Álvaro Salvador | Poeta y catedrático de Literatura

"La juventud de hoy se alimenta de bulos"

"La juventud de hoy  se alimenta de bulos"

"La juventud de hoy se alimenta de bulos"

La Fundación José Manuel Lara, a través de su colección Vandalia, acaba de publicar su poemario 'Un cielo sin salida'. Hace cuarenta años que publicó 'Las cortezas del fruto', libro clave para entender la evolución de la poesía, según los expertos. Con Javier Egea y Luis García Montero creó en Granada el movimiento La Otra Sentimentalidad y piensa que ahora, con esto del coronavirus, es más urgente que nunca insistir sobre los sentimientos, los valores y las emociones. A pesar de que reconoce que el mundo no tiene salida.

-Según el título de su último libro, el cielo no tiene salida, pero… ¿tiene salida la tierra?

-Hay muy poca salida. Esta pandemia ha sido una especie de eructo de la tierra para avisarnos precisamente de que se está ahogando. Pero esta vez Gerta Thunder ha brillado por su ausencia. Estamos en un callejón de plástico, de monóxido de carbono, de basura, de virus… sin ninguna salida.

Hay editoriales de compañías multinacionales que están editando libros a analfabetos funcionales"

-Dígame dos o tres cosas que quiera transmitir con este poemario que acaban de publicarle.

-Bueno, quiero transmitir eso, que la tierra no tiene salida, que la marca España es una estafa y una desfachatez, que el género humano masculino se dedica en sus ratos libres a reducir al género humano femenino, que cantar es bueno, que el agua es vida y que la poesía, a pesar de ser un cielo sin salida, consuela.

-A usted le ha editado su libro la Fundación Lara… Tiene suerte, porque hoy es difícil publicar poesía.

-No es tan difícil, ni tampoco venderla. Si eres youtuber o cantautor-poeta y además analfabeto funcional, hay varias editoriales multinacionales que estarán encantadas de publicar tu poesía. Los autores serios, cultos y alfabetizados con mal oído lo tienen más difícil. Yo tengo suerte porque fui roquero en mi juventud.

-¿Qué rima con pandemia?

-Anemia que apremia como una blasfemia, atonta como una alcoholemia y mata como la academia, etc.

-¿Se merece este virus que un poeta le dedique una poesía?

-Los poemas vienen solos, se imponen. Quizá los efectos colaterales sí se lo merezcan. Los muertos suelen ser un tema bastante romántico y la falta de libertad, venga de donde venga, también. Yo he escrito un poema motivado por la impresión que me causaba dar vueltas como un hámster o como un preso en el sótano del garaje de mi casa para poder hacer ejercicio. Ahora lo echo de menos.

-¿Puede haber poesía en un discurso de Trump?

-No, creo que no. Aunque, con perdón de Nicanor Parra, quizá pueda haber antipoesía.

-De acuerdo, hay buenos poetas… Pero también hay poetas que deprimen una barbaridad.

-Mucho. Con la poesía pasa como con el teatro, cuando es buena es deslumbrante, es una maravilla, pero cuando es mala es insoportable.

-Le dedica usted un poema al día que mataron a Sharon Tate. ¿Dónde estaba usted ese día?

-Estaba en una discoteca de Granada, una de las primeras, Janforjai, pinchando discos de la Credence Clewater Revival, Led Zeppelin, Los Ángeles. Era muy joven y también inmortal. Y me lo pasé muy bien ese año, a pesar de Franco.

-Y otro poema se lo dedica a Dorian Gray, al personaje de Oscar Wilde y arquetipo del narcisismo. Y ha dicho que el narcisismo hoy día es un fracaso.

-Lo que digo es que la sociedad actual, la de los jóvenes es muy narcisista, con Instragram, Facebook y demás redes sociales. Y es un fracaso porque, al igual que el cuadro de Dorian Gray, todas esas plataformas mienten como bellacas. Y esas mentiras sirven de pasto para la juventud de hoy, que se alimenta de bulos.

-Fundó con Luis García Montero y Javier Egea el movimiento llamado Poesía de la Experiencia… ¿Qué queda de él?

-En realidad, nosotros fundamos lo que llamamos Otra Sentimentalidad. La Poesía de la Experiencia vino después y fue como una especie de ONU en la que cabían muchas poesías, menos las que les molestaban a los líderes. Yo no fui nunca muy partidario. Y de la Otra Sentimentalidad creo que queda muy poco.

-¿Sirve la poesía para justificar las carencias de los poetas?

-No, la poesía es como la narrativa, una ficción que el poeta se inventa. Lo que ocurre es que como los temas son más íntimos, más subjetivos y más emocionales, parece que son efusiones de sinceridad. Pero no es verdad, el poeta es mucho más ladino de lo que parece.

-Hace cuarenta años publicó usted un libro que rompió con la manera de concebir la poesía. Se llamaba Las cortezas del fruto. ¿Ha cambiado mucho la poesía desde entonces?

-Pienso que sí. Vino después toda esa moda de poesía coloquial, directa, realista, que llamaron Poesía de la Experiencia y pienso que se normalizó un poco la tradición poética, a la que la Generación del 27 le había dado demasiado vuelo. Ahora estamos en un "nueva normalidad" mucho más ecléctica.

-Pessoa dijo que el poeta es un fingidor. ¿Es verdad?

-Totalmente. Ocurre es que se fingen los hechos, los sentimientos, los valores, para crear una ficción o una ilusión que transmita hechos, sentimientos y valores.

-¿Cree en el compromiso de la poesía?

-Sí, con la vida, con la tierra, con el agua, con el amor, con la ternura, con las emociones, con el sentido común, con la buena gente, con los animales…

-¿Se puede ser poeta y misántropo?

-Se puede ser y de hecho los hay, pero yo no lo recomendaría. Un poeta misántropo, ya lo dijo Bécquer, puede que se pase su obra entera ladrándole a la luna.

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