Entrevista a Ángel Estrella

“La pasión es empuje, pero sin conocimiento te pegas un batacazo”

  • Este 'coach' de empresas es autor del libro 'Y ahora  ¿qué hago?', con testimonios sobre la reinvención en el puesto de trabajo

Ángel Estrella

Ángel Estrella

Su formación inicial es como ingeniero aeronáutico y máster en Ingeniería de Automoción, pero el futuro le fue llevando por otros derroteros tras ser directivo en varias multinacionales. Ángel Luis Estrella Martín pasó a la formación de formadores y coach, participando en universidades y escuelas de negocios. Tiene su propia empresa de formación y consultoría, Construye tus alas, donde imparte cursos a empresas y a particulares sobre liderazgo, decisiones y gestión; es socio fundador de e-busKar y distribuye autobuses Karsan en España.

–Usted ha escrito Y ahora ¿qué hago? ¿Se ha convertido en un experto en reinventarse por vocación o por obligación?

–Yo cuando empiezo la formación de ingeniero aeronáutico siempre tengo un pie en las escuelas de negocio. Trabajaba en el grupo Wolkswagen y en las multinacionales tu futuro depende de un señor que está a 3.000 kilómetros, en parámetros que no controlas. Me fui a EEUU a formarme en temas de liderazgo con John Maxwell. Me monté una consulta que se llama Construye tus Alas, es un éxito. Estoy que me salgo...

–Y en estas historias siempre hay un pero...

–Sí, del 9 de marzo de 2020 al 19 de marzo todo lo que tenía contratado en la consulta pasó a ser cero. Me planteé a analizar lo ocurrido. Ya había presentado algún artículo y no me veía pontificando. Relaté mi experiencia y lo hice como relato. Para conocer mejor cómo reinventarse, conocer actitudes ejemplares, me fui a entrevistar a un montón de gente que ha tenido éxito. Está recogido en el libro de forma novelada.

–¿Con quién habló para ayudarle y ayudarnos?

–Con Juan Merodio, que a nivel de marketing digital es el número 1 en España, o con Lidón Patiño, bailaora solista de Rafael Amargo. Nos asombraríamos cómo es la gente del espectáculo. Suelen tener una cultura del esfuerzo por encima de la media de cualquier gremio.

–¿Hay que escuchar más a lo buenos?

–En mi libro no hay siete puntos como recetas mágicas y cosas así. Hay gente que da su perspectiva del éxito. Quería lanzar un mensaje de esperanza, de orientación.

–¿Qué le contaría a los jóvenes, a nuestros hijos?

–Antes nuestros padres nos habían recomendado cuando éramos jóvenes que nos buscáramos un empleo estable, que hiciéramos una oposición, era lo ideal. Pero ahora nada está claro. La volatilidad de cualquier puesto de trabajo es brutal. Lo que viene con la inteligencia artificial con los empleos es escalofriante. Hay que estar preparados: aprender a reinventarse.

–¿Usted se pondría de ejemplo?

–Yo estudié ingeniería aeronáutica y es cierto que en nuestra generación estudiabas una carrera y tenías empleo. Pero el mundo cambia a tal velocidad que qué le decimos a nuestros hijos. Hemos perdido el rol de orientar, es mi opinión. Surgen negocios nuevos y hay que dar un paso adelante: persistir en el mensaje de que hay que trabajar en serio y que sea en algo que te guste.

"Monté una empresa, escribes una hoja de riesgos y nadie podía tener previsto una pandemia que durara más de un año"

–¿Cómo han sido con usted quienes aportaron sus testimonios?

–Yo pretendía un mensaje de esperanza, pero no con moralina, sino aportando experiencias. Pensé en personas que son referentes para que hablaran de cómo lo han hecho. Algo nos pueden aportar. Han sido abiertos.

–¿Ya no hay nada seguro?

–Me atrevería a pontificar para decir en que no puedes confiar en el mercado. Todo se puede ir al garete en cualquier momento: monté una empresa, escribes una hoja de riesgos y nadie podía tener previsto una pandemia que durara más de un año. He conocido auténticos dramas. Ante este panorama la actitud es que hay que enfocar el esfuerzo. Mi confianza debe estar en lo que debes hacer. El resto no lo puedes controlar, como hemos visto.

–Algunos gurús hablan de salir adelante “con ilusión, con esfuerzo”...

–Pero la ilusión no es suficiente. Hay que tener actitud, pasión pero también conocimiento. Hay que estar continuamente aprendiendo y tenemos que estar al día. Ya tengas 24, 40 o 52 años. En estas tres últimas décadas el mundo ha cambiado mucho. Lo que aprendiste en la universidad puede estar ya obsoleto.

"Lo primero que hay que hacer es intentar aprender del que ya ha hecho lo que quieres aprender"

–Hablaba de “escalofriante” inteligencia artificial.–Está en cualquier campo. No digamos en el mundo del marketing, de las redes. La pasión es empuje pero sin conocimiento, en estos tiempos, te das un batacazo.

–¿Cómo y dónde aprendemos?

–Ahora hay más posibilidades, infinitos cursos on line. Lo primero que hay que hacer es intentar aprender del que ya ha hecho lo que quieres aprender. He visto profesionales del emprendimiento que nunca han emprendido nada. Ahora tienes al alcance las mejores universidades, cursos con grandes vídeos y clases magistrales de figuras de primer nivel. Si te gusta aprender cine te puede dar una clase en vídeo Jodie Foster que hace unos años habría supuesto en viaje y formación 10.000 euros. Hay que aprovechar el tiempo y los medios actuales lo permiten apurar aún más.

–¿Tenemos ya demasiada competencia?

–Antes competíamos con nuestro entorno, ahora tenemos que competir en nuestro trabajo con alguien que está en la otra punta del mundo. Eso es la globalización. O nos movemos rápidamente o perdemos el sitio.

"El sistema educativo en todo el mundo está pensado para ser empleado de alguien, pero no para la creatividad, la innovación"

–Y si mañana abrimos un negocio ¿cómo competimos, por ejemplo, con el señor Amazon?

–Tu negocio debe distinguirse. Con un trato personal, aportando soluciones distintos. De esta forma eres competitivo. No puedes limitarse a sota, caballo y rey porque vendrán otros a ocupar tu sitio. Lo que tengas que hacer, que sea único. Sí, claro, eso fastidia, porque hay que pensar y esforzarse. Andrés Oppenheimer, periodista argentino premio Pulitzer, tiene dos libros que recomiendo: Crear o morir, sobre el entorno de innovación; y Sálvese quien pueda, para que conozcáis mejor todo eso de la inteligencia artificial

–¿Tendríamos que cambiar el sistema educativo?

–El sistema educativo en todo el mundo está pensado para ser empleado de alguien, pero no para la creatividad, la innovación. Estos tiempos nos obligan a tener capacidad de adaptación. En Sillicon Valley por ejemplo hay tolerancia al fracaso: significa que has aprendido.

–Por reinventarse, usted también es representante de autobuses.

–Autobuses turcos: lujo bizantino con tecnología alemana.

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