sido de to. Es maravilloso la posibilidad que te da de ser otra persona cada vez. No es sólo interpretar, es creérselo. Y me creía que era monja de clausura y vivía levitando, y que era puta y me lo pasaba bien o mal dependiendo del cliente.

–Ha adaptado al cine o al escenario Canción de cuna, La Colmena, La Regenta o La calumnia. ¿Por qué obra habría matado?

Madame Bovary.

–Siendo usted una mujer de rompe y rasga, tan despampanante...

–¡Oissshhh!

–…¿cómo lidió con tantos moscones de joven?

–Como se hacía y se debería hacer: con los que te apetecía te apuntabas al carro y con los que no les dabas un sopapo.

–Esto se ve hoy de otra manera.

–Ahora hay mucho victimismo y todo el mundo dice que ha sido acosado. Es mucho más sencillo. Basta con saber decir que no. Bien es verdad que a veces hay que decir que no no sólo al moscón, sino a lo que el moscón ofrece y eso hay mucha gente que no lo hace y luego se queja. Es muy políticamente incorrecto lo que he contestado, lo sé.

–Ha dicho: "Hay que asumir los años que tienes". ¿Hemos perdido los papeles con el físico?

–Sí, hay mujeres de 40 sin nada por retocar, es tremendo. Dicen que es la presión del entorno y eso es igual que con los moscones: hay que saber decir que no. Es una cuestión de valorarse a uno mismo y no hablar sólo del físico.

–Le rajó las ruedas del coche a su entonces marido, José Luis Tafur, porque irse con otra. Espero que le haya gustado la entrevista.

–Tiene suerte porque no sé cuál es su coche...

–Un Megane simplón.

–Para haber sido mi única maldad es pequeñita. Fue fantástico, sólo rajé tres por temor a que me vieran. Espero no haber dado ideas a las mujeres engañadas porque se quedan sin coche todos los hombres...

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios