Lucio A. Muñoz | Consultor

"La digitalización traerá otro empleo, de calidad y multiplicador"

"La digitalización traerá otro empleo, de calidad y multiplicador"

"La digitalización traerá otro empleo, de calidad y multiplicador" / M. G.

Socio director de Eurogroup Human Resources, empresa fundada por él mismo en 2004, Lucio A. Muñoz (Ciudad Real, 1968) se licenció en Derecho en Granada, ciudad de la que es un enamorado, como de Andalucía en general. Su actividad profesional está centrada en la consultoría y la formación y en Andalucía ha trabajado para distintos operadores del sector privado y también para la Administración pública. Publicó hace unos meses su sexto libro: La cuarta revolución industrial en España ¿Cómo reducir el desempleo estructural que está provocando este fenómeno?

-Su último libro aborda las oportunidades que la digitalización trae para crear empleo. ¿No hay un mantra alrededor de eso?

-Depende, porque hay expertos que creen que, en la cuarta revolución industrial, los procesos de digitalización, de robotización y de sistemas relacionados con el big data o de computación cognitiva van a destruir empleo. Y tienen razón porque se destruirá el de personas que hacen labores repetitivas que pueden ser sustituidas por procesos digitales. La banca es el ejemplo más claro en España, con el empleo que se destruye en las sucursales. Yo no opino así, creo que la digitalización traerá otro tipo de empleo, que será de calidad y con efecto multiplicador. Cada nuevo puesto provocará que se creen de uno a tres empleos más.

"Andalucía aún está a tiempo de aprovechar la cuarta revolución industrial, pero está peor preparada"

-España es un país de pymes y micropymes. ¿Está preparado para la cuarta revolución industrial?

-No. La mayoría de las pymes no están digitalizadas. Y hacerlo ya no va a ser una diferenciación o una ventaja competitiva, sino una necesidad. En cinco años, las pymes que no se digitalicen acabarán muchas de ellas en el concurso de acreedores.

-¿Y no va a depender del sector?

-Tiene razón. Por ejemplo, el sector servicios está más a salvo de la cuarta revolución industrial. No tiene desempleo estructural. En la recuperación, tres de cada cuatro puestos de trabajo creados son del sector servicios, que ya tiene el nivel de empleo previo a la crisis.

-Y si somos un país destino turístico y de servicios, ¿no se está enfatizando demasiado la digitalización?

-Es posible que sí. Pero en el sector turístico, que es ahora la base del modelo productivo, y sobre todo soportado sobre un turismo low cost -un camino que España no debería seguir-, vemos que hay empresas de viajes en la que se opera todo por internet o está el caso a Airbnb, que es la mayor empresa de hospedaje del mundo, sin tener un solo hotel. Uber es otro ejemplo, es sólo una herramienta de software y es la mayor compañía de taxis del mundo.

-En su libro aborda el papel que los robots, los freelancers o los empleados hipercualificados van a jugar en ese futuro mercado laboral. ¿Cómo se repartirá el trabajo a su juicio?

-La teoría que explico es que habrá una fuerte competencia entre robots, o sistemas digitales, entre los empleados del sector privado y entre los freelancers, que son autónomos. Porque una de las consecuencias de la cuarta revolución industrial va a ser el aumento de esos freelancers o autónomos. Será así globalmente porque van a aumentar el outsourcing, la externalización de servicios. Y los damnificados serán los empleados del sector privado, que están en desigualdad respecto a los robots y los freelancers, porque para las empresas éstos son más productivos que los empleados. No sé si en España será tan evidente, porque no está bien preparada para la cuarta revolución industrial.

-España es un país desigual, ¿hay diferencias territoriales también en esa preparación? En concreto, ¿cómo ve a Andalucía?

-Las conclusiones trasladadas en mi obra son que España no está bien preparada. Insisto en el mensaje de un modelo productivo basado en el turismo low cost que a la larga no será competitivo. Se invierte muy poco en I+D. España no tiene un sistema educativo preuniversitario adaptado a las necesidades futuras de las empresas, es decir digitales, y tampoco tenemos una Universidad que conecte con las necesidades de las empresas. La Administración pública no está digitalizada y lo que se hace no supone la salida de empleados, lo contrario de lo que ocurre en el sector privado, que sí gana con ello en productividad y competitividad. En Andalucía también es así.

-Sea más concreto.

-Andalucía y Castilla-La Mancha están peor preparadas que Madrid. Están a años luz. Me refiero al tejido productivo que no son grandes compañías que operan en esos territorios.

-Hay factores en los que estamos mejor, como en cobertura de fibra óptica. ¿Eso no puede contribuir a un mejor desarrollo?

-Sí, por supuesto. Pero son factores que tendrían que estar acompañados de políticas macroeconómicas e inversiones público-privadas. También influye el mercado laboral, que sigue siendo muy rígido. O el nivel de asfixia fiscal que tiene Andalucía, que es de los mayores, también frena la cuarta revolución industrial.

-¿Pero es ya una oportunidad perdida?

-Todavía se está a tiempo, en Andalucía y en España. Lo que ocurre es que hay que hacerlo en muy pocos años, cuatro o cinco a lo sumo. Porque no somos conscientes de que va cambiar todo, desde la propia configuración de las ciudades, del trabajo, toda la vida.

-¿Y Cataluña? ¿Ha dejado de ser vanguardia?

-Cataluña ya no es vanguardia de nada, aunque históricamente sí lo fue. Cuanto más avanza el proceso de independencia, mayor retroceso económico se ve. La vanguardia empresarial está en Madrid.

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