Luis Cepeda | Intérprete y compositor

"Hay quien con una red social te puede machacar la vida"

Luis Cepeda, en una imagen promocional.

Luis Cepeda, en una imagen promocional.

-Nuestros principios, la reedición de su primer disco, tiene tantas canciones inéditas que podría haber lanzado un nuevo compacto con ellas. ¿Por qué opta por la revisión?

-Porque, de alguna manera, quería seguir dándole vida al primer disco. Un primer disco es importante, marca, y sé que toda mi vida voy a estar pendiente a él, por eso, si le puedes dar la máxima vida posible, mejor. Y, por otro lado, no me parecía bien sacar una revisión sólo con un par de nuevas canciones. Creo que eso no es muy honesto.

Ya no puedo decir lo que pienso, ni hacer las críticas que hacía antes porque se me puede venir en contra"

-¿Cuál ha sido la mayor lección aprendida con su disco debut?

-Quizás, me llevo la lección del uso de las redes sociales. Saber lo que poner, porque hay quien con una red social te puede machacar la vida, y he aprendido a tener muy claro que ahora, desde que soy una persona pública, las tengo que usar como un método de promoción. Ya no puedo decir lo que pienso, no puedo hacer las críticas que hacía antes si algo me molestaba de política o de cosas que me pasan. Ya no lo puedo hacer porque se me puede venir en contra.

-Pues vaya pena...

-Sí, es que las redes sociales son un arma de doble filo. Si te intentas llevar bien con la gente que te sigue, si intentas ser totalmente cercano, hacer bromas, hacer tus historias como has sido siempre, esto te va a repercutir negativamente porque hay gente que no lo va a entender, que te va a criticar, incluso, que te va a insultar, y después las cosas se hacen virales y a veces es positivo y a veces negativo... Es difícil.

-¿Cómo se lidia con eso?

-No lo sé. Realmente se lidia y ya está. Es lo que hay, no tienes otra. O te aguantas y sigues con ello o desapareces del mapa y, como no quiero desaparecer, me tengo que aguantar, no queda otra.

-O escribes Desahogo. La escuché... Se quedó a gusto..

-Necesitaba explotar de alguna forma ante las críticas y como soy músico pues exploté de forma musical. Yo no soy rapero ni he hecho nunca un rap, bueno ni siquiera sé si Desahogo se puede considerar un rap, pero fue una forma de expresarme.

-¿Qué echa más de menos del Luis Cepeda anónimo?

-Que no estaba en el punto de mira. Si sólo pudiera ser conocido por la gente que me escucha, yo firmaba ya. Hay una faceta en el ser humano que es la de desprestigiar lo que no te gusta, en vez de dejarlo pasar. Oye que si no te gusta, pues no lo mires, pero es que hay gente que practica el machaque, el hundimiento y ojalá se cambiase eso tan malo y tan negativo. Yo cuando algo no me gusta ni se me ocurre criticarlo, paso y listo.

-Bueno, también hay una parte bonita en todo esto...

-Claro, claro, si no pues no tendría sentido. La parte positiva prima sobre la negativa, por supuesto, y compensa todo lo demás.

-Claro, si no lo veríamos dedicándose a la Ingeniería Técnica y el Diseño Industrial, ¿no? ¿Se vería volviendo a ese terreno?

-Bueno, ¿por qué no? Igual en un futuro lo retomo y me pongo a hacer algún mueble (ríe). Estudié eso para diseñar automoción, y me gustaba, así que no lo descarto. Yo siempre he estudiado lo que me gustaba, nunca me he metido en nada sin que me gustara. Pero, ya te digo, lo retomaría en un futuro, mi presente es la música, que me apasiona.

-¿Y cuándo decidió que había que apostar por la música?

-Pues realmente me saltaron dos clics: uno, cuando me presenté a La Voz y, otro, cuando lo hice en OT. Antes la música sólo la tenía como hobby, nunca me imaginé viviendo de ello.

-Y ahora que vive de ello, ¿es como se imaginaba?

-Claro que no, es otro rollo. Yo pensaba que esto era más fácil, pero es que hay muchísimo más trabajo del que te imaginas cuando ves a un artista sobre el escenario. Yo creo que es el trabajo donde más seguido se trabaja, no hay descanso, siempre tienes que estar pendiente de muchas cosas, hay que estar 24 horas atento.

-¿Qué le dijo su padre cuando se lanzó?

-Mi padre, aparte de ser arquitecto, también es músico y, además es que él es uno de esos padres que es feliz siempre que su hijo haga algo que le haga feliz y le dé para vivir. Yo creo que se alegró, igual que mi madre, aunque también querían que estudiara porque saben que la música es difícil. Hemos tenido la experiencia de mi tío, que ha sido uno de los componentes del Desmadre 75, con lo que tenemos muy cerca de la familia cómo se lleva el éxito musical y una poscarrera musical. Ellos saben, saben muchísimo más que yo...

-Este agosto cumple 30 años, así que vamos a hacer balance. ¿De qué está más orgullo?

-Pues de todo lo que me ha hecho llegar hasta aquí y, sobre todo, de la gente que he reunido y me sigue . De todo el trabajo que ha hecho posible todo esto, estoy muy orgulloso.

-¿El mejor regalo para sus 30?

-Nada. Te lo juro. Lo que tengo ahora mismo es un regalo, no necesito nada más.

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