carmen de manuel. psicóloga clínica

"Los abusos sexuales a menores son una epidemia"

-Acaba de publicar la novela Palabras prohibidas. Sinopsis.

-Está centrada en describir el drama que viven los niños y niñas víctimas de abusos sexuales y los efectos que esa experiencia puede dejarles durante toda su vida. Es una novela basada en historias reales fruto de mis años de trabajo con estos niños como psicóloga. Pero no me quedo sólo en la víctima, también acerco al lector a la persona del agresor y lo hago desde una perspectiva humana, psicológica y hasta biográfica.

-Quien abusa de un menor es un enfermo, un tarado, no sé...

-Ese ha sido un mito de nuestra sociedad. Hemos creído que hay que estar enfermo para hacerle algo así a un niño. Pero es un error. Los abusadores suelen ser personas bien adaptadas a nuestra sociedad, hasta incluso respetables. Viven con nosotros, son nuestros compañeros, nuestros amigos. No suelen ser enfermos mentales.

-A lo largo de su carrera ha tenido que conversar con decenas de abusadores. ¿Cómo se aborda?

-No debemos demonizarle, lo que no significa que le justifiquemos. Lo que hace no tiene justificación alguna y es responsable de sus actos. Pero debemos comprender lo que le ha llevado a hacer algo tan execrable. Tiene un pasado, una historia de vida particular. Muchos de ellos han sido abusados en su infancia y nadie les protegió ni les ayudó a elaborar lo ocurrido. Incluso algunos viven con la angustia de ser descubiertos pero a veces también sienten el deseo de que eso ocurra y poner fin ya a esa situación tal como le ocurre al pederasta de esta novela.

-¿Qué piensa el pederasta? ¿Cómo se defiende?

-Lo llamamos distorsiones del agresor y son variadas. Piensa que no es para tanto, que a él se lo hicieron de pequeño y aquí está, dice, un hombre hecho y derecho. Incluso llega a decir "pero quién mejor que un padre para enseñar la sexualidad a su hija". O niñas que han escuchado mientras su padre abusaba de ellas "tanto quejarte, tanto quejarte, dónde vas a encontrar un padre que te quiera tanto....".

-Todo esto que me cuenta es... no sé... repugnante.

-El abuso a los niños ha ocurrido en todas las épocas de la historia, no es algo exclusivo de nuestros días y siempre se ha ocultado. Es una realidad escondida.

-¿Son muchos los niños abusados?

-Según el Consejo de Europa, uno de cada cinco niños europeos ha sufrido o está sufriendo algún tipo de abuso sexual.

-¿Eso es una estadística?

-Es una estimación porque sólo conocemos una pequeña parte de los casos, los que salen a la luz. Otros quedan ocultos para siempre. Casos como el de Granada que ahora están en la prensa no son hechos aislados ni se circunscriben exclusivamente al clero. El abuso a la infancia no conoce fronteras, ni estratos sociales, ni razas, ni credos ni profesiones.

-¿Me está diciendo que si yo estoy en una reunión de unos diez o quince padres lo más posible es que entre ellos haya un abusador?

-Lo que estoy diciendo es que una profesora que tenga en su clase 25 alumnos, por los datos que tenemos en la actualidad, puede tener cinco alumnos que estén sufriendo abusos y no los detectamos.

-Es una epidemia.

-Lo es. Y un problema del que los ciudadanos sólo conocen los casos que saltan a los medios... Es algo mucho más cotidiano, que convive con nosotros. Por ello, he escrito esta novela, para que la gente conozca esta realidad invisible.

-¿Y las madres lo saben?

-Muchas veces no. En otras ocasiones saben lo que ocurre pero no hacen nada por proteger a su hijo por no arriesgar la unidad familiar e incluso pueden ser las instigadoras.

-¿Y las abusadoras?

-Sí, por supuesto, aunque estamos hablando de otro tipo de perfil. Por lo general suelen ser mujeres maduras que abusan de adolescentes.

-Ha decidido escribir una novela sobre abusos y no un inventario de casos.

-Podría haber escrito un libro para profesionales. Sin embargo, una de nuestras tareas es la divulgación de los conocimientos a la ciudadanía, máxime cuando el cuidado y la protección cotidianos de la infancia están en sus manos.

-Si un niño nos dice que le han tocado, ¿cómo debemos reaccionar?

-Creyendo al niño, protegiéndole para que no le ocurra más y apoyándole.

-Los niños mienten.

-Y los adultos también. Pero cuando un niño o una niña dice que le han tocado no miente casi nunca. Ahora, los abusadores mienten siempre. Es más frecuente que los niños callen y no digan nada a que mientan.

-¿Qué se puede hacer?

-Enseñar a los niños a cuidar de sí mismos. Y explicarles, sin necesidad de hablar de sexualidad con los más pequeños, que si alguien les quita la ropa o les toca de manera rara pueden gritar, salir corriendo. Y deben contarlo enseguida aunque se lo hayan prohibido.

-¿Un niño maltratado no tratado es un futuro maltratador?

-Es un factor de riesgo, lo que no significa que todo niño maltratado se convertirá en un maltratador. Padres que hayan sido víctimas de abuso en su infancia pueden ser unos padres competentes como los que más.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios