Entrevistas

"El desapego a la política deja el campo libre a los desaprensivos"

-¿En España nos hemos acostumbrado a hacer a los demás responsables de la educación?

-Siempre ha existido un grupo de padres que piensan que educar es tarea de la escuela. También hay otro muy minoritario que no muestra ningún interés por la educación de sus hijos y, por último, una inmensa mayoría a la que este asunto le preocupa y no sabe cómo afrontarlo. A este segmento es al que va dirigido el programa on line Súper Padres.

-En pocas palabras, ¿en qué consiste esta universidad de padres?

-Se trata de aumentar el talento de los padres para que puedan enfrentarse a los problemas de los hijos. Para ello se les da a conocer unas herramientas concretas para cada caso. Para ello es fundamental la existencia de unos foros en los que las familias con hijos de la misma edad contactan y debaten de diversos asuntos. Así constatan que no son los únicos que tienen esos conflictos.

-En su programa habla del acoso en la escuela. ¿Cómo puede resolverse este asunto desde casa?

-El consejo es ponerse en contacto cuanto antes con la escuela. Hay que tener en cuenta que esta situación cambia mucho según la edad del niño y el sexo. Los chicos para estas cuestiones son más reservados porque creen que si desvelan que están sufriendo acoso van a dar una imagen de cobardía. Para ello los padres deben estar atentos a los cambios de conducta y de los resultados académicos. Una vez que el hijo se lo cuenta a los padres, éstos deben en primer momento comprender el asunto y una vez que el menor se ha tranquilizado darle el consejo y preguntarle cuál sería su forma de solucionarlo. Es importante que los hijos empiecen pronto a ser pieza clave en resolver sus frentes.

-¿Cuál es la edad crítica para el cambio de comportamiento?

-Depende de cada niño. Pero hay una cosa clara: un alumno no debe nunca pasar a Secundaria arrastrando los problemas de Primaria. En este aspecto hay dos situaciones que suelen acarrear bastantes problemas si no se han solucionado en el colegio: la comprensión lectora y la agresividad.

-¿La educación sexual sigue siendo una asignatura tabú en los hogares?

-Sí. Los padres no saben aún cómo tratarla. Y lo que es peor, piensan que los hijos ya están bastante informados, cuando no es así. Los adolescentes tienen una visión muy fragmentada de la sexualidad. Creen aún en falsas teorías sobre cómo evitar un embarazo. Lo que conocen, la mayoría de las veces, es a través de otros amigos que están igual de desinformados. Lo que les dicen en la escuela es una información demasiado biológica y sanitaria. Hace falta que los instruyan en casa, con total confianza y naturalidad, aunque para ello también es necesario que los progenitores cuenten con bastante formación en este terreno.

-Las redes sociales siguen siendo un universo desconocido para la mayoría de las familias. ¿Cómo se supera la brecha digital?

-Esa brecha va a seguir existiendo. La mejor recomendación que pueden darle los padres a los hijos es que sepan suministrar la información que facilitan en las redes. Muchas veces se aportan datos que pueden poner en peligro la seguridad no sólo de los menores, sino de toda una familia. En el programa se ponen ejemplos muy concretos del peligro que se corre. Además, un reciente informe constata que los adolescentes pasan un promedio de entre 7 y 8 horas al día delante del ordenador. Esto supone un uso masivo de las nuevas tecnologías que ha cambiado ya el comportamiento del cerebro, lo que repercute en la atención, la memoria y la forma de socializarse.

-¿Teme que los continuos escándalos de corrupción provoquen una apatía política?

-Este desinterés es notorio en las universidades de toda Europa, de ahí que surgiera Educación para la Ciudadanía, que tiene como fin transmitir una moral pública y fomentar la participación política. En España se ha producido una fractura peligrosa porque el modelo político no gusta. Existe cada vez más desapego, con lo cual se deja libre el campo político a los desaprensivos.

-¿Qué opinión le merece la reforma de Wert?

-Está aún muy verde. Hay cuestiones de las que disiento. Creo que para mejorar la calidad en los resultados no son necesarias tantas evaluaciones como sí una mejor formación del profesorado, aspecto que no se menciona. Me parece bien que se le otorgue importancia a los equipos directivos de los centros, pero hay algo que me resulta inaceptable: que se haga elegir al alumno entre Religión y Ética. Creo que la Ética debe ser una asignatura obligatoria para todos, con independencia de que sea creyente o no.

-¿Y los docentes qué papel desempeñan en todo esto?

-Los docentes son la conciencia educativa de la sociedad y han de estar al tanto de los avances pedagógicos, porque esta información supone trabajar con talento práctico, es decir, saber qué medida funciona en cada caso.

-Usted es un apasionado de Unamuno. ¿Cree que en España es necesario otro regeneracionismo?

-En este país es imprescindible una regeneración que debe ser ética, ya que por este concepto entiendo la búsqueda de la felicidad personal y la mejora de la convivencia. Sólo a través de la regeneración ética lograremos una regeneración política y económica.

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