Julio Godoy Márquez: “En España se toman los estudios musicales como algo secundario”
El único músico andaluz en el Conservatorio Estatal de Moscú P. I. Chaikovski
Julio Godoy Márquez (Sevilla, 2002) lleva desde los cuatro años viviendo un sueño que lo ha llevado a atravesar Europa para consolidar sus estudios de piano. Un esfuerzo personal, económico y familiar que ya está recogiendo sus frutos. Una recolecta que va más allá de la relevancia profesional, no solo porque ya ha actuado varias veces para la embajada española y en numerosos eventos culturales, sino porque es el único andaluz estudiando en el prestigioso Conservatorio Estatal de Moscú P. I. Chaikovski. Con mucha ilusión y talento accedió a esta institución en 2020 en plena pandemia y durante estos años ha vivido en un país sumergido en un conflicto bélico con Ucrania, y enfrentado social y económicamente con el mundo. Pero hasta hoy, nadie conocía su historia. Ya es hora de que eso cambie.
Pregunta.¿Qué estudia en el Conservatorio de Moscú?
Respuesta.Es una especialización en el Arte del Concierto y son cinco años.
P.¿Cómo llega a iniciarse en la música?
R.Mi padre siempre ha sido muy aficionado. Desde que yo era pequeño pude escuchar desde Triana a Depeche o a Mozart y Rossini. Entonces mis padres, a los 3 o 4 años, se dieron cuenta de que tenía facilidad y decidieron meterme a estudiar violín, pero a mí no me terminó de apasionar. Así que cuando llegó el momento de hacer las pruebas del conservatorio elemental con 8 años me decidí por el piano y además empecé a estudiar en mi pueblo, Dos Hermanas, con Carmen Villalba. Entonces, viendo cómo iba, me recomendó a Vera Anosova, una pianista rusa que también estudió en Moscú. Ya a los 12 pasé al conservatorio de grado medio hasta los 18 con los estudios profesionales. Siempre he querido dedicarme a esto.
P.¿Y cuándo da el salto a Moscú?
R.El Conservatorio Estatal de Moscú P. I. Chaikovski siempre ha sido de los más punteros, pero lo veía alejado de mis posibilidades. Entonces llegó a mis oídos que Mikhail Voskresensky, jefe de la cátedra de la Facultad de Piano en el Conservatorio de Moscú, iba a dar unas clases magistrales en Oviedo. Así que, por curiosidad, fui a conocerlo y me invitó a estudiar al conservatorio con él. Iba con un amigo de Oviedo y los dos nos quedamos sorprendidos. Era lo último que me esperaba. Se me dio esa oportunidad y la cogí. Yo tenía 16 años, así que no pude irme hasta terminar el grado profesional y también el Bachillerato. Estuve con él con clases online hasta que llegó la hora de hacer los exámenes de acceso. Apliqué la beca, porque sin ella no habría podido irme de Dos Hermanas, y me dieron la del gobierno ruso. Ya llevo cuatro años.
P.Unos años muy complicados por la pandemia, la guerra con Ucrania...
R.El Covid pilló en mi preparatoria, que sirve para aprender el idioma y adaptarse, pero tuve que hacerlo online por la cuarentena. Cuando ya pude viajar en noviembre, después de todos los trámites, a los pocos meses, en febrero, se declaró el conflicto bélico.
P.Dejando un poco al margen la formación, ¿cómo es el día a día en Rusia con la guerra?
R.Aquí no se nota nada, prácticamente, aunque no sabría decir si es por el ámbito en el que me muevo. No ha habido escasez de productos ni una subida de precios destacada. Lo que sí se ha notado es que, por las sanciones, ya no se pueden coger vuelos directos. Y las transacciones de dinero no se pueden hacer online.
P.¿Algún problema por ser español?
R.Nunca. Y es algo que me sorprendió. Cuando empezó todo me fui a España y al volver siempre tiene uno dudas, pero nunca he tenido una mala interacción ni por la calle ni en el Conservatorio. Siempre he estado rodeado de rusos y la gente entiende que somos completamente ajenos al conflicto.
P.¿Hay más españoles estudiando allí?
R.De mi promoción no, pero este año han entrado dos estudiantes.
P.¿Y del resto de Europa?
R.Hay bastante gente. Mi pareja es alemana, pero tengo amigos de Hungría, Grecia, Chipre... Somos pocos respecto a los rusos claro, pero también hay muchos asiáticos..
P.¿Le ha costado mucho adaptarse a Rusia?
R.El primer año fue un poco más complicado. El primer choque que tuve fue cultural porque la mayoría de personas no maneja un nivel bueno de inglés. Al ser el ruso un idioma tan diferente, todo se complicó al tener que hacer papeleo, temas del banco o sacarme el número de teléfono, las clases..., pero siempre he estado muy amparado con mis compañeros.
P.¿Cómo lo sobrellevó?
R.Al final los profesores ayudan mucho. Los primeros años iba traduciendo poco a poco, pero he tenido la suerte de que hay profesorado que se formó en España y había gente que hablaba español.
P.Lo de tener la familia lejos...
R.Se lleva bien y se lleva mal, se lleva a ratos. Siempre mantengo contacto con ellos pero sí que es verdad que ha habido cosas que uno se pierde por estar aquí. Son sacrificios que al final esperas que tengan un sentido. Aunque en España hay buen profesorado, decidir venirse aquí tiene sus consecuencias, pero, en general, estoy contento.
P.¿Sale muy cara una estancia allí?
R.Económicamente supone muchísimo dinero, pero con la beca se alivia bastante aunque solo me cubre los estudios. El alojamiento está muy caro en Moscú.
P.Ha tocado en la embajada...
R.El trabajo que hace el Ministerio de Cultura aquí en Rusia, y tanto la embajada como el consulado, es maravilloso. Hay muchos festivales de música española en los que he participado. Se organizan eventos por parte de la embajada en los que muchas veces estoy invitado. A la gente le encanta el folclore, la música clásica española, la cultura.
P.¿Cómo valora los estudios musicales en España?
R.Que hay pocas becas, que hay poco apoyo. Creo que la formación en España es muy buena por el profesorado, pero se toman los estudios musicales como algo secundario. Hay mucha diferencia cultural en eso. A todos los músicos se nos pregunta qué más estamos haciendo. No se llega a entender la dimensión de lo que es la carrera de música. Para graduarte con un título son 14 años mínimos, sin contar máster, y luego ya las especializaciones que puedas hacer. En Rusia no es así. Casi todo el mundo en las escuelas aprende a tocar un instrumento. Es muy normal tener estudios musicales. El Conservatorio de Moscú P. I. Chaikovski tiene mucho prestigio, pero también las academias.
P.¿Habrá muchas facilidades para acceder a la cultura?
R.En cualquier sitio al que vayas, por muy pequeño que sea, siempre hay una gran sala de conciertos. Hay veinte teatros para obras y cada tres calles hay un auditorio. Además es muy accesible. Yo fui a ver una ópera en el Teatro Bolshói, que es el más caro, y me costó 15 euros. Hay entradas para ver conciertos de grandes músicos y orquestas a veces por solo 3 o 4 euros.
P.¿Se ha planteado desarrollar su carrera allí?
R.Hombre, desarrollar la carrera aquí es complicado. Es mucho más fácil encontrar trabajo, pero son salarios bajos.
P.¿Qué opciones laborales tiene una vez acabe este año?
R.Estoy mirando para hacer un segundo máster en Europa o continuar mis estudios en el Conservatorio aquí.
P.¿Cuál es su objetivo?
R.Desde pequeño no he querido enseñar música, sino compartirla. Mi objetivo es intentar hacerme un nombre, hacer concursos, conciertos y vivir de eso, pero en España tampoco está muy bien pagado y la situación laboral no es la mejor. Es verdad que puedo hacer conciertos internacionalmente, que se gana más, pero entiendo que todo depende también de la suerte.
P.¿A qué aspira entonces?
R.A que se me reconozca musicalmente hablando, a intentar acercar la música clásica no solo a los que ya están interesados, sino llevarla un poco más allá. El intérprete de música clásica siempre está muy encasillado, pero la magia o lo que yo considero que es la música es que siempre queda algo por decir, algo diferente, ¡es tan subjetivo! Las interpretaciones varían dentro de todas esas normas y de todas esas leyes que hay en la partitura. Son tan diferentes y tan únicas que me gustaría poder contar mi versión.
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