Entrevistas

"El flamenco es genuino, nos identifica, debería estudiarse en el colegio"

-¿Qué rarezas ha oído en el mundillo flamenco?

-Algunas expresiones. Me han hablado del currúsculo, del currósculo… ¡Aunque lo raro es que un artista flamenco venga a presentarte un currículum de su proyecto!

-¿Arte y burocracia casan mal?

-Es muy complicado pedirle a un artista que plasme una idea en tres folios y explicarle que de eso va a depender la ayuda institucional. En una rueda de prensa en la que falló el sonido, Sara Baras comentó: "¡Con lo fácil que es bailarlo!".

-¿Abruma un poco moverse en ese ambiente especial?

-El día que aterricé en la agencia, mientras esperaba a la directora, me encontré con un artista muy admirado en mi casa. "¡Qué agradable sorpresa!", le dije. Y me contestó: "Yo aquí no soy un artista. Aquí vengo a cobrar".

-Fue sincero, el hombre.

-Pero la anécdota no debe inducir a error. La gran mayoría de los artistas y empresarios del sector tienen una gran capacidad de trabajo, profesionalidad y responsabilidad.

-¿Cuáles son las excepciones?

-Hay el típico caso de ese al que le dices: "¿Quedamos a las nueve?". Y entiende que lo estás citando a las nueve de la noche. ¡No se imagina que empecemos a trabajar tan temprano!

-¿Y cómo hacen para ponerse de acuerdo?

-El binomio flamenco-administración es una mezcla curiosa. Al principio acudían en busca del contrato y la subvención sin saber muy bien cómo dirigirse a nosotros. Poco a poco nos vamos conociendo y entendiendo.

-Supongo que en estos años se ha jartao de aprender.

-Supone bien. Entre la Bienal y los años que llevamos con Flamenco viene del Sur, con más de 40 espectáculos, los festivales, los recitales… Llevo unas cuantas sesiones de cante, baile y toque.

-¿Lo suyo ha sido una auténtica inmersión?

-Sí, sí. Mis abuelos eran muy aficionados y mi hermano también lo es. En mi casa de Ubrique escuchábamos a Camarón, El Cigala, Diego Carrasco… Pero mi conocimiento terminaba ahí. Ahora llamo a los artistas jóvenes por su nombre.

-¿Sueña por bulerías?

-Estos días me acuesto y duermo poco. Más que soñarlas las traigo en la cabeza, de todos los espectáculos que veo.

-¿Me recita una letra que le guste?

-Hay una letra muy gaditana, como yo: "Bien lo decía la Paquera/ y lo decía Camarón/ el aire que tiene Cai/ es diferente a to".

-¿Alguna más?

-Me pega una de Camarón que dice: "Fatiga es la mía/ limones por la mañana/ limones al mediodía".

-¿Con qué palo se queda?

-Con los cantes festeros: bulerías, tanguillos, alegrías… Hay cantes, como la toná, que ahora me gustan mucho, dependiendo de las letras.

-¿Cómo llegó a la Agencia?

-Con Bibiana Aído, en un cambio del modelo de gestión. Buscaban un coordinador con perfil técnico. Yo había estudiado Administración y Dirección de Empresas y venía de la dirección comercial de una empresa inmobiliaria.

-Nada que ver, ¿eh?

-Bueno, según dicen la gestión es igual en todas partes. Mi trabajo de ahora consiste en administrar fondos públicos de forma transparente, velando por la igualdad de oportunidades.

-Sus antecesores dieron el salto a la política. ¿Y usted?

-En mi caso se mantiene el perfil técnico. Ahora cuento con un consejo asesor más especializado en las materias de flamenco.

-¿Cuáles son sus proyectos actuales?

-Hay que consolidar las políticas de ayuda al tejido industrial e impulso a la investigación. Avanzar en diferentes convenios con comunidades autónomas, Innovación, Educación…

-¿Se debe enseñar el flamenco en las aulas?

-Una carrera de música en Andalucía no debería concebirse sin unas nociones de flamenco. En el colegio también queremos que los niños estudien la historia del flamenco, que es la historia de su música.

-¿Qué define el arte jondo?

-Es un arte genuino, propio, el único que no importamos. Un arte que, además de ser muy puro, evoluciona. Tiene modas. Y aunque no tenga fronteras, tiene una cuna, que es Andalucía.

-¡Pero si en la Bienal ha triunfado un catalán!

-Así es. Este año le ha tocado a un catalán, Miguel Poveda, la gala inaugural, pero luego hemos tenidos grandes triunfos de los andaluces a lo largo de toda la Bienal.

-¿Su presupuesto nota la crisis?

-El presupuesto de la agencia no es elevado. Nos apoyamos en convenios con otras instituciones que, por ejemplo, se han sumado a la campaña del flamenco como patrimonio de la humanidad.

-¿Todos somos flamencos, como insinúa su lema?

-Elegimos el lema Soy flamenco porque refuerza la idea del flamenco como seña de identidad, lo que ayudará a que todos reconozcan su importancia.

-¿Aún no se valora lo bastante?

-Para nada. Hace poco he sabido de una profesora de instituto que asistió a un curso sobre flamenco en la universidad y no han querido puntuárselo como mérito académico.

-¿Muchos no creen que el flamenco sea cultura?

-Así es. Por eso necesita que se le proteja y se le reconozca. Como decía Fosforito: "Si la Unesco no nos reconoce, nosotros tampoco vamos a reconocer a la Unesco".

-¿Y qué ganamos con un título?

-Si el flamenco es declarado Patrimonio de la Humanidad tendrá una protección especial, como el tango, al margen de la voluntad y coyuntura políticas. ¡Evitaremos tener que estar explicando su importancia!

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