Antonio Gutiérrez. Ex secretario general de CCOO y diputado del PSOE

“Los mecanismos de la codicia cada vez son más sofisticados”

  • Estaba en todas las quinielas como futuro ministro de Trabajo en cuanto se supo que acudiría como número 5 por Madrid en las listas del PSOE. No fue así, pero si hubo desilusión Gutiérrez no lo demuestra. Ahora preside la comisión de Economía y Hacienda del Congreso y trabaja sin carné para el PSOE exponiendo los motivos de la crisis y cómo la afronta el Gobierno. El jueves estuvo en Jerez.

–En la anterior crisis usted montó una huelga general a los socialistas y ahora está en su bancada. 

–En el 93 convocamos una huelga general contra el recorte del gasto social y la flexibilización del despido. Ahora este Gobierno está haciendo lo contrario.

 

–¿Qué diferencia ve entre esta crisis y la de los 90? 

 

–He vivido ya una cuantas crisis y lo que veo es que cada nueva crisis es más compleja que la anterior.

 

–¿Y eso? 

 

–El inductor de cada crisis es el genio especulativo, la codicia humana. Los mecanismos de la codicia cada vez son más sofisticados. Cada cierto tiempo sale del laboratorio una teoría macroeconómica que busca el máximo beneficio y que, al final, nos empuja a un laberinto más intrincado.

 

–Leyó mucho a Marx hasta que se cansó...

–No es que me cansara, es que descubrí otras lecturas. Descubrí que también existía Keynes y otros muchos, pero vamos, esto queda muy pedante, no lo ponga.

 

–Vamos, que ya no va de marxista.

–Siempre he sido iconoclasta aparte de ateo. No me dedico a la adoración.

 

–No, le iba a pedir que me aplicara Marx a la época.

–Pues hay bastantes cosas vigentes de Marx en nuestros días. Su análisis de la desigualdad social es actual, su análisis de la fuerza del trabajo es actual. Es estúpidamente actual.

 

–No sé... con tanto paro.

–Más que nunca la mano de obra es la riqueza. Ya hemos visto el solo mercado a lo que nos ha conducido. La riqueza verdadera está en el talento, en el hombre, es decir, en la mano de obra. Y será eso, el talento y el esfuerzo, lo que nos saque de la crisis. 

 

–No el despido barato, como algunos apuntan.

–¿Despido barato? Por favor... hemos creado un sistema de precariedad laboral, el más precario de Europa, en el que despedir al 72% de los trabajadores de este país no es que sea barato, es que es gratis.

 

–Cambios en IU, en el PCE en el que usted se formó.

 

–Veo con tristeza la evolución.

 

–¿Me lo desarrolla?

–Detrás de un ortodoxo siempre hay un hipócrita y me ahuyentan los dogmatismos.

 

–Y cambios en CCOO, su sindicato.

–Así es, mi sindicato, el único carné que tengo y estoy al día con mis cuotas.

 

–¿Le gusta su secretario general?

–Yo puse a (Ignacio Fernández) Toxo al frente del Metal cuando era un trabajador de la Bazán. Quizá no le sentó bien cuando apoyé a Fidalgo para mi relevo porque quería evitar una ruptura en el sindicato, pero hemos seguido en contacto. Es mi secretario general y sí, me gusta.

 

–¿Le sorprendió que perdiera Fidalgo?

–No es que me sorprendiera, es que no tiene precedentes, nunca había sucedido. Es triste que un secretario general aparezca derrotado, pero también demuestra vitalidad interna dentro del sindicato.

 

–Y que los afiliados necesitan quizá mayor firmeza.

–No, no lo entiendo así.

 

–Si usted fuera secretario general....

–Eh, no. Yo me prometí como una actitud saludable ante la vida no ejercer de ex secretario general. Un ex es un fantasma y los fantasmas acaban diciendo fantasmadas. 

 

–¿Las grandes centrales se han aburguesado?

–Esa idea forma parte de un estereotipo, de una mala prensa que ha calado en algunos sectores, pero la realidad lo desmonta. Ni CCOO ni UGT han ido nunca a un conflicto para defender a los grandes asalariados. Los conflictos siempre han buscado una mayor justicia social.

 

–¿Y cree que tienen peso social?

–Si nos fijamos en la afiliación, tienen mucho más que los partidos políticos.

 

–Insisto, ¿no tendrán que cambiar su discurso ante los tiempos que vienen?

–Los sindicatos llevan realizando propuestas serias y constructivas muchos años. Es más, llevan avisando que el modelo del ladrillo nos iba a llevar a un callejón sin salida y nadie les escuchó. Si algunos de los grandes cerebros de la economía hubiera escuchado a los sindicatos, quizá no estaríamos como estamos. 

 

–¿Es una injusticia que UGT haya tenido ministros y CCOO no?

–No hay ministros de UGT ni de CCOO, hay ministros del Gobierno.

 

–Eso es una evasiva.

–Sí, es posible. 

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