Ricardo Martín

“Ser optimista consiste en armarse de sensatez y luchar"

  • El periodista y fotógrafo granadino ha sido distinguido como Optimista Comprometido del Año por la revista Anoche tuve un sueño

El periodista Ricardo Martín

El periodista Ricardo Martín

–Distinguido como Optimista Comprometido por Anoche Tuve Un Sueño. ¿Cómo se puede ser optimista militante en estos tiempos?

–Es un premio que agradezco y valoro mucho, sobre todo por el prestigioso elenco de los demás premiados (Sonsoles Onega, Nuria March, Javier Fernández). En un presente con riesgos de todo tipo y presagios de tiempos difíciles, es comprensible que mucha gente se muestre pesimista ante el futuro. Pero ser optimista no es una postura ingenua ni ilusoria, consiste en ofrecer la necesaria resistencia a esos negros vaticinios por medio de una respuesta responsable y crítica. Se trata de armarse de sensatez y de luchar para no caer en la resignación, la apatía o la queja, cumpliendo con nuestras obligaciones diarias. Y también el optimismo es un sentimiento que tiene que ver con factores genéticos y culturales

–¿Y hay suficientes motivos para ser optimista?

–Optimismo y pesimismo son formas primordiales de ver el mundo, fruto de temperamentos psicológicos diferentes No todo es tan simple como ver el vaso medio lleno o medio vacío. Tradicionalmente el pesimismo suele tener más prestigio intelectual y literario pero el optimismo inteligente, que reside en la voluntad, es el que nos ayuda a creer que las cosas pueden mejorar en nuestro entorno si nos lo proponemos. Los avances científicos, por ejemplo, suponen una gran razón para ser optimistas .A todos nos ha conmovido el titánico esfuerzo para inventar las vacunas del coronavirus en tan corto espacio de tiempo. No me imagino a personas pesimistas frente a tal desafío.

–¿Siendo andaluz facilita de alguna manera ver las cosas de manera más pausada, o más feliz?

–No lo sé. Sí creo que además de la política, la economía y las circunstancias personales de cada uno, el entorno geográfico condiciona la manera de ver la vida. El andaluz ha desarrollado a lo largo de la historia una sabiduría natural para tomarse las cosas con calma. Es más bien de temperamento templado y escéptico pero eso no le resta capacidad para inventar cada día motivos para no caer en el pesimismo. En cierto modo somos hijos de la alegría y de la belleza a pesar de los pesares.

–¿Hacer algo por los demás es la mejor forma de ver el mundo de otra manera?

–Sin duda, creo que es una de las mejores recetas. La vida alcanza su mayor sentido y su gran provecho cuando te muestras generoso con las personas que te rodean, cuando fijas la atención en los demás más que en ti mismo.

–¿Qué lecciones a día de hoy podemos extraer de una pesadilla de hace casi 80 años como los campos de exterminio nazis?

–Una lección fundamental: la necesidad de cuidar nuestra democracia, que es más frágil de lo que parece. Y no tolerar ningún signo de populismo, xenofobia o fanatismo por muy disfrazado que se nos muestre. A pesar de los avances tecnológicos, desde la noche de los tiempos el ser humano ha evolucionado muy poco en sus sentimientos y sigue siendo capaz del mayor altruismo y del mayor horror para con el prójimo.

"La información está ahora condicionada más por la rapidez que por el análisis y los titulares van dirigidos más a la parte emocional que racional del lector"

–Formó parte del equipo fundador de El País ¿cómo se gestaban los proyectos de comunicación por entonces?

–Gestar proyectos de comunicación creo que forma parte de un nuevo lenguaje de la era digital que en mi época de El País no existía. Entonces los acontecimientos venían servidos por la actualidad inmediata, ocurrirán, y se trataba de acudir lo más cerca posible a las fuentes de la noticia para contarla de la forma más precisa y rigurosa posible a través de un tándem muy eficaz: el redactor y el fotógrafo. Entonces, la separación entre la información y la opinión del perioódico era mucho más nítida.

–¿Qué opinión le merece el periodismo actual de titulares y clicks?

–La información está ahora condicionada más por la rapidez que por el análisis y los titulares van dirigidos más a la parte emocional que racional del lector. El prestigio y la influencia de las cabeceras tradicionales de referencia, que creaban estados de opinión en sus lectores, ha desaparecido a cambio de una información muy ideologizada y dispersa. Y en internet se pueden encontrar opiniones para todos los gustos que vienen a confirmar los puntos de vista que ya preexisten en el lector. Según Marty Byron, prestigioso ex director del Washington Post, la gente se fía ahora más de sus sentimientos que de los hechos. Eso se lo pone aún más difícil al buen periodismo.

–¿Dónde está el futuro del periodismo de calidad, si tiene futuro el periodismo?

–Nuestras democracias seguirán precisando del periodismo de alta calidad, riguroso e independiente; es un derecho que el ciudadano necesita para estar bien informado a la hora de formar su opinión y tomar decisiones. Para ello hace falta una prensa saneada desde el punto de vista financiero, libre de ataduras y crítico con el poder, que pida cuentas al gobierno de turno. El reto es económico y tecnológico ante los cambios incesantes de la era digital.

"Tengo buenos amigos pesimistas y hasta derrotistas. Me río mucho con ellos porque son también tremendos hipocondríacos"

-¿El fotoperiodismo vive ahora su mejor momento?

-Creo que ha sido una parte muy perjudicada en este avance tecnológico. La facilidad en la obtención de imágenes digitales con un aceptable resultado técnico ha alimentado la idea de que cualquiera puede contar una historia gráfica con solvencia . Eso ha empobrecido la calidad del fotoperiodismo, en la creencia que lo puede hacer cualquiera. El fotoperiodismo tiene su propio lenguaje informativo y estético.

-¿Tiene amigos pesimistas? ¿Los atiende de alguna forma?

-Tengo buenos amigos pesimistas y hasta derrotistas. Me río mucho con ellos porque son también tremendos hipocondríacos.

-Ha trabajado junto a los mejores escritores españoles coetáneos ¿tendremos un Nobel de Literatura español en esta década?

-No lo sé, tampoco ha de importar demasiado. Sabemos que grandísimos escritores de todo el mundo nunca lo ganaron.

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