lola herrera. actriz

"Los días de fútbol van más mujeres al teatro"

-¿Cree en la suerte?

-Muchas cosas me han pasado de rebote. La primera gran oportunidad me llegó cuando la actriz Victoria Rodríguez se casó con Buero Vallejo. Entonces, muchas mujeres cuando se casaban dejaban el trabajo.

-Cinco horas con Mario estuvo a punto de quedarse en cinco minutos...

-Como casi todas las cosas importantes en la vida, que te llegan de la manera que menos te lo esperas.

-Valladolid, su patria chica, es una ciudad literaria. Se juega al fútbol en el estadio Zorrilla, el PP en el auditorio Miguel Delibes...

-Y la casa de Cervantes.

-¿Qué tiene Delibes: llenó el teatro con Cinco horas con Mario y el cine con Los santos inocentes?

-Las historias son lo que cuenta. En las de Delibes está una parte de la historia de este país. Con la sencillez y el rigor de la palabra que lo hacen tan grande. No hay florituras, no hay una sola coma que le puedas quitar. Las palabras están como encadenadas.

-Su tío Zacarías murió en la batalla del Ebro. Perdió a otros familiares en la contienda. ¿Se reconoce en Las guerras de nuestros antepasados, también de Delibes?

-Es la historia de este país, la que todos hemos vivido.

-Nace el 30 de junio de 1935. Ese mes el Betis ganó la Liga. ¿El fútbol es el enemigo del teatro, como decía Fernán-Gómez en El viaje a ninguna parte?

-En un momento sí lo ha sido, ahora ya no. El teatro tiene tal vulnerabilidad, en este país sobre todo, ha sido tan poco cuidado, tan poco protegido, que cualquier cosa le afecta. Cuando empezaron a retransmitir los partidos de fútbol y las mujeres todavía no salían solas, se notaba. Eso ha cambiado. Ahora, los días que hay fútbol van más mujeres al teatro.

-Hizo Solas de Benito Zambrano en teatro, con su hija Natalia. ¿Es un retrato de su propia vida, premonición a la inversa?

-Cuando oigo que Solas es una historia sevillana, andaluza, siento no estar de acuerdo. Si tuvo esa acogida tan formidable en todos los festivales, es porque Benito Zambrano cuenta una historia universal.

-¿Ha entrado el teatro con José Luis Gómez en la Academia de la Lengua?

-Habrá una voz, sin duda, de un director genial, de un actor maravilloso. Pero me molesta que la Academia sea tan machista. Tenía que haber más mujeres, que destacan en todos los campos de la vida.

-¿Qué le hubiera gustado a Delibes de su libro de memorias?

-Quizás la sinceridad con la que está escrito. Me habría sentido abochornada de que eligiera mi libro.

-¿Por qué lo hizo?

-Me lo habían pedido en tres o cuatro ocasiones y siempre dije que no. No sé por qué al final dije que sí. Tal vez para que la gente, el público no se haga una idea de mí errónea a través de mis personajes o de las entrevistas, escritas sobre todo, donde por sintetizar te quitan un concepto. Si querían saber un poco de mí, que al menos fuera de primera mano.

-¿Ha canalizado sus dramas personales a través de dramas profesionales?

-Sin ninguna duda. Cuando el personaje lo permitía, adaptaba sus características, porque inevitablemente tienen que pasar por ti.

-Estrenó en noviembre de 1979, meses después de que Tierno Galván llegara a la Alcaldía de Madrid...

-Fue una ventana abierta. Un momento de apertura. Había un país entero, casi entero, expectante.

-¿Ha sido chica Almodóvar?

-No he sido chica de nadie.

-A Pilar Bardem le pusieron una calle en Sevilla y después se la quitaron...

-Me parece demencial. Pilar es una mujer coherente, muy clara. Puede vivir sin calles y sin plazas, está muy llena de otras cosas.

-Dijo que le resultaba muy simpático el nombre de la Virgen de las Mercedes que la ha relevado...

-Es el nombre de su tía. Las hermanas Sampedro, Mercedes, Guadalupe y Matilde, la madre de Pilar y Juan Antonio Bardem, eran famosísimas en el teatro. Las generaciones nuevas, como no se interesan por nada de lo que pasó antes...

-¿Está en el callejero?

-Tengo una plaza con mi nombre en Valladolid, un colegio en un pueblito de la provincia y una placa en el teatro Calderón.

-¿Ejerce de paisana de Concha Velasco?

-Concha vivió poco tiempo en Valladolid. Su padre era militar y se trasladaron.

-La ciudad de Delibes, Umbral, Jiménez Lozano, Martín Descalzo, Gustavo Martín Garzo...

-Valladolid tiene fama de entender más de teatro que otras ciudades. Una vez pregunté el porqué y me dijeron que había un crítico de teatro, don Justo, que hacía siempre unas críticas en positivo, sin ensañarse. Todas las compañías querían venir a Valladolid. Decir que una obra está fatal es muy fácil.

-Contando sus desavenencias conyugales, ¿no les da carnaza a Sálvame?

-Ya he estado en Sálvame de Luxe. Fue muy bonito y respetuoso, todos habían leído el libro. A Jorge Javier Vázquez lo conozco desde Barcelona, allí hacía un periodismo distinto.

-¿El cine es un intruso?

-Ni el cine se ha ocupado de mí ni yo del cine. He estado siempre metida en el teatro. Desde el año 57, en el siglo pasado, cuando hice el primer Estudio 1.

-En la prehistoria de la televisión...

-En directo en un cuchitril del Paseo de La Habana.

-Si un guionista leyera su libro para una película, ¿qué actriz haría de Lola Herrera?

-No me parece nada interesante para hacer una película, sinceramente.

-¿Qué aficiones tiene?

-La bisutería, la música, sobre todo el jazz, el cine, que siempre es a la misma hora que el teatro, y comprar libros. Me encanta leer por las noches en la cama hasta que me vence el sueño. Necesito tiempo y no me organizo. Para hacerlo tendría que desistir de mi trabajo y no voy a desistir de mi trabajo porque me gratifica mucho.

-Hace El estanque dorado con Héctor Alterio. ¿Habían trabajado antes?

-En los setenta, en la película ¡Arriba Hazaña! (basada en la novela de José María Vaz de Soto El infierno y la brisa). Uno de los mayores premios de este oficio es poder trabajar con la gente que admiras, con la que intercambias.

-Carmen Sotillo, viuda de Mario. ¿Le sorprende el éxito que obtuvo una mujer, como usted dice, hablando con un muerto?

-Nadie lo esperaba. A los compañeros de Miguel en la Academia no les pareció adecuado. Teníamos más valor que el Guerra y lo hicimos porque nos gustaba. Fuimos los primeros sorprendidos, después de un estreno deprimente con media Academia de la Lengua en el patio de butacas.

-¿Cela era de los críticos?

-No me imagino a Delibes compartiendo una conversación con Cela sobre Cinco horas con Mario.

-Hace en teatro el papel que hizo en el cine Katharine Hepburn...

-Tenía personalidad hasta en la forma de vestirse y de peinarse.

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